martes, 18 de junio de 2013

Llega el pasto....

Wimbledon Masculino - La hierba hace reaccionar a Federer y Murray


La llegada de la hierba a la temporada tenística ha supuesto la reacción de Roger Federer y Andy Murray, campeones de los torneos de Halle y Queen's, respectivamente. Tanto el suizo como el británico han demostrado llegar en buena forma a Wimbledon, escenario en el que disputaron la última final.

La llegada de los verdes pastos marca de forma aproximada el ecuador del calendario ATP, al que Andy Murray y Roger Federer llegan con bastante trabajo por hacer. Con la victoria de Novak Djokovic en el Open de Australia y la consecución deloctavo Roland Garros por parte de Nadal, el helvético y el escocés tienen en el All England Tennis Club la ocasión de estrenar su casillero de Grand Slams en esta temporada sin tener que esperar al US Open.
Un año atrás, Federer se impuso a Murray por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, conquistando su séptimo título en Londres igualando así la mítica marca establecida por el estadounidense Pete Samprasen 2000; recuperando además la senda de la victoria tras dos años sin ganar el trofeo, su peor racha desde que lograse el primero en 2003 frente al australiano Mark Philippoussis.
Sin embargo, la primera mitad de 2013 no estaba saliendo según lo esperado para ninguno de los dos.Al término de Roland Garros, Murray ocupaba la cuarta posición en el ránking anual, mientras que para encontrar a Federer había que bajar hasta la séptima plaza. Con su título en Halle se ha aupado hasta la quinta, pero ambos todavían están lejos de los tres primeros puestos, propiedad de Rafa Nadal, Novak Djokovic y David Ferrer, en ese orden.
Roger endereza el rumbo
Federer necesitó seis torneos para llegar a su primera final del curso, una cifra nada habitual para el tenista helvético. Su temporada arrancó en Australia, donde cedió en semifinales frente a Andy Murray en un partido que no se decidió hasta la quinta manga. Dicha derrota podía entrar dentro de los planes, pero supuso el comienzo de una racha de torneos en los que Roger no alcanzó el nivel esperado.
Su siguiente parada fue Rotterdam, donde sucumbió en cuartos de final ante el francés Julien Benneteau, antes de ceder en las semifinales de Dubai ante Thomas Berdych. En Indian Wells, el bajo ránking de Nadal tras su lesión propició que el enfrentamiento entre ambos se produjese en cuartos de final, algo inédito hasta la fecha, en un duelo que se resolvió en favor del mallorquín en solo dos sets.
Una derrota contundente que tendría su réplica en la final de Roma, pero antes de eso Roger se había despedido de forma temprana del Masters 1000 de Madrid al caer en octavos de final contra el japonés Kei Nishikori. Tras el fiasco de la capital italiana, donde fue notablemente inferior a Rafa, llegaría el de Roland Garros. Su verdugo sería el local Jo-Wilfried Tsonga, que le vapuleó en tres sets en cuartos de final.
Con siete torneos disputados y un bagaje de 22-7 apareció la hierba del torneo alemán de Halle, donde Federer había triunfado en cinco ocasiones. Sin embargo, su última conquista quedaba lejos (2008), siendo mucho más frescas en la memoria las derrotas en las finales de 2010, a manos de Lleyton Hewitt, y de 2012, frente al local Tommy Haas.
Precisamente Haas fue el primero en poner en aprietos al helvético en la presente edición. Tras derrotar a los también germanos Cedrik-Marcel Stebe Mischa Zverev, solamente Haas le separaba de la final. Roger cedió el primer set, pero reaccionó para ganar los dos siguientes y citarse en la final con el ruso Mikhail Youzhny, al que también tuvo que remontar para recuperar su corona, poner su sexta pica en Halle y acabar con la sequía de títulos en este 2013.
Andy vuelve con hambre
El arranque de temporada de Murray fue diametralmente opuesto al de Federer. Antes de Australia ya había inagurado su palmarés de 2013 imponiéndose en Brisbane frente al búlgaro Grigor Dimitrov. En el primer Grand Slam del año se plantó en la final con la mencionada victoria ante Roger en semifinales, pero una vez allí no pudo con Novak Djokovic, que se hizo con su cuarto trofeo en Melbourne al tumbar a Andy por 6-7, 7-6, 6-3 y 6-2.
Tras aquella derrota daría comienzo el carrusel de torneos Masters 1000, donde Murray tuvo una trayectoria irregular. Se estrenó con una derrota en los cuartos de final de Indian Wells a manos del argentino Juan Martín Del Potro, antes de proclamarse campeón de Miami al derrotar en la final a David Ferrer por 2-6, 6-4 y 7-6.
Con dos victorias y una final en cuatro torneos, el año no había empezado nada mal para el escocés. Sin embargo, la llegada de la tierra batida supuso el inicio de su particular calvario. A su animadversión por dicha superficie, que le llevó a caer en los octavos de Monte Carlo ante Stanislas Wawrinka y en los cuartos de Madrid frente a Thomas Berdych, se le unieron los problemas físicos en Roma, que le obligaron a retirarse en su debut en segunda ronda ante Marcel Granollers.
Pero la peor noticia para el británico estaba por llegar. Las dolencias en la espalda que propiciaron dicho abandono no cesaron, y Andy se vio obligado a renunciar a su participación en Roland Garros para poder recuperarse plenamente. De ahí que cuando se confirmó su presencia en el torneo de Queen's, -que ya había ganado en 2009 ante el estadounidense James Blake, y en 2011 frente al fracés Jo-Wilfried Tsonga-, su rendimiento resultaba toda una incógnita.
Una vez allí, no tuvo problemas en sus tres primeros compromisos ante el francés Nicolas Mahut, el australiano Marinko Matosevic y el alemán Benjamin Becker, resolviendo todos en dos sets. Nada que ver con las semifinales frente a Tsonga, donde tuvo que remontar un sets para meterse en la final. Allí le esperaba el croata Marin Cilic, y de nuevo cedió el primer set para acabar imponiéndose en los dos siguientes, logrando así su tercer título en la hierba de Londres.
Llegan a tiempo
Uno estuvo y luego se fue y el otro ni siquiera llegó a estar, pero finalmente ambos han vuelto. Tras ceder el protagonismo de la temporada a Nadal, Djokovic y Ferrer, tanto Roger Federer como Andy Murray llegan a Wimbledon dispuestos a enderezar el rumbo del año. Ambos han sabido sufrir para ganar sus respectivos títulos, con remontadas incluidas en semifinal y final.
Aunque hace apenas un mes parecía una locura, a una semana del comienzo de Wimbledon no resulta nada extraño pensar en una posible reedición de la final de 2012.

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