El año que acaba de comenzar está lleno de aniversarios. Se cumplen 100 años de la Primera Guerra Mundial; 70 de la Conferencia de Bretton Woods; y 25 de la caída del Muro de Berlín. De todos ellos se ha acordado hoy la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en Washington. Y aún ha ido un poco más allá: se ha acordado de otrocumpleaños. Menos redondo, pero también importante: este año, ha recordado, la crisis cumplirá siete años. Sirviéndose de esta referencia temporal y del mejor tono que muestra la economía mundial, ha mostrado un deseo: "Mi gran esperanza para 2014 es que se muestre trascendental de un modo: que sea el ejercicio en el que siete años débiles, económicamente hablando, den paso a siete años fuertes". 
"La situación se ha fortalecido a finales de 2013 y debería hacerlo más en 2014, sobre todo por la mejoría en las economías avanzadas", ha añadido. Con todo, ha matizado que "el crecimiento mundial continúa por debajo de su potencial", que sitúa en torno al 4%. Y esta realidad le lleva a concluir que es necesario "crear más empleos antes de estar preocupados acerca de que el genio de la inflación global salga de la botella". 
De hecho, Lagarde ha msotrado una mayor inquietud por el fenómeno contrario: la deflación. "Con la inflación claramente por debajo del objetivo de muchos bancos centrales, estamos viendo crecientes riesgos de deflación, que podrían ser desastrosos para la recuperación. Si la inflación es el genio de la botella, entonces la deflación es el ogro contra el que debemos luchar decisivamente". 
"Recuperación sostenible"
En este sentido, ha advertido a los bancos centrales del riesgo de retirar los estímulos monetarios demasiado pronto. Antes "volver a unas políticas monetarias más convencionales", deben asegurarse de que "el crecimiento es robusto y está firmemente enraizado". 
Para ello, exige a las autoridades económicas y políticas que no cedan toda la responsabilidad a los banqueros centrales y pongan algo de su parte. ¿Cómo? Con reformas. "Los países necesitan usar el suelo creado por las política monetarias heterodoxas para adoptar las reformas necesarias para impulsar el crecimiento y el empleo"
Más riesgos
Lagarde ha subrayado más riesgos y debilidades del panorama actual. Entre ellos, las amenazas que pueden venir "de las turbulencias del mercado y de la volatilidad en los flujos de capitales". También, que aunque "la dirección es positiva, el crecimiento global es todavía demasiado bajo, demasiado frágil y demasiado desigual", con lo que "no es suficiente para crear los empleos que necesitan más de 200 millones de personas en todo el mundo"