Nadie puede discutir la pujanza y el dinamismo del sector de la restauración en Madrid. Cada mes aparecen varios nuevos restaurantes que llaman la atención de los aficionados al buen comer y no pocos de ellos merecen ser comentados de manera destacada. TriCiclo es, desde luego, un restaurante especial. En pleno corazón de uno de los lugares más atractivos de la capital, el barrio de las Letras, sus jóvenes propietarios, Javier Goya, Javier Mayory David Alfonso han conseguido trasladar las experiencias adquiridas junto a otros jóvenes ya consagrados, como David Muñoz, Paco Morales o Nacho Manzano, a una propuesta personal y diferente.
El local está dividido en tres espacios con ambientes diferenciados. Tanto en la barra, donde nos llama la atención el cartel de reservado en muchas de sus butacas, como en la zona intermedia de mesas altas se puede disfrutar de la carta del restaurante de manera más informal y desenfadada. El comedor, cómodo aunque algo ruidoso, es sobrio pero agradable y cuenta con una mesa en el extremo del mismo, especialmente confortable.
Lo verdaderamente interesante de TriCiclo es su cocina, su buena cocina. La carta, que cambia continuamente en virtud de la estación en la que nos encontremos, está confeccionada de acuerdo con tres apartados: de mercado, de paseo y de viaje. Del Mercado al TriCiclo incluye productos ligeramente tratados para llegar a la mesa en todo su natural esplendor. Ostras, cigalas o lomo de buey son algunas de las propuestas. Un Paseo en TriCiclo pone el acento en recetas clásicas en las que queda patente conocimiento y técnica. Sopa de Ajo Morado (homenaje a Manolo de la Osa) o Bacalao Asado con su pil pil son ejemplos de ello. Un Viaje en TriCiclo reúne su particular visión de platos del mundo como el Ceviche Verde de Corvina o el Steak Tartar con huevas y huevos. Buenos quesos y postres, entre los cuales destaca el Brioche, cierran la carta. ¡Lo mejor permanece hasta entonces oculto! En cada ocasión nos ofrecen un amplio abanico de propuestas del día, basadas en productos de temporada, en las cuales podemos apreciar la cocina de verdad, la de los fondos y las salsas. La del sabor. 
TricicloTriciclo

El servicio de sala ha mejorado considerablemente desde su apertura. Es cercano y amable, pero resta por pulir los tiempos del servicio, a veces insoportablemente largos. Y merece especial atención la bodega y el servicio de vinos. De la mano de un brillante Lai Rueda se puede beber muy bien a precios sensatos.
En definitiva, nos encontramos ante una propuesta versátil que complacerá tanto a los aficionados a la buena mesa como a los que quieran disfrutar con amigos de una agradable velada en un lugar de moda. Los precios contenidos y la posibilidad de pedir medias, e incluso tercios de ración, facilitarán el poder probar buena parte de la carta sin dejarse la cartera en el viaje.
Calificaciones TriCiclo:
Cocina, 7,5; Servicio, 6; Bodega, 7; Local, 7. Puntuación global: 7
TRICICLO. C/ Santa María, 28. Madrid. Tel. 91 024 47 98
Apertura de Tándem
Se ha de destacar también la reciente apertura por parte de los mismos socios de un bar-cafetería-restaurante unas manzanas más abajo, en la misma calle, concretamente en Santa María, 39. En él ofrecerán una propuesta más informal si cabe, en horario continuo, donde se podrá desayunar, almorzar, merendar, cenar o, simplemente, picar algo entre horas. Debido a la dificultad para reservar mesa en TriCiclo, e incluso para hacerse con hueco en su barra, una incursión en Tándem puede servir de aproximación a esta buena cocina.
La carta cuenta con unas secciones fijas de ostras, embutidos, raciones, ensaladas, bocadillos y sabrosos platos del día preparados calle arriba. Todo ello en el entorno de los 20 o 30€ en un local pequeño y austero pero agradable. En una primera aproximación disfruté de un contundente y divertidoHot Dog Catalán con butifarra blanca y tomate, naturalmente.
Nuestro querido barrio de las Letras, bien surtido desde años en establecimientos de corte tradicional y desde hace algo menos con propuestas más innovadoras y modernas, como el Vi Cool de Sergi Arola en la calle de las Huertas, da un paso más en su atractiva oferta culinaria con la aparición de estos jóvenes.