viernes, 2 de mayo de 2014

Manualillos de Inversión ( 1 )



¿Invertir ahora en Japón? Argumentos a favor y en contra




Conozca las razones de dos expertos financierosprimir




El mercado nipón se ha anotado fuertes ganancias con la política expansiva de su banco central y las reformas llevadas a cabo por el Gobierno de Shinzo Abe, un estilo de gobernar que se ha ganado un nombre propio: "Abenomics". Ahora, analistas y gestores de fondos se debaten entre seguir aprovechando el tirón o salir en busca de otras alternativas. Conozca las posiciones de ambas posturas.
¿ES HORA DE INVERTIR EN JAPÓN?
SÍ. Miyuki Kashima, directora de RV Japón de BNY Mellon. 
Más optimista que nunca», así se muestra Miyuki Kashima, directora de inversiones en renta variable japonesa de BNY Mellon, respecto a la bolsa nipona. Basa su diagnóstico en las reformas llevadas a cabo por el primer ministro Shinzo Abe, a punto de tumbar una deflación de 20 años que afectó a todo: a los salarios, a la precariedad del empleo y a los beneficios de las empresas. La caída de precios ha tenido consecuencias nefastas tanto para consumidores como para empresas porque provocó que ambos se volvieran muy reacios a gastar y frenó la demanda de crédito.
«Japón siempre ha sido visto como un país contrario a los cambios, pero incluso en esto vemos una transformación», expone Kashima que también ve señales en las grandes corporaciones. Las principales empresas del país se han comprometido a convertir en empleo indefinido muchos de los contratos temporales y a tiempo parcial que inundan sus estructuras. «Creo que esto tendrá un efecto muy positivo», dice. Sobre todo en la confianza de los consumidores, a menudo mermada a la hora de asumir un préstamo o una hipoteca.
El cambio también podría estar a punto de tener consecuencias positivas en los mercados bursátiles. «Estamos viendo que los beneficios han vuelto a subir a los niveles que había en 2006 y 2007, pero las bolsas se han quedado rezagadas de manera significativa». Razones que llevan a esta gestora a pensar que los mercados nipones se pondrán al día con el tiempo y que hay margen para una revalorización.
Una de las iniciativas clave utilizadas por Abe para combatir la deflación es el aumento del impuesto al consumo, la primera subida desde 1997. Entonces esta política no triunfó, pero Kashima cree que esta vez las cosas serán diferentes. «Abe no dejará que descarrile el plan para colocar a Japón en la senda de crecimiento» y se espera que, si fuera necesario, utilice aún más la política fiscal y la monetaria.
NO. Eva del Barrio, analista de Bankinter.
Japón ha realizado hasta ahora lo que podríamos denominar como el trabajo fácil», explica Eva del Barrio, analista de Bankinter, en referencia a los estímulos fiscales -vía gasto público- y monetarios -masa monetaria y liquidez sobre todo- puestos en marcha hasta ahora por el gobierno nipón. Sin embargo, en contra de lo comprometido por Abe, no se ha llevado a cabo ninguna reforma estructural de calado que sirva para contrarrestar la previsible contracción económica que tendrá la subida de impuestos al consumo a partir de abril, afirma la analista. 
«Estas reformas deberían ir dirigidas a desregularizar algunos sectores de la economía para favorecer la libre competencia, como es el caso del comercio minorista y la agricultura. Por otro lado, deberían flexibilizar el mercado laboral y reformar las pensiones, entre otras cuestiones», apunta. 
Del Barrio cree que el proyecto económico conocido como Abenomics no está teniendo los resultados esperados para reflotar la economía nipona y estima que la subida del IVA -del 5 al 8 por ciento- debilitará el consumo durante los próximos meses. «El consumo privado tiene un peso en Japón del 60 por ciento sobre el PIB, por lo que su menor crecimiento se traduce en un importante detractor para la actividad». De hecho, los indicadores de confianza registran peores expectativas de las familias y de las empresas para los próximos meses.
Esta decepción sobre el proyecto de Shinzo Abe implica para Bankinter un cambio de perspectiva sobre la economía japonesa que se ha traducido, hasta ahora, en un retroceso acumulado del Nikkei próximo al 10 por ciento en lo que va de año y ha llevado al banco a rebajar la recomendación sobre el país desde comprar a neutral.
«En definitiva, creemos que los estímulos monetarios no son suficientes para impulsar el crecimiento. Por este motivo hemos revisado a la baja nuestras estimaciones del PIB para 2014».

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