Un grafiti del artista callejero Jambeiro, en Rio de Janeiro, representa a la selección nacional de fútbol. Pero los inversionistas no comparten el entusiasmo. Reuters
En momentos en que los fanáticos del fútbol llegan en masa a Brasil para celebrar la Copa del Mundo, muchos inversionistas están buscando oportunidades en otras partes de América Latina.
"A estas alturas, Brasil es una historia que requiere demostración", dice Mark Eshman, presidente de la junta directiva y director general de finanzas en ClearRock Capital, en Sun Valley, Idaho. "El impulso que va a recibir del Mundial y de los Juegos Olímpicos (en 2016) será de corto plazo, y creo que hay un verdadero problema de sostenibilidad ahí".
Eshman, cuya firma gestiona US$400 millones en activos, ha tenido una exposición periódica a América Latina pero en 2012 puso fin a cualquier inversión concentrada específicamente en Brasil. ClearRock tiene hoy posiciones en el fondo que cotiza en bolsa (ETF) iShares Core MSCI Emerging Markets, que ofrece una amplia exposición a las economías emergentes. Hasta el 6 de junio, el ETF tenía 10,1% de sus activos en Brasil y 4,5% en México. Eshman está ahora observando la región con sumo cuidado pero con un ojo puesto en el otro jugador dominante en América Latina, México.
A pesar de un crecimiento decepcionante de apenas 1,1% el año pasado, muchos inversionistas siguen entusiasmados con la economía mexicana gracias a una serie de reformas puestas en marcha por el presidente Enrique Peña Nieto, que incluyen la apertura del sector de hidrocarburos a la inversión privada y una reforma tributaria.
"En algún momento en un futuro no muy distante, probablemente vamos a aumentar nuestra exposición a México", el cual está adoptando medidas para mejorar sus capacidades de exportación, dijo.
Jorge Mariscal, director general de inversión para mercados emergentes de UBSUBSN.VX -1.13% Wealth Management, filial de UBS AG, ve a América Latina como "lo bueno, lo malo y lo feo". Brasil representa lo "malo" y México lo "bueno". En su opinión, en la categoría de "feos" entran Venezuela y Argentina.
Brasil tiene una considerable amplitud industrial y una clase media numerosa y ha avanzado en la reducción de la pobreza. Pero a pesar de tener casi pleno empleo, la economía está creciendo a un débil ritmo de 1% debido a la baja productividad, a su vez resultado de falta de inversión en áreas como infraestructura y vivienda, dice.
En un país que es fanático del fútbol, Mariscal apunta a las protestas callejeras contra el Mundial, un evento que debería celebrar el potencial de Brasil, pero que ahora resalta la continua lucha contra la corrupción y el desperdicio.
Un asunto que causa preocupación entre los inversionistas, dice, es la desaceleración en China, país que es gran importador de las materias primas brasileñas.
Las elecciones en octubre en Brasil deberían dar a los inversionistas mayor claridad sobre lo que el gobierno debería hacer para estimular el crecimiento. La presidenta Dilma Rousseff tiene una ligera ventaja en los sondeos recientes, pero una victoria de un candidato más favorable a los mercados podría ayudar al país al menos a corto plazo, dice Mariscal.
Para las inversiones en acciones, divisas y bonos soberanos, UBS Wealth Management prefiere México, "el reformador más activo en América Latina", señala. El modelo estratégico de distribución de activos de la firma es neutral sobre Brasil comparado con el índice MSCI Emerging Markets Latin America, aunque ligeramente con una sobreponderación en México.
Eshman, de ClearRock, ganó dinero invirtiendo en Brasil a comienzos de 2007, cuando la economía repuntó bajo el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y cuando China compraba los commodities del país.
Pero como muchos, su experiencia fue muy diferente en 2012, después de que Lula da Silva dejó la presidencia y la economía de Brasil se fue cuesta abajo. A medida que el crecimiento se desaceleró, vendió sus acciones en el fondo iShares MSCI Brazil Capped.
Eshman también está mirando el ETF Global X FTSE Colombia 20, que cumple con el umbral mínimo de liquidez de la firma. El país andino tiene una moneda relativamente fuerte, es un exportador importante y tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, dice.
En los 36 meses hasta el 31 de mayo, los inversionistas han sacado US$3.630 millones de los fondos abiertos de EE.UU. y US$5.610 millones de los fondos estadounidenses que cotizan en bolsa que invierten en acciones de América Latina, de acuerdo con Morningstar.
Hasta el lunes de esta semana, los fondos de acciones de América Latina han ganado 6,2% durante cinco años. Este año registran un alza de 6,6% hasta al lunes, según Morningstar.
De todas formas "tiene que tener un estómago fuerte para soportar la volatilidad" y mantener los activos en la región dice Barry Fennell, analista sénior de investigación de Lipper, unidad de Thomson Reuters Corp. TRI.T +0.13%
El desempeño del fondo iShares MSCI Brazil Capped ofrece un ejemplo: después de ganar 75,4% en 2007, el fondo se desplomó 54,4% durante la crisis de 2008, luego al año siguiente se disparó 122,4%, de acuerdo con Morningstar. El año pasado, el fondo perdió 17,5%, pero ha ganado 10,9% desde el inicio de año hasta el lunes.
En general, este ha sido un año muy difícil para América Latina, dice Luis Carrillo, gestor del fondo JPMorgan JPM 0.00% Latin America de US$115,3 millones. En muchos países, como Brasil, los problemas políticos están influenciando los precios de las acciones más que los fundamentos, dice. "Es un año en el que necesitamos ser cautelosos y no hacer apuestas heroicas en ningún lugar específico", señala Carrillo.
El fondo tiene 58% de sus activos en Brasil y en torno al 25% en México. Durante el auge de los commodities, Brasil representaba 70% de los activos del fondo, anota. El fondo cayó 10,8% el año pasado y ha ganado 7% desde enero al lunes, según Morningstar.
Los inversionistas en Brasil esperaban ver la continuación del crecimiento bajo Rousseff, "quien se suponía que iba a ser mejor para la economía", dice Carrillo. Pero "fuimos exactamente (en la dirección) opuesta. Fue una decepción".