La apertura de alojamientos turísticos no encuentra techo en Asturias
La oferta rebasa las 84.000 plazas, justo el doble que hace dos décadas // Los hoteles se mantienen estables pero crecen los alojamientos rurales, los cámpings y los apartamentos
LUNES 09 DE MARZO DE 2015
Ni los bajos resultados en ocupación, ni la caída de los precios o las quejas por la escasa rentabilidad y el exceso de plazas. Los asturianos siguen inaugurando alojamientos turísticos. La oferta de hoteles, casas rurales, cámpings, apartamentos y albergues parece no tener techo. Los últimos datos publicados por el Sistema de Información Turística de Asturias (Sita) revelan que en 2014 el Principado ha rebasado las 84.000 camas disponibles, en una progresión que no se ha frenado nunca, ni en los peores años de la crisis. De hecho, en dos décadas se ha duplicado la oferta. El año base fue 1994. Había 42.208 y desde entonces la curva nunca ha registrado una inflexión. ¿Puede la región atraer a suficientes bajeros para ocupar esas 84.000 plazas a lo largo del año? ¿Crece oferta y demanda al mismo ritmo?
Las cifras son tozudas. Durante el tercer cuatrimestre del año --el Sita desgaja por cuatrimestres sus análisis--, los turistas pudieron elegir entre algunas de las 84.333 que ofrecían los alojamientos regionales. Esto supone que son 727 más que en el segundo cuatrimestre del año, es decir, en plena temporada alta, y 1.026 más que hace justo un año, en la recta final de un irregular 2013. Hay alguna cama menos en hoteles que hace un año, pero ese ligero descenso se ha compensado con un incremento en el resto de las modalidades, de los establecimientos rurales, a los cámping, pasando por los apartamentos turísticos, los albergues y las viviendas vacacionales. Todos crecen.
Hasta aquí el número total de camas. Pero también se puede medir por los negocios, por el número de establecimientos que funcionan en Asturias. Nuevamente, la estadística se compara por cuatrimestres. Durante el último de 2014, había 3.399 abiertos, 24 más que en plena temporada alta y 54 más que en el cierre de ejercicio de 2013. Hay seis hoteles menos que hace un año pero, en cambio, están disponibles 31 alojamientos rurales, 16 apartamentos, 6 albergues y siete viviendas vacacionales más. Solo los cámpings permanecen estables.
La fiebre por la apertura de alojamientos no ha remitido en dos décadas. Las estadísticas anuales del Sita revelan que el crecimiento sostenido, año tras año, comenzó en 1994. Aquel año se cerró con 42.208 plazas. Hoy ya son justo el doble. Hubo años muy modestos, como el tránsito de 2013 a 2013, en el que solo se sumaron 220. Pero hubo algunos espectaculares, como el 2007 y 2008, donde se incrementaron casi de 4.000 en 4.000.
Por modalidades, y teniendo en cuenta que las cifras son muy voluminosas, las inauguraciones se extendieron en todos los tipos de negocio. Los hoteles duplicaron las plazas desde 1994, al pasar de 13.313 a las 29.813. Los alojamientos rurales partieron casi de cero, crearon un nuevo mercado que no existía y se multiplicaron por 100. Las viviendas vacacionales nacieron en 2003 con 25 plazas y ahora suman 1.784. Los apartamentos pasaron en 21 años de 381 a 5.141. En este camino solo hay dos tipos de establecimiento que han reducido su oferta. Son los cámpings y los albergues.
¿Cómo alimentar esta oferta de plazas? Durante los años de oro del turismo asturiano las curvas de la oferta y la demanda crecieron de forma casi paralela, aunque la primera iba siempre por delante. Pero la tendencia se rompió a partir de 2008. Los empresarios siguieron abriendo alojamientos y el número de viajeros comenzó a caer. Saltaron entonces las primeras alarmas. ¿Existía exceso de plazas? ¿Puede una región pequeña como Asturias crear un flujo de viajeros suficiente para ocupar 84.000 camas? El debate aún está sobre la mesa. Solo un pequeño apunte. Los concejos del oriente con 39.580 plazas tienen casi 11.000 más que el área central, incluidas las tres urbes de Oviedo, Gijón y Avilés.
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