Christophe Morel : «La deuda de Grecia es insostenible. Hay que reestructurarla»
Regina R. Webb
Para el experto, ahora toca seguir el ritmo que marcan los bancos centrales. Es decir, si el BCE no quiere una subida de tipos, esa debe ser la venta de oportunidad en el mercado.
Christophe Morel, economista jefe de Groupama Asset Management, percibe indicadores positivos que generarán un buen «momentum» para los mercados en los próximos meses, pero recuerda a los inversores no ser complacientes con los fundamentales a largo plazo.
¿Qué perspectivas tenéis para los mercados en 2015?
En el largo plazo, permanecemos cautos con los fundamentales aunque en el corto plazo somos más positivos y quizás más alcistas que el consenso. Vemos dos puntos que nos hacen ser precavidos: la deuda y la eurozona. En primer lugar, porque hay aún demasiado apalancamiento en el sector público y privado, tanto en economías desarrolladas como en emergentes. Y esto implicará un periodo de deflación prolongado y, a su vez, un crecimiento global bajo. Por otra parte, notamos una falta de eficiencia gubernamental en cuanto a reformas y progreso institucional. Y estamos en un contexto en el que, desde que se pusiera en marcha el QE en Europa, hay menor presión de los mercados para avanzar. Más a corto plazo, sí que percibimos factores positivos como la caída de los precios del crudo y más políticas monetarias y fiscales que impulsen el crédito.
¿Y a qué riesgos deberemos estar atentos en los próximos meses?
Grecia es un punto interesante. En el corto plazo se ha llegado a un acuerdo, tanto el gobierno como los líderes europeos lo necesitaban, pero el medio plazo, la deuda griega no es sostenible. Necesitamos reestructurarla. No es una pregunta, es una necesidad. Existe el riesgo de que, aunque Grecia no salga del euro, se pueda generar una situación similar a la que se dio en Argentina. Los gobiernos locales necesitaban financiación, así que crearon una divisa local. Eso no sería un mensaje positivo para Europa. Puede que desde el punto de vista económico el país no tenga un peso tan importante, pero si Grecia se marchase del euro significaría que las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, en 2012 -que la eurozona es algo irreversible-no eran ciertas.
Pero pese a que la incertidumbre con el futuro de Grecia aún no se ha resuelto, el mercado parece haberse calmado. ¿Hacia dónde apunta el consenso?
Estamos en un escenario distinto al de hace unos años, cuando el riesgo de contagio se extendía a los mercados de deuda soberana. El Banco Central Europeo nos asegura que comprará bonos.El riesgo ahora se expresa en la divisa. Diría que la mitad de la depreciación del euro responde al QE y la otra mitad a los temores del mercado.
¿Qué escenario sería peor? Una salida de Grecia del euro o que Europa cediese ante las peticiones griegas.
Una salida de Grecia de la eurozona. Europa no quiere reestructurar la deuda de Grecia, de acuerdo, pero es crucial responder a la pregunta de si, en el caso de que entrara en suspensión de pagos, si los demás países estarán preparados para hacer frente al pago. Eso pondría sobre la mesa el tema de la mutualización de la deuda. El peor escenario sería el del «Grexit» ya sea hoy o en unos años. Aunque demos con una solución a corto plazo, la presión de la población de otros países como España o Italia podrían traducirse en un incremento de la participación de partidos extremistas. Llegará el punto en el que tengas que, o dar un paso hacia atrás, o avanzar en el concepto de Europa.
¿Y qué estrategia debe tomar el inversor en estos casos?
Le aconsejaría ser pragmático en el corto plazo y no ser complaciente en el largo plazo. Hay que bailar al ritmo de la música y ahora mismo los tiempos los marcan los bancos centrales. El Banco Central Europeo no quiere una subida de tipos; deben tomar esa oportunidad.
¿Podría ser entonces una oportunidad para entrar en activos más arriesgados como el high yield?
Con los diferenciales que vemos ahora en los bonos high yield, tiene sentido que se presenten oportunidades de inversión, pero debemos ser conscientes de que la prima por la liquidez del mercado probablemente sea superior a la que estemos pagando. En cuanto haya un pequeño susto, esto se traducirá en un movimiento muy grande en este segmento del mercado. Nos podríamos encontrar con una caída del 15 al 20 por ciento en tan solo unos días. La buena noticia es que los bancos centrales son conscientes del riesgo y el riesgo de contagio no es tan alto como hace unos años.
¿Es entonces el QE la solución a las dudas de los inversores hacia el mercado europeo?
Lo primero que debemos determinar es la finalidad del QE. En teoría es una medida que mejorará las expectativas de inflación. Si es así, entonces el coste del crédito se debería reducir y esto sería positivo para las decisiones de inversión y de consumo. Eso es la teoría, pero no tengo tanta confianza. El efecto secundario es que la compra de bonos soberanos es un incentivo a buscar rentabilidades cada vez más altas, con lo que los activos más arriesgados se beneficiarán. En Estados Unidos esto tuvo un efecto en la riqueza, pero no creo que ocurra a tales niveles en Europa ya que seguimos en un contexto de exceso de apalancamiento y deuda. El mercado ha sido el que ha forzado a los bancos centrales a tomar la medida, pero solo ganará tiempo si no se toman las reformas estructurales necesarias. Es difícil pensar que se podrá curar la enfermedad con el origen de la misma.
¿Pero van a pedir los ciudadanos más reformas después de haber soportado años de austeridad?
La cosa es que, si no hay reformas, no habrá una mejoría en el mercado laboral y si eso no ocurre, inevitablemente los partidos extremistas llegarán al poder. Sería solo cuestión de tiempo. A veces, el dolor es necesario si nos queremos beneficiar de un crecimiento futuro.
Mirando entonces el conjunto de la macroeconomía global, ¿en qué mercado optaría como inversor? Estados Unidos, Europa, emergentes...
En cuanto a fundamentales, prefiero al dólar como divisa y, por lo tanto, optaría por activos estadounidenses, tanto en renta variable como en bonos del tesoro. El problema con gran parte de los mercados emergentes es que tienen un modelo de crecimiento que preocupa. Por ejemplo, China tiene una economía basada en la exportación y es difícil determinar en qué sectores tendrá una ventaja competitiva. Es cierto que ya no hay tanto apalancamiento en el sector público, pero aún hay problemas de liquidez en las compañías privadas. Volverá a llegar el momento de invertir en emergentes, pero de momento, Estados Unidos sigue siendo el mercado en el que hay que estar.
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