domingo, 15 de marzo de 2015

Manualillos de Inversión ( 1 )

Cómo preparar la cartera ante las subidas de tipos en EE.UU.

 

El miércoles la Fed puede cambiar su discurso y anunciar subidas de tipos. Cuidado con la Bolsa y la renta fija tanto de EE.UU. como de emergentesprimir
La publicación del informe de empleo americano del mes de febrero ha revolucionado a los activos financieros. La solidez del mercado de trabajo de EE.UU. ha acercado en el tiempo la próxima subida de los tipos de interés. El miércoles, cuando la Reserva Federal celebre su reunión de política monetaria, podría aumentar un poco más la tensión si, como adelanta Estefanía Ponte, de BNP Paribas, cambia el discurso e invita a pensar en que la fecha del movimiento en el precio del dinero será el mes de junio. Hay que preparar, por tanto, la cartera ante esa posibilidad.Aunque, desde Morabanc, Tomás García-Purriños comenta la posibilidad de que la subida del dólar pueda retrasar la decisión de la Fed, dado que una divisa demasiado fuerte puede frenar el crecimiento de EE.UU. Pero, como reconoce este mismo experto, «lo cierto es que el ciclo ha cambiado y se espera un cambio hacia una política monetaria más restrictiva, que podrá comenzar este año o el que viene». Ante ese escenario, ¿qué recomiendan los expertos?
¿Qué hacer en Bolsa?
García-Purriños afirma que la renta variable mundial (MSCI World) mantiene una correlación positiva con los tipos de interés, por lo que una Reserva Federal aumentando el precio del dinero no tendría por qué ser negativo para las Bolsas. Y, en cuanto a la Bolsa americana, este experto comenta que si bien podría suponer un recorte en el corto plazo, no debería ser un problema a largo. Por sectores en el S&P 500, históricamente los más perjudicados han sido consumo cíclico y salud y los más beneficiados, materiales y energía. «Lo anterior se justifica en que los periodos de subidas de tipos de interés han coincidido con momentos de perspectivas de mayor inflación. Sin embargo, ahora lo anterior podría cambiar, especialmente con el impulso que supondrá para el consumo el notable descenso de los precios del petróleo», sigue Purriños. 
Miguel Ángel Bernal, del IEB, aconseja tener cuidado con la exposición a Wall Street. «Quienes tengan un horizonte de inversión con vistas al corto o al medio plazo, deberían ir estableciendo niveles de salida», afirma Bernal. Carlos de la Parra, de Bull4All, remata: «Históricamente, una subida de tipos ha supuesto una corrección en los mercados financieros, y esto es algo que no se puede ignorar». En la misma línea, José Luis Martínez Campuzano, de Citi, afirma que infraponderaría la Bolsa americana. El analista Juan Ignacio Crespo añade que la Bolsa americana se ha comportado bien con un dólar débil, aunque siempre con un ciclo de bajadas de tipos de interés.
La Bolsa americana, por tanto, tiene unas perspectivas regulares a corto plazo. Ya en estos momentos lo está haciendo peor que las Bolsas europeas. Y este diferencial puede continuar en el tiempo. Crespo dice que la renta variable del Viejo Continente seguirá subiendo mientras dure la inyección de dinero del BCE. De hecho, Martínez Campuzano recomienda sobreponderar la Bolsa europea frente a la estadounidense. García-Purriños precisa que, periodos en los que la Fed subía tipos de interés y el BCE, no, han sido históricamente muy positivos para la renta variable europea, con una correlación positiva directa muy alta con índices como el Eurostoxx, el Dax o el Stoxx 600, sobre todo este último. Y se ven especialmente beneficiados el sector financiero y el inmobiliario europeos.
Martínez Campuzano también apostaría por la asiática. Es cierto que las previsiones de subidas de tipos en EE.UU. y la apreciación del dólar pone en dificultades a muchos países emergentes, pero Martínez Campuzano cree que las turbulencias que puedan producirse por el primer endurecimiento monetario de la Fed deberían aprovecharse para tomar posiciones en Asia, sobre todo en las economías más dinámicas, además de en algún país de Europa del Este o México, como excepción en América Latina. Pero Crespo mantiene que los emergentes es mejor ni tocarlos, especialmente Brasil, Turquía o Indonesia, los más débiles cuando la Fed anunció el final de la compra de activos.
¿Qué decisiones tomar en deuda?
En un contexto de subida de los tipos de interés en EE.UU., hay que evitar la renta fija americana que, poco a poco, irá perdiendo valor. «Descartaríamos la renta fija americana», asegura el experto del IEB. Además, en cuanto al propio dólar, los inversores que tengan exposición al billete verde vía activos monetarios deberían ir buscando alternativas, según Bernal: «Aún no hay urgencia en rebajar el porcentaje de inversión en dólares. El tipo de cambio se irá a la paridad, o incluso algo por debajo, pero se acaba el recorrido». La alternativa la ve en la Bolsa europea.
Aunque hay expertos que están empezando a cubrir el riesgo divisa. Por ejemplo, Jana Sehnalova, de La Francaise. Y también Carlos de la Parra. 
La subida de tipos en EE.UU. no va a perjudicar a la deuda europea. Ponte comenta que hay que estar en deuda pública europea, porque hasta septiembre de 2016 seguirán las compras por parte del BCE. A su juicio, los repuntes en los tipos pueden ser oportunidades de compra. Un argumento más a favor de la deuda europea es el que aporta Borja Gómez, de Inverseguros, que comenta que, como cada vez va a haber más bonos en manos del BCE, irá disminuyendo los que hay en circulación, cuando las necesidades de inversión de ciertos institucionales seguirá siendo las mismas. Este experto cree que las mejores opciones están en los largos plazos de la periferia. Crespo advierte del riesgo de que en cualquier momento salten de nuevo discrepancias en el consejo de gobierno del BCE. 
Con la renta fija que más cuidado hay que tener por las subidas de tipos en EE.UU. y la apreciación del dólar es con la emergente, sobre todo con la de emisores menos seguros y especialmente con los títulos emitidos en dólares: la subida del billete verde incrementa el valor de la deuda denominada en dólares de estos países y, por tanto, las dudas respecto a su sostenibilidad.

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