domingo, 1 de marzo de 2015

Tsipras acusa...

El primer ministro griego Alexis Tsipras dijo el sábado que no se rendirá en su "batalla" con los acreedores del país y acusó directamente a España y Portugal de tratar de sabotear sus negociaciones con Bruselas.
"La batalla continuará", dijo el primer ministro Alexis Tsipras al comité central de su partido de extrema izquierda Syriza. "Quien piense que cederemos será decepcionado", añadió.
Tsipras afirmó que durante las negociaciones que condujeron a otorgar el martes a Grecia el acuerdo de extensión del préstamo, refrendado el viernes por los diputados alemanes, la presión de otros países europeos "tuvo el carácter de un chantaje".
"Las fuerzas conservadoras (de Europa) tratan de tendernos una trampa, para llevarnos a la asfixia financiera", añadió. Pero Grecia no "cederá ante las dificultades o en nuestros principios", dijo.
Según Tsipras, Grecia se enfrenta a "un eje de poderes encabezado por España y Portugal" que tratan de echar por tierra las negociaciones "para conjurar riesgos políticos internos".
Sus declaraciones fueron vistas como una forma de referirse al auge de partidos contrarios a la austeridad en España y Portugal, animados por la llegada de Syriza al poder.
En España, Podemos, cercano aliado de Syriza, encabeza las encuestas para las elecciones generales de final de este año.
El gobierno griego, que se comprometió a mantener presupuestos equilibrados y a aplicar medidas sociales para hacer frente a la "crisis humanitaria", procurará cobrar impuestos a "quien tiene dinero y nunca pagó".
Después de que los diputados alemanes levantaran el viernes el último obstáculo a las ayudas internacionales que deben darle un respiro a Atenas, Tsipras anunció una serie de medidas sociales y el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, afirmó el sábado que Atenas podría recurrir a un impuesto extraordinario para equilibrar sus presupuestos.
"Nos comprometimos a tener presupuestos equilibrados. Si tengo que poner un impuesto extraordinario, lo haré, pero será para los que pueden pagar (...) No vamos a quitarle dinero a la gente que está sufriendo", declaró el ministro.
"La gente que nos interesa es la que tiene dinero y nunca pagó. Ese es nuestro objetivo y no nos vamos a compadecer", puntualizó.
"Queremos encontrar una solución para que paguen los que tienen dinero", insistió.
En la noche del viernes, el primer ministro Tsipras había expresado su satisfacción por el voto del parlamento alemán, al tiempo que anunciaba una serie de medidas sociales previstas en el programa electoral de Syriza.
"El primer proyecto de ley que presentaremos a comienzos de la semana próxima, el lunes por la mañana, incluye medidas para enfrentar la crisis humanitaria. Esto, para nosotros, es la primera obligación para una sociedad que sufre desde hace cinco años", dijo el jefe de gobierno.
Las medidas incluyen "el suministro gratuito de corriente eléctrica a 300.000 familias", así como un programa de vivienda para 30.000 personas.
Otros textos van a "proteger a cientos de miles de personas que corren el riesgo de quedarse sin vivienda", según Tsipras.
El jefe de gobierno también afirmó que el controvertido proyecto de una empresa canadiense para explotar una mina de oro en el norte de Grecia no se llevará a cabo.
"Empezamos a trabajar duro, para cambiar a Grecia dentro de una Europa que está cambiando de rumbo", aseguró.
El acuerdo de extensión del préstamo refrendado el viernes por los diputados alemanes se había alcanzado el martes al cabo de un intenso pulso entre Berlín y Atenas.
Atenas había tenido que entregar, a principios de semana, una lista de reformas a cambio de recibir 7.200 millones de euros del programa de ayudas, que aún estaban pendientes de cobro. La prolongación será por cuatro meses, hasta el 30 de junio.
Grecia necesita ese apoyo financiero para mantener su economía a flote, tras años de crisis y medidas de austeridad. Su PIB volvió a contraerse en un 0,4% en el cuarto trimestre de 2014 respecto al anterior, y no un 0,2% como se había estimado a mediados de febrero, según la oficina griega de estadísticas.
El documento elaborado por Atenas no contiene plazos ni compromisos cifrados, pero es una decisión deliberada, explicó Varoufakis, afirmando que se trataba de "una imprecisión productiva".

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