sábado, 15 de agosto de 2015

El Dilema de las Cuencas...

Las Cuencas: lluvia de millones en fondos mineros, récord de parados

La deficiente gestión del dinero y su destino a obras improductivas explican que las inversiones no hayan aliviado el altísimo desempleo en las comarcas 
Marta  Rodríguez

MARTA RODRÍGUEZ

SÁBADO 15 DE AGOSTO DE 2015
Años llevan las cuencas mineras recibiendo fondos mineros. Sin embargo, esas subvenciones públicas han quedado lejos de traducirse en un mayor empleo o regeneración del sector industrial de la comunidad. Se pueden apuntar varios motivos para explicar que no se haya logrado ese objetivo que dichos recursos debían perseguir. Un destino inadecuado del dinero, su inapropiada gestión e incluso deficiencias estructurales asturianas se muestran como las causas principales de la situación.
Cambio del modelo productivo
El primero de los errores que hemos de evitar, subraya Rodolfo Gutiérrez, decano del Colegio de Sociólogos, es “pensar que si tú metes dinero ya se transforma la estructura productiva de un territorio. Que solo se tenían que meter fondos, cuando en realidad habría que transformar instituciones, políticas, valores”. Explica Gutiérrez que se ha invertido mucho en infraestructuras físicas, como por ejemplo las autopistas que conectan el área central, pero “sigue sin solucionarse bien el sistema de cercanías por ferrocarril”. Entiende el decano que “quizás no se han adoptado soluciones que requerían más tiempo y rendimientos a medio plazo, como las relacionadas con infraestructuras digitales o mejoras educativas y se ha optado por aquellas que inicialmente parecían más prometedoras”.
Coincide en esta valoración Faustino Cortina, secretario de la Asociación de Parados del Valle del Nalón (ADEPAVAN), que estima que “se inyectó una gran cantidad de dinero que fue sobre todo a carreteras y hormigón y que no proporcionó puestos de trabajo”. Por eso lamenta Cortina que una juventud tan preparada como la actual tenga que emigrar ante la falta de perspectivas, ya que “el empleo es precario y se trabaja en unas condiciones y por unos salarios que se remontan a hace 20 años”. Además se muestra muy pesimista con respecto al futuro porque “las políticas no tienen visos de mejorar, sino de perpetuarse. La crisis vino para quedarse y ahora que nos tienen donde querían, a seguir engordando los estómagos de las grandes empresas”.
El papel de empresarios y sindicatos
A la hora de buscar culpables, los distintos agentes parecen haber jugado su rol. En el caso de los empresarios, Cortina se manifiesta muy rotundo: “Las empresas a las que fueron esos fondos para la reestructuración no hicieron tal cosa. A la vista está que más que pelotazos y juicios pendientes no hubo”.
El economista Miguel de la Fuente menciona que las empresas asturianas “no pidieron proyectos interesantes. Muchos han sido para obtener subvenciones y no han tenido un recorrido”. Además, si se compara el empresariado astur con otros, se constata que en nuestra región “no existe la misma cultura empresarial que, por ejemplo, en el País Vasco ni tampoco dispone de su capital empresarial. Todo lo cual redunda en falta de proyectos competitivos y que en algunos casos los empresarios estuvieran más pendientes de recibir las subvenciones que de desarrollar un proyecto de futuro competitivo”.
La actuación de los sindicatos también ha incidido de manera poco positiva en la administración de dichos capitales mineros. Cortina sostiene que “los sindicatos fueron arte y parte del despilfarro que hubo con todos esos millones de fondos”. Por su parte, De la Fuente señala que esas organizaciones han tenido “su cuota de gestión deficiente por no velar por los intereses de la creación de empleo con industrias que aportasen valor añadido, competitividad y riqueza en las Cuencas”.
Rodolfo Gutiérrez precisa que dichas entidades disfrutaban una posición atípica “porque eran poderes sindicales de empresa pública, de esos que empleaban la lógica inversora de que se podía meter dinero, que la empresa al ser pública no quebraba. Esa es una lógica de meter más dinero sin pensar en su rendimiento y esa lógica se ha continuado en las principales decisiones de los fondos mineros.”
El comportamiento de la administración pública
También la administración pública ha sido partícipe de una ineficiente gestión de las partidas mineras. Según De la Fuente, el dinero se destinó a “hacer museos y obras totalmente improductivas y no al objeto fundamental: suplementar la industria minera por otro tipo de industrias que aportasen riqueza y bienestar a los ciudadanos de las Cuencas”. El secretario de ADEPAVAN se queja de que “en Langreo tenemos el soterramiento que debería haber finalizado en 2012. Con respecto al centro Stephen Hawking – destinado a personas con discapacidad neurológica- llevamos años peleando para que se reanuden sus obras. Supondría unos 100 empleos directos, además de lo que podría traer la investigación que desarrollaría”.
De la Fuente, en todo caso, interpreta que la solución no pasa por equipamientos museísticos y similares, porque “cada pueblo de Asturias tiene uno de cualquier tipo y también se han construido muchos polideportivos. Pero estas infraestructuras tienen unos costes de mantenimiento que los ayuntamientos no pueden asumir y quedan en desuso”.
Cortina reclama una mayor implicación de las administraciones y mantiene una postura muy crítica con los gobiernos autonómico y estatal. A este último lo acusa de “practicar una involución, porque en diciembre, nada más llegar al poder congeló los fondos mineros. La política de reindustrialización de las Cuencas fue un fracaso total”. En cuanto al futuro de las Cuencas, Rodolfo Gutiérrez cree que en el caso de la central “será parecido a como es ahora por su vinculación con el área económica del centro de la región. Sus destinos irán de la mano”.

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