jueves, 13 de agosto de 2015

Manualillos de Inversión ( 1 )


Habrá escalada de devaluaciones en los emergentes?

ESTRATEGIAS

Guerra de divisas: ¿Cuál es la repercusión en las inversiones?

Acciones, deuda, materias primas y divisas no son inmunes a la decisión del Banco Popular de China, que puede estar desatando una guerra de divisas.
Como comenta Patrice Gautry, economista jefe de UBP, el mundo se enfrenta a un shock deflacionista a consecuencia de las devaluaciones del yuan acometidas por China. El gigante asiático es un gran fabricante, un gran exportador y también un gran comprador. Si deprecia su moneda, obliga al resto de países a devaluar bien vía divisas, bien vía precios de los factores de producción (trabajo y capital). Estamos en el inicio de una guerra de divisas. Ése es el escenario macroeconómico general al que se enfrenta el inversor en estos días. Y cualquier ciudadano. Pero, hablando del primero, ¿cómo afecta este fenómeno a las inversiones? Realizamos un repaso por activos y áreas geográficas.
Mercados emergentes
Empezamos el repaso por los mercados emergentes. De acuerdo con el economista de UBP, los esfuerzos desesperados de China por mejorar su competitividad están poniendo mucha presión sobre el resto de países asiáticos. Ésa es la razón por lo que la cotización de las monedas de la región está cayendo con fuerza. Este experto menciona el caso de won surcoreano, el dólar australiano, el baht tailandés y el dólar taiwanés. Si durante los dos últimos años desde UBP no han recomendado invertir en deuda emergente en divisa local, continúa aconsejando no tener exposición a este tipo de activos. Las decisiones que puedan tomar los bancos centrales y las mismas especulaciones pueden desatar una fuerte volatilidad en ellos.
En cuanto a la Bolsa, aconseja mantener la cautela, puesto que espera negativo impacto en márgenes, beneficios y generación de caja en las empresas de estos países como consecuencia de la guerra de divisas que puede desatarse. En definitiva, aconseja mantenerse infraponderado en las Bolsas emergentes, porque continuarán comportándose peor que el resto. Aún es demasiado pronto para volver a ellas. También a las de América Latina. La devaluación del yuan implica no sólo que a las empresas chinas se les hace más fácil exportar. También implica que importar productos de otros países les será más caro. No es una buena noticia para Brasil, por tanto, que tanto vende al gigante asiático.
¿Y en las Bolsas de los países desarrollados?
Es posible, dice Gautry, que la decisión adoptada por las autoridades chinas provoquen que la Reserva Federal norteamericana retrase las subidas de los tipos de interés. Estados Unidos no se puede permitir ser el único país considerando elevar el precio del dinero y, por tanto, del dólar. Pero opina que ello no debe ser la excusa para incrementar las posiciones en Wall Street. También en EE.UU. y en general en el mundo desarrollado hay que mantener la cautela.
Esa precaución hay que extremarla, especialmente, con las compañías más cíclicas, más exportadoras, como las compañías automovilísticas. Pero no sólo con ellas. Porque sí es cierto que dentro del Eurostoxx Daimler, BMW y Volkswagen han sufrido fuertes pérdidas, pero también han caído a plomo otras empresas más estables con un peso importante de China en sus cifras de ventas, como LVMH o Unilever, por ejemplo. También hay que vigilar el mercado suizo, también muy exportador.
Por el momento, las compañías que están cayendo menos son las más expuestas al mercado europeo. Ya lo hemos visto en las dos últimas sesiones: los valores que menos han sufrido dentro del Eurostoxx 50 han sido Deutsche Post, Iberdrola, E.On y Telefónica, entre otros.
Aunque hay expertos que confiesan que después de los acontecimientos vividos en China se están repensando sus buenas perspectivas respecto al mercado europeo en su conjunto. Con esta débil tasa de inflación, la importación de deflación no es lo que mejor le viene al Viejo Continente. También se advierte, sin embargo, de que pronto pueden aparecer los cazadores de gangas, lo que ayudará a estabilizar la situación de muchas acciones. Sobre todo en los títulos de más calidad. 
¿En la deuda?
Siempre que se produce un conato de aversión al riesgo como el actual, los inversores suelen refugiarse en la deuda "core". De hecho, en los últimos días hemos visto una reducción de la rentabilidad de los bonos americanos y alemanes. En cambio, en el caso de la deuda periférica no hemos visto un comportamiento tan claro.
En deuda corporativa sucede lo mismo que en la Bolsa: las emisiones de compañías exportadoras y afectadas directamente por la devaluación del yuan sufrirán en el mercado secundario.
¿En el mercado de divisas?
Los expertos de Goldman Sachs consideran que la razón del movimiento del Banco Popular de China ha sido evitar una apreciación del yuan en paralelo al dólar cuando se produzca la primera subida de los tipos de interés en Estados Unidos. Es una interpretación que debería tranquilizarnos: China sólo habría depreciado el yuan para anticiparse a la Fed. Pero los inversores se mueven muchas veces más por impulso que por convicción. El dinero es miedoso. Y lo que en este momento está en la mente de muchos es que la deflación que exportará China provocará que la Fed retrase el encarecimiento del dólar. Por eso, el dólar se ha depreciado con fuerte frente al euro, que ya alcanza el nivel de 1,12. El dólar, pues, no parece un buen refugio. De momento.
Otra pista: el dólar no sólo ha perdido valor contra el euro. También lo ha hecho contra el yen.
¿En el mercado de materias primas?
Pese a la recuperación de ayer, que pudo tener que ver con la caída del dólar, los expertos opinan que las noticias que llegan de China son negativas para el mercado de materias primas. En particular para los metales. Como explican los de Macquarie, en cuanto a los metales, un yuan más competitivo provoca que China compre menos del exterior y produzca más. Menos demanda y más oferta es la ecuación que explica da como resultado caídas de precios. De momento, el cobre, el aluminio y el níquel se encuentran en mínimos de los últimos seis años. 
Pero puede existir una excepción: el oro. El metal precioso acumula cinco sesiones consecutivas al alza, incluyendo las dos últimas. De hecho, ayer registró una subida del 1,34%, la mayor desde mediados de junio, hasta alcanzar los 1.123 dólares la onza, su precio más alto desde mediados de mayo.

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