miércoles, 19 de agosto de 2015

Salarios Vs Pensiones....

Evolución de salarios y pensiones: una ecuación con muchas incógnitas


En el análisis de la sostenibilidad del sistema público de pensiones se presta mucha atención a la pirámide de población y demasiado poca a la evolución de los salarios
De acuerdo con el sistema actual, basado en la solidaridad intergeneracional, las pensiones de hoy se financian con los salarios de hoy. Las unas y los otros deberían evolucionar al menos en paralelo para que el sistema siga siendo sostenible. En este sentido, aunque se incide mucho en la variable demográfica, en el continuo envejecimiento de la población, en la reducción del número de personas en edad de trabajar y el aumento del número de mayores de 65 años, se presta muy poca atención a la evolución de la otra variable fundamental: los salarios. Si el contingente de trabajadores tiene que ser suficiente para pagar las pensiones, sus salarios también deberían serlo para asegurar el pago de un retiro creciente para hacer posible una mejora de la calidad de vida de los mayores. No sólo es importante el número de contribuyentes, también lo es la cantidad que perciben y por la que contribuyen a la Seguridad Social.
En las líneas que siguen vamos a compara la evolución de salarios y pensiones. ¿Cómo se han comportado en los últimos años?
De acuerdo con las estadísticas de la Seguridad Social, la pensión media en el año 2005 era de 609,75 euros mensuales, en el año 2007 había pasado a los 673,69 euros. En el año 2014 alcanzó los 871,01 euros. El incremento se ha debido a su avance en todo tipo de pensiones. La pensión media de incapacidad permanente ha pasado de los 700 a los 915,56 euros; la pensión media de jubilación, de los 686,61 a los prácticamente 1.000 euros; la de viudedad, desde los 455,26 hasta los 624,03 euros; la de orfandad, desde los 267,96 hasta los 369 euros; y la de favor familiar, de los 349,89 hasta los 508,35 euros.
Si hablamos de incrementos en porcentaje, en los primeros años de la serie de la que hablamos, en 2005 y 2006, la pensión media subió más de un 5%, en 2007, prácticamente ese porcentaje, se acercó al 7% en el año 2008, para retroceder por debajo del 5% en 2009. A partir de ahí, en 2010, 2011, 2012 y 2013 subieron más de un 3%, mientras que en 2014 la pensión media creció un 1,71%.
La evolución de esta cifra de revalorización anual no depende únicamente del Gobierno, que legisla respecto a cuánto tiene que subir la pensión anualmente, es decir, si se tiene que regir por la inflación, o si a ésta hay que aplicarle algún elemento corrector al alza o a la baja, o si el porcentaje de avance es fijo y hasta cierto punto arbitrario. También tiene que ver con la evolución de los salarios. En este caso, con el salario que el trabajador estaba cobrando cuando llegó a la edad de jubilación. Aunque sobre este aspecto también se legisla (el Gobierno establece qué salario se establece como referencia para calcular la pensión: si es lo que se estaba cobrando en el último año o en la media de los últimos "x" que se establezca, con un tope), en líneas generales, el salario del trabajador es lo que determina lo que cobrará cuando se jubile.
La lógica dice que, normalmente, a lo largo de la carrera profesional, se va incrementando lo que el trabajador cobra: cuando uno llega a la edad de jubilación es cuando cobra su salario más elevado. Pero no debe haber un gran desajuste entre los salarios de entrada y los de salida para que el sistema no se quiebre.
¿Cómo han evolucionado los salarios?
De acuerdo con la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE, la ganancia media por trabajador era en 2008 (primer dato de la serie) de 21.883,42 euros. En 2011, cuando marcó máximos, se situaba prácticamente en los 22.900 euros y bajó en 2013 hasta los 22.697,86 euros.
¿Se han comportado de manera diferente los salarios de los jóvenes que los de los mayores? De acuerdo con la misma fuente, cuya serie recoge la evolución entre 2008 y 2013, mientras la ganancia media anual por trabajador se ha mantenido más o menos estable para los mayores de entre 60 y 64 euros por encima de los 22.000 euros, la de los jóvenes de entre 20 y 24 años ha ido bajando ejercicio tras ejercicio: en el año 2008 percibían, de media, 13.293 euros al año y en 2013, la cifra ha bajado a los 10.668,30 euros, de media.
Si nos fijamos en los trabajadores entre 25 y 29 años, en el año 2008, percibían 17.434 euros, de media. En 2013, 15.587,21 euros. En el caso de los que tienen entre 55 y 59 años, su ganancia anual ha subido ligeramente de los 26.981 euros al año a los 27.406 euros.
En definitiva, mientras los trabajadores de más edad han logrado mantener sus salarios, en el caso de los jóvenes, la cantidad que perciben anualmente se ha ido reduciendo y, por tanto, también, su aportación a las arcas de la Seguridad Social. Haciendo abstracción de las modificaciones y bonificaciones a los pagos a la Seguridad Social de los nuevos contratos, simplemente por el hecho de que los salarios de quienes se incorporan al mercado laboral es cada vez más bajo, su aportación a las arcas de la Seguridad Social, que son las que pagan las pensiones, tiene que ser, forzosamente, inferior.
Repercusiones en la pobreza 
Todas estas referencias tienen consecuencias en la tasa de pobreza que se sufre en España por edad. De acuerdo con las cifras de Eurostat, el 12,5% de los trabajadores españoles se encuentran en riesgo de pobreza. Este porcentaje sube hasta el 21,3% en el caso de los trabajadores entre los 18 y los 24 años. En el caso de los trabajadores entre 55 y 64 años, las personas en riesgo de pobreza bajan hasta el 8,5%.
Los trabajadores pobres se concentran entre los más jóvenes. Pero es que, además, el sistema público de pensiones se ha demostrado la mejor vacuna contra la pobreza. Según también datos de Eurostat, la tasa de pobreza entre los pensionistas mayores de 65 años se situaba en 2014 en el 8,4%. Este porcentaje ha ido bajando en los últimos tiempos desde niveles que superaban el 20% hace diez años. Esa reducción no se debe únicamente a la subida progresiva de las pensiones, también obedece al deterioro de la situación de otros colectivos sociales, que han provocado que, en términos relativos, los jubilados hayan mejorado su nivel de vida. 

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