Antonio Pino
Secretario general del CCOO en Asturias
"Podemos Asturias está muy influenciado por la CSI, que orienta sus políticas a mucho criticar y poco aportar"
Antonio Pino, secretario general de
CCOO en Asturias, apura su último mandato al frente del sindicato en
Asturias. Aunque no puede optar a revalidar su cargo por las normas
internas de la organización, asegura que es el momento de dejar paso a
nuevos dirigentes tanto a nivel regional como estatal. Los relevos se
producirán en los congresos previstos para principios de 2017. Pino pone
en valor la importancia de la concertación y considera que, aunque va
con retraso, hay margen para el acuerdo. Se muestra especialmente
crítico contra el grupo parlamentario de Podemos en Asturias y destaca
los resultados obtenidos por su organización en las últimas elecciones.
"Los sindicatos de clase seguimos fuertes", sentencia el líder sindical
Domingo 07 de febrero de 2016
-La falta de presupuestos condiciona toda la actividad económica de la región ¿Cómo afecta la prórroga presupuestaria?
La prórroga presupuestaria ha sido fruto, en primer lugar, de la incapacidad del propio gobierno para alcanzar acuerdos con el resto de fuerzas políticas, especialmente en la izquierda, con IU y Podemos. Pero también tienen responsabilidad los partidos de la derecha. El presupuesto es siempre necesario porque no es lo mismo administrar más de 4.000 millones que se contemplaban en el proyecto de 2016 que una prórroga de unos 3.600 millones. No es lo mismo tener un montón de créditos cautivos que vienen del mandato anterior porque, además, te ves obligado a recurrir a créditos extraordinarios. Es una prueba del nueve para el parlamento en esta legislatura.
-No ha presupuesto pero toca negociar el pacto de concertación. ¿Ve posible el acuerdo?
En un escenario con prórroga, hay ciertas políticas novedosas que no se pueden implementar, por lo que la concertación social gana en valor, ya que es un instrumento mediante el que empresarios y sindicatos aportan políticas tanto sobre la inversión pública, como el empleo, la protección social o el mantenimiento del Estado Bienestar. Estamos en la fase de conformar las mesas de negociación y vamos un poco despacio por la lentitud de la patronal, pero la cosa camina y todos nos hemos comprometido a intentar llegar a un acuerdo razonable que contemple elementos innovadores. Eso sí, sabiendo que muchas cosas son lo que son y en política y sindicalismo hay el margen que hay.
-¿Cuáles son los puntos a los que no está dispuesto a renunciar CCOO para firmar el acuerdo?
La idea es impulsar un plan que contemple medidas para la recuperación económica. Creemos que hay que apostar por una estrategia industrial para Asturias y que hay que dotarla de recursos. Aquí hay un elemento importante que es la agrupación de empresas para mejorar en tamaño, que es determinante. Tenemos un mercado empresarial muy atomizado y hay que corregirlo, pero hace falta dinero para favorecer esa situación. También queremos desarrollar mecanismos en favor de la implantación de elementos tecnológicos. Otro aspecto fundamental es seguir apostando por políticas que den trabajo mientras se crea empleo. Ahí son importantes los planes de empleo, ocupar a la gente que si no estaría en el paro y que esto les permite no desengancharse del mercado laboral.
Tenemos que apostar por establecer líneas para favorecer recursos a las empresas pero compartiendo la idea de FADE de que sea con retorno social a la administración. Creemos que deben darse cada vez menos subvenciones a fondo perdido. Que se seleccione bien, hay que priorizar porque no hay recursos para todo. Buscamos impulsar un sector demolido como el de la construcción. Hay que trabajar en dos líneas: un plan de rehabilitación de vivienda sostenible y mejorar la presencia de las empresa asturianas en las ofertas de obra pública en Asturias a través de que esas ofertas contemplen cláusulas sociales como pasa en otras comunidades autónomas.
Hay pequeños colectivos que desde la sanidad pública están trabajando en favor de la sanidad privada
-¿Qué medidas pretenden incluir para fomentar la creación de puesto de trabajo?
Queremos incluir planes sectoriales en consideración con las necesidades reales. Un plan de turismo, el agroalimentario, el biosanitario… Es importante analizar cómo estamos, qué necesitamos y qué debe poner el sector público y qué el privado. Para nosotros es fundamental garantizar el mantenimiento y la protección de servicios públicos.
Por ejemplo, tenemos que organizar de otra manera la sanidad. Apostar por reducir las listas de espera e intentar vencer a los grupos de resistencia. Hay otras formas organizativas sin grandes costes ni grandes incrementos de plantilla que permiten sacar más provecho a la tecnología y a las personas. Hay pequeños colectivos que desde la sanidad pública están trabajando en favor de la sanidad privada. Trabajan en los dos sitios y lo que no hacen favorecen que lo hagan derivándolo en régimen de subcontrata o régimen de cooperación a la privada. Esto está pasando y se puede resolver. En resumen, necesitamos inversión productiva, una política de inversión fuerte, impulsar políticas de empleo y de protección social… Tenemos que ser eficaces y retirar todo lo que no ha funcionado.
Con la concertación tenemos que ser eficaces y retirar todo lo que no ha funcionado
-Asturias creció el año pasado el 2,3% pero esa recuperación no ha tenido los efectos deseados en el mercado laboral. ¿Por qué no se nota esa fuerte mejoría en la creación de empleo?
Las previsiones de crecimiento de la economía asturiana para 2016, según quien lo diga, está unas siete décimas por debajo de la media nacional. La economía no es una ciencia exacta. Nos va a costar salir más porque, como ocurrió en todas las crisis pasadas, Asturias entra más tarde y sale más tarde. Eso es debido a la estructura productiva de la región. Cuando el sector privado no tira, debe hacerlo el público y realizar mayores esfuerzos en inversión productiva directa. También es importante el consumo, que es lo que está tirando de la recuperación. Eso se dinamiza con salarios dignos que favorezcan ese consumo.
-Medidas como la eliminación de la reforma laboral o de la LOMCE están en los programas de los partidos que, ante la negativa de Rajoy, están en disposición de formar gobierno. ¿Qué puntos cree que son innegociables para que ese hipotético ejecutivo sea realmente progresista?
-Hay una serie de partidos que se han comprometido a desarrollar una serie de políticas cercanas a los planteamientos sindicales y por eso CCOO defiende la necesidad de un gobierno progresista. Ha habido un sesgo a la izquierda en las últimas elecciones y hay un mandato de cambio político. Los ciudadanos castigaron al PP en votos y diputados como rechazo a sus políticas de ajuste y queremos apostar por un gobierno de progreso en el país aunque pueda estar en minoría y existan acuerdos puntuales en temas concretos. Apostamos por esa idea. Sería bueno porque el peor escenario serían unas nuevas elecciones. La economía está parada, el problema de Cataluña camina aprovechando un vacío de poder en la gobernabilidad del país... Entendemos que, si son fieles a sus compromisos, van a ir a políticas más favorecedoras para los trabajadores y para la ciudadanía. La revisión de la reforma laboral, la LOMCE, la ley mordaz, la ley aborto… sería la ocasión de revertir una serie de políticas que el PP impuso con su mayoría absoluta.
El peor escenario serían unas nuevas elecciones
-¿Cree que realmente es factible un acuerdo entre PSOE y Podemos?
Podemos en Asturias tiene un perfil propio. En otros ámbitos municipales con marca Podemos o similares no se da la misma situación. No es igual esa formación en Oviedo que Gijón o en Asturias. En estos dos últimos sitios está muy influenciado por la CSI, que lo ha permeabilizado y orientas sus políticas y su proceder, que es mucho criticar y poco aportar. Eso no quiere decir que en el ámbito nacional Pablo Iglesias no tenga buena comunicación con los sindicatos, de hecho, las medidas presentadas por el PSOE o Podemos en el Parlamento están habladas, no digo consensuadas pero sí habladas, con UGT-CCOO a nivel confederal. Hay diferencias entre la relación de los sindicatos con Podemos con respecto Asturias, porque aquí es una fuerza que se conforma a partir de unos liderazgos cupulares de forma rápida y ahí entra de todo. El problema es que están defraudando las expectativas de quienes les dieron su confianza con el voto. En política se está para construir, no para estar todo el día con polémicas con las fuerzas de izquierdas con actitudes que en la forma y el fondo son poco democráticas.
Podemos está defraudando las expectativas de quienes les dieron su confianza
-Con Lucía Montejo, diputada de Podemos, tuvieron un rifirrafe importante por unas declaraciones que, según ustedes, no tenían nada que ver con los asuntos tratados en la reunión.
Nos reunimos con ella y no hubo grandes diferencias en los planteamientos. Lo que dijeron después a los medios no era cierto porque no propusieron nada de eso en la reunión y eso es constatable. Eso es una consecuencia de un Podemos muy influido por la CSI. No me parece normal que un parlamentario como Enrique esté insultando al Presidente del Gobierno en un acto público, como pasó. Si eso es la nueva democracia, no me parece normal. Son una fuerza que ha catalizado el descontento y la soberbia del PP y PSOE, bienvenidos por esa quiebra incompleta del bipartidismo, porque siguen siendo mayoritarios, pero las formas no se corresponden con el mandato que les dieron sus votantes. Están haciendo un mal uso de esa confianza.
-En alguna ocasión se han referido a los sindicatos mayoritarios como parte de la casta. ¿Ha sabido el sindicato adaptarse a los nuevos tiempos que corren en la izquierda española?
Eso que se llama casta, en las elecciones sindicales, cuyo periodo de cómputo, que terminó en diciembre, obtuvo casi el 70% de la representación sindical en cientos de empresas en Asturias. Y en esas elecciones hay más participación que en las políticas. Hay una cierta expectativa y confusión en la sociedad española con el papel de la izquierda. Soy consciente de que en la UE y con una economía tan globalizada hay poco margen, pero hay que reconocer que en las últimas elecciones hay un corrimiento de voto a la izquierda. No hay costumbre de pacto y uno de los mandatos de la sociedad es el emplazamiento a buscar acuerdos y alianzas que permitan gobiernos lo más estables posibles.
-Aunque pacten PSOE-Podemos-IU haría falta más apoyos para gobernar con estabilidad. ¿Teme que ganen demasiado peso las fuerzas nacionalistas?
No entendería un gobierno con fuerzas de izquierda nacionalistas como Bildu o Esquerra. Creo que sería bueno un gobierno con fuerzas de ámbito nacional que representen progreso. Hablo de un acuerdo PSOE-PODEMOS-IU y alguna Marea, aunque yo no vería la entrada de nacionalistas porque plantean lo contrario. El papel de las fuerzas nacionalistas en relación con la actual ley electoral necesita una revisión urgente porque tiene una influencia que no es oportuna ni realista ni justa en las políticas de ámbito nacional.
El papel de las fuerzas nacionalistas en relación con la actual ley electoral necesita una revisión urgente
-El sindicato ha sufrido una pérdida de afiliación importante en los últimos años. ¿Han hecho autocrítica?
Es una pérdida de afiliación que mayoritariamente tiene que ver con la crisis. Pueden existir elementos de descontento puntual, pero cuando vemos un problema lo intentamos corregir. En una visión autocritica global, ¿Hemos hecho mal cuando hemos intentado negociar con el PP un plan de empleo para personas sin prestaciones y el Gobierno lo estropea porque impone unas condiciones que hacen que llegue a menos personas? Tenemos que ser más claros. Nosotros no hemos fracasado pero el Gobierno no ha cumplido. A veces, firmamos acuerdos y parece que somos responsables de que no se cumplan. Tenemos que decir que quien lo gestiona impide que en la práctica se cumpla. Lo tenemos que decir y eso no lo hemos dicho. Luego hay elementos de valoración subjetiva. Se habla mucho del tema de la foto. ¿Es bueno que sindicatos saquen en fotos con el PP? Depende de quien lo analice. Yo defiende que un sindicato debe buscar pactos con gobiernos de cualquier color, pero hemos sido blandos en denunciar incumplimientos del PP en temas acordados con nosotros. Al margen de eso, creo que una cosa es la queja puntual, que existe, pero hay un gran desconocimiento de las capacidades legales que tiene un sindicato. La reforma laboral también dificulta la defensa del trabajador por parte del sindicato.
Hay un gran desconocimiento de las capacidades legales que tiene un sindicato con la reforma laboral
-¿Considera que los trabajadores mantienen la confianza en las organizaciones sindicales, en este caso, en CCOO?
Más allá de cualquier juicio de valor, la respuesta son los resultados de las elecciones sindicales, que hablan por sí mismos. En el año 2001 se eligieron 7.000 delegados y en 2015 fueron 5.544. Han cerrado unas 5.000 empresas en Asturias pero los porcentajes de representación se mantienen. Los trabajadores mayoritariamente depositaron su confianza en los sindicatos de clase. Se pretendía desde la derecha socavar el poder sindical, por ejemplo con una ley que ha facilitado que más de 300 sindicalistas estén encausados. Fue una acción del PP consciente de que la última frontera a sus políticas somos los sindicatos. Hay un respaldo muy importante a los sindicatos mayoritarios.
El PP es consciente de que la última frontera a sus políticas somos los sindicatos
¿Qué valoración hace de esos resultados en Asturias?
En votos estamos por encima, es el mejor resultado de nuestra historia. Hoy estamos prácticamente en un empate técnico con UGT. Hemos recortado sobre 250 delegados respecto al periodo de computo anterior (2011) y no ha habido un avance significativo del sindicalismo corporativo. El sindicalismo de clase no solo aguanta, sino que se mantiene fuerte para seguir representando a los trabajadores como hemos hecho siempre.
-Por normativa interna no puede optar a seguir dirigiendo CCOO de Asturias al final del mandato actual. ¿Le gustaría poder seguir?
Aunque este condicionado por mandato, creo que tiene que haber un relevo, no me presentaría aunque pudiera. No es problema de edad pero creo que es bueno que haya renovaciones en el ámbito regional y también veo fundamentales esos cambios en el ámbito estatal.
La prórroga presupuestaria ha sido fruto, en primer lugar, de la incapacidad del propio gobierno para alcanzar acuerdos con el resto de fuerzas políticas, especialmente en la izquierda, con IU y Podemos. Pero también tienen responsabilidad los partidos de la derecha. El presupuesto es siempre necesario porque no es lo mismo administrar más de 4.000 millones que se contemplaban en el proyecto de 2016 que una prórroga de unos 3.600 millones. No es lo mismo tener un montón de créditos cautivos que vienen del mandato anterior porque, además, te ves obligado a recurrir a créditos extraordinarios. Es una prueba del nueve para el parlamento en esta legislatura.
-No ha presupuesto pero toca negociar el pacto de concertación. ¿Ve posible el acuerdo?
En un escenario con prórroga, hay ciertas políticas novedosas que no se pueden implementar, por lo que la concertación social gana en valor, ya que es un instrumento mediante el que empresarios y sindicatos aportan políticas tanto sobre la inversión pública, como el empleo, la protección social o el mantenimiento del Estado Bienestar. Estamos en la fase de conformar las mesas de negociación y vamos un poco despacio por la lentitud de la patronal, pero la cosa camina y todos nos hemos comprometido a intentar llegar a un acuerdo razonable que contemple elementos innovadores. Eso sí, sabiendo que muchas cosas son lo que son y en política y sindicalismo hay el margen que hay.
-¿Cuáles son los puntos a los que no está dispuesto a renunciar CCOO para firmar el acuerdo?
La idea es impulsar un plan que contemple medidas para la recuperación económica. Creemos que hay que apostar por una estrategia industrial para Asturias y que hay que dotarla de recursos. Aquí hay un elemento importante que es la agrupación de empresas para mejorar en tamaño, que es determinante. Tenemos un mercado empresarial muy atomizado y hay que corregirlo, pero hace falta dinero para favorecer esa situación. También queremos desarrollar mecanismos en favor de la implantación de elementos tecnológicos. Otro aspecto fundamental es seguir apostando por políticas que den trabajo mientras se crea empleo. Ahí son importantes los planes de empleo, ocupar a la gente que si no estaría en el paro y que esto les permite no desengancharse del mercado laboral.
Tenemos que apostar por establecer líneas para favorecer recursos a las empresas pero compartiendo la idea de FADE de que sea con retorno social a la administración. Creemos que deben darse cada vez menos subvenciones a fondo perdido. Que se seleccione bien, hay que priorizar porque no hay recursos para todo. Buscamos impulsar un sector demolido como el de la construcción. Hay que trabajar en dos líneas: un plan de rehabilitación de vivienda sostenible y mejorar la presencia de las empresa asturianas en las ofertas de obra pública en Asturias a través de que esas ofertas contemplen cláusulas sociales como pasa en otras comunidades autónomas.
Hay pequeños colectivos que desde la sanidad pública están trabajando en favor de la sanidad privada
-¿Qué medidas pretenden incluir para fomentar la creación de puesto de trabajo?
Queremos incluir planes sectoriales en consideración con las necesidades reales. Un plan de turismo, el agroalimentario, el biosanitario… Es importante analizar cómo estamos, qué necesitamos y qué debe poner el sector público y qué el privado. Para nosotros es fundamental garantizar el mantenimiento y la protección de servicios públicos.
Por ejemplo, tenemos que organizar de otra manera la sanidad. Apostar por reducir las listas de espera e intentar vencer a los grupos de resistencia. Hay otras formas organizativas sin grandes costes ni grandes incrementos de plantilla que permiten sacar más provecho a la tecnología y a las personas. Hay pequeños colectivos que desde la sanidad pública están trabajando en favor de la sanidad privada. Trabajan en los dos sitios y lo que no hacen favorecen que lo hagan derivándolo en régimen de subcontrata o régimen de cooperación a la privada. Esto está pasando y se puede resolver. En resumen, necesitamos inversión productiva, una política de inversión fuerte, impulsar políticas de empleo y de protección social… Tenemos que ser eficaces y retirar todo lo que no ha funcionado.
Con la concertación tenemos que ser eficaces y retirar todo lo que no ha funcionado
-Asturias creció el año pasado el 2,3% pero esa recuperación no ha tenido los efectos deseados en el mercado laboral. ¿Por qué no se nota esa fuerte mejoría en la creación de empleo?
Las previsiones de crecimiento de la economía asturiana para 2016, según quien lo diga, está unas siete décimas por debajo de la media nacional. La economía no es una ciencia exacta. Nos va a costar salir más porque, como ocurrió en todas las crisis pasadas, Asturias entra más tarde y sale más tarde. Eso es debido a la estructura productiva de la región. Cuando el sector privado no tira, debe hacerlo el público y realizar mayores esfuerzos en inversión productiva directa. También es importante el consumo, que es lo que está tirando de la recuperación. Eso se dinamiza con salarios dignos que favorezcan ese consumo.
-Medidas como la eliminación de la reforma laboral o de la LOMCE están en los programas de los partidos que, ante la negativa de Rajoy, están en disposición de formar gobierno. ¿Qué puntos cree que son innegociables para que ese hipotético ejecutivo sea realmente progresista?
-Hay una serie de partidos que se han comprometido a desarrollar una serie de políticas cercanas a los planteamientos sindicales y por eso CCOO defiende la necesidad de un gobierno progresista. Ha habido un sesgo a la izquierda en las últimas elecciones y hay un mandato de cambio político. Los ciudadanos castigaron al PP en votos y diputados como rechazo a sus políticas de ajuste y queremos apostar por un gobierno de progreso en el país aunque pueda estar en minoría y existan acuerdos puntuales en temas concretos. Apostamos por esa idea. Sería bueno porque el peor escenario serían unas nuevas elecciones. La economía está parada, el problema de Cataluña camina aprovechando un vacío de poder en la gobernabilidad del país... Entendemos que, si son fieles a sus compromisos, van a ir a políticas más favorecedoras para los trabajadores y para la ciudadanía. La revisión de la reforma laboral, la LOMCE, la ley mordaz, la ley aborto… sería la ocasión de revertir una serie de políticas que el PP impuso con su mayoría absoluta.
El peor escenario serían unas nuevas elecciones
-¿Cree que realmente es factible un acuerdo entre PSOE y Podemos?
Podemos en Asturias tiene un perfil propio. En otros ámbitos municipales con marca Podemos o similares no se da la misma situación. No es igual esa formación en Oviedo que Gijón o en Asturias. En estos dos últimos sitios está muy influenciado por la CSI, que lo ha permeabilizado y orientas sus políticas y su proceder, que es mucho criticar y poco aportar. Eso no quiere decir que en el ámbito nacional Pablo Iglesias no tenga buena comunicación con los sindicatos, de hecho, las medidas presentadas por el PSOE o Podemos en el Parlamento están habladas, no digo consensuadas pero sí habladas, con UGT-CCOO a nivel confederal. Hay diferencias entre la relación de los sindicatos con Podemos con respecto Asturias, porque aquí es una fuerza que se conforma a partir de unos liderazgos cupulares de forma rápida y ahí entra de todo. El problema es que están defraudando las expectativas de quienes les dieron su confianza con el voto. En política se está para construir, no para estar todo el día con polémicas con las fuerzas de izquierdas con actitudes que en la forma y el fondo son poco democráticas.
Podemos está defraudando las expectativas de quienes les dieron su confianza
-Con Lucía Montejo, diputada de Podemos, tuvieron un rifirrafe importante por unas declaraciones que, según ustedes, no tenían nada que ver con los asuntos tratados en la reunión.
Nos reunimos con ella y no hubo grandes diferencias en los planteamientos. Lo que dijeron después a los medios no era cierto porque no propusieron nada de eso en la reunión y eso es constatable. Eso es una consecuencia de un Podemos muy influido por la CSI. No me parece normal que un parlamentario como Enrique esté insultando al Presidente del Gobierno en un acto público, como pasó. Si eso es la nueva democracia, no me parece normal. Son una fuerza que ha catalizado el descontento y la soberbia del PP y PSOE, bienvenidos por esa quiebra incompleta del bipartidismo, porque siguen siendo mayoritarios, pero las formas no se corresponden con el mandato que les dieron sus votantes. Están haciendo un mal uso de esa confianza.
-En alguna ocasión se han referido a los sindicatos mayoritarios como parte de la casta. ¿Ha sabido el sindicato adaptarse a los nuevos tiempos que corren en la izquierda española?
Eso que se llama casta, en las elecciones sindicales, cuyo periodo de cómputo, que terminó en diciembre, obtuvo casi el 70% de la representación sindical en cientos de empresas en Asturias. Y en esas elecciones hay más participación que en las políticas. Hay una cierta expectativa y confusión en la sociedad española con el papel de la izquierda. Soy consciente de que en la UE y con una economía tan globalizada hay poco margen, pero hay que reconocer que en las últimas elecciones hay un corrimiento de voto a la izquierda. No hay costumbre de pacto y uno de los mandatos de la sociedad es el emplazamiento a buscar acuerdos y alianzas que permitan gobiernos lo más estables posibles.
-Aunque pacten PSOE-Podemos-IU haría falta más apoyos para gobernar con estabilidad. ¿Teme que ganen demasiado peso las fuerzas nacionalistas?
No entendería un gobierno con fuerzas de izquierda nacionalistas como Bildu o Esquerra. Creo que sería bueno un gobierno con fuerzas de ámbito nacional que representen progreso. Hablo de un acuerdo PSOE-PODEMOS-IU y alguna Marea, aunque yo no vería la entrada de nacionalistas porque plantean lo contrario. El papel de las fuerzas nacionalistas en relación con la actual ley electoral necesita una revisión urgente porque tiene una influencia que no es oportuna ni realista ni justa en las políticas de ámbito nacional.
El papel de las fuerzas nacionalistas en relación con la actual ley electoral necesita una revisión urgente
-El sindicato ha sufrido una pérdida de afiliación importante en los últimos años. ¿Han hecho autocrítica?
Es una pérdida de afiliación que mayoritariamente tiene que ver con la crisis. Pueden existir elementos de descontento puntual, pero cuando vemos un problema lo intentamos corregir. En una visión autocritica global, ¿Hemos hecho mal cuando hemos intentado negociar con el PP un plan de empleo para personas sin prestaciones y el Gobierno lo estropea porque impone unas condiciones que hacen que llegue a menos personas? Tenemos que ser más claros. Nosotros no hemos fracasado pero el Gobierno no ha cumplido. A veces, firmamos acuerdos y parece que somos responsables de que no se cumplan. Tenemos que decir que quien lo gestiona impide que en la práctica se cumpla. Lo tenemos que decir y eso no lo hemos dicho. Luego hay elementos de valoración subjetiva. Se habla mucho del tema de la foto. ¿Es bueno que sindicatos saquen en fotos con el PP? Depende de quien lo analice. Yo defiende que un sindicato debe buscar pactos con gobiernos de cualquier color, pero hemos sido blandos en denunciar incumplimientos del PP en temas acordados con nosotros. Al margen de eso, creo que una cosa es la queja puntual, que existe, pero hay un gran desconocimiento de las capacidades legales que tiene un sindicato. La reforma laboral también dificulta la defensa del trabajador por parte del sindicato.
Hay un gran desconocimiento de las capacidades legales que tiene un sindicato con la reforma laboral
-¿Considera que los trabajadores mantienen la confianza en las organizaciones sindicales, en este caso, en CCOO?
Más allá de cualquier juicio de valor, la respuesta son los resultados de las elecciones sindicales, que hablan por sí mismos. En el año 2001 se eligieron 7.000 delegados y en 2015 fueron 5.544. Han cerrado unas 5.000 empresas en Asturias pero los porcentajes de representación se mantienen. Los trabajadores mayoritariamente depositaron su confianza en los sindicatos de clase. Se pretendía desde la derecha socavar el poder sindical, por ejemplo con una ley que ha facilitado que más de 300 sindicalistas estén encausados. Fue una acción del PP consciente de que la última frontera a sus políticas somos los sindicatos. Hay un respaldo muy importante a los sindicatos mayoritarios.
El PP es consciente de que la última frontera a sus políticas somos los sindicatos
¿Qué valoración hace de esos resultados en Asturias?
En votos estamos por encima, es el mejor resultado de nuestra historia. Hoy estamos prácticamente en un empate técnico con UGT. Hemos recortado sobre 250 delegados respecto al periodo de computo anterior (2011) y no ha habido un avance significativo del sindicalismo corporativo. El sindicalismo de clase no solo aguanta, sino que se mantiene fuerte para seguir representando a los trabajadores como hemos hecho siempre.
-Por normativa interna no puede optar a seguir dirigiendo CCOO de Asturias al final del mandato actual. ¿Le gustaría poder seguir?
Aunque este condicionado por mandato, creo que tiene que haber un relevo, no me presentaría aunque pudiera. No es problema de edad pero creo que es bueno que haya renovaciones en el ámbito regional y también veo fundamentales esos cambios en el ámbito estatal.
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