Aunque en la sede oficial de Boadilla del Monte (Madrid) se confiaba en que la Fed fuese algo más condescendiente que en los dos años precedentes, Santander no ha conseguido aprobar el examen del supervisor americano por tercer ejercicio consecutivo. Si bien es cierto que la entidad española había hecho grandes esfuerzos por mejorar sus sistemas de información, de control del riesgo e incluso había renovado a la cúpula directiva en busca de una gestión más independiente, el banco central de Estados Unidos ha concluido que aún tiene deberes importantes por hacer.
Según el comunicado oficial, tanto Santander como Deutsche Bank, los dos únicos grupos financieros de los 33 sometidos a examen que han suspendido, tienen importantes debilidades cualitativas. Morgan Stanley, como el pasado año ocurrió con Bank of America Merrill Lynch, ha conseguido un aprobado raspado, condicionado a una serie de medidas internas. La Fed reitera que ninguna entidad, incluida Santander -ha acabado segunda del 'ranking', curiosamente por detrás de Deutsche Bank-, sufre déficit de capital, pero sí de gestión en el caso de la española y de la alemana.
La evaluación de la Fed es muy relevante para Santander, que seguirá sin poder pagar dividendos, además de continuar sintiendo el aliento de los inspectores americanos. Un varapalo para los accionistas, pendientes ahora de la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea (es el cuarto banco de Inglaterra), de la recesión económica en Brasil (la segunda entidad privada del país) y del posible contagio de México por el desplome del precio del petróleo.
De momento, la entidad financiera tendrá que esperar al próximo año para aprobar el Comprehensive Capital Analysis Review (CCAR), que evalúa el proceso de planificación y adecuación de capital de las principales entidades que operan en Estados Unidos. Aunque la entidad española ha puesto en marcha medidas para corregir parte de sus deficiencias estructurales, lo cierto es que la nota final no pasa del conocido progresa adecuadamente.
El negocio del banco en Estados Unidos incluye la entidad 'holding' (SHUSA) y los negocios de Santander Bank, Santander Consumer USA, Banco Santander Puerto Rico, la unidad especializada de Banco Santander International y la sucursal de Nueva York. Esta división obtuvo el pasado año un beneficio de 678 millones de dólares, un 34% menos que en 2014, caída que se explica por las dotaciones por insolvencias de algo más de 3.000 millones. En el último trimestre de 2015, las ganancias apenas fueron de 18 millones para un grupo que cuenta con 18.123 empleados y 783 oficinas en la mayor economía del mundo.
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