Pablo Iglesias se ha mostrado abiertamente "insatisfecho" con los resultados de Unidos Podemos en las elecciones generales, tras haberse quedado en 71 diputados y más de un millón de votos menos que los sumados el 20-D por Podemos e IU. Ahora, dijo, "es el momento de dialogar" con el PSOE y ya ha enviado un mensaje de móvil a Pedro Sánchez para emplazarlo a ello (sin respuesta todavía en el momento de su intervención). A pesar de esta voluntad dialogante, y preguntado directamente por su disposición a formar un Gobierno de coalición con los socialistas, ha explicado que esta es una cuestión "que deberemos valorar" para acto seguido añadir que "no descartaría ningún escenario, todavía tenemos que sentarnos a analizar los resultados". La reiterada fórmula durante la campaña de la "mano tendida" no apareció en su discurso de esta noche. Sí lo hizo previamente en el de Íñigo Errejón, que se puso a disposición del líder socialista para tratar de formar un Ejecutivo.
El candidato de Unidos Podemos ha subrayado que comparte con el PSOE "un modelo social diametralmente opuesto al del PP". En este sentido, entiende que "lo más sensato" es dialogar y trabajar "a partir de los espacios que nos unen". Sin embargo, ha evitado adelantar si formaría parte de un Gobierno de coalición con Sánchez o si lo apoyaría por activa o por pasiva sin entrar en el Ejecutivo. Cualquier decisión al respecto la ha querido aplazar para después de los análisis que realice con su ejecutiva. Los escaños, como ya ocurrió el 20-D, siguen sin sumar mayoría.
El líder de la formación morada, acompañado de los pesos pesados de su ejecutiva y el líder de IU, Alberto Garzón, no ha querido identificar las causas de unos resultados que no cumplen con sus expectativas. Sin autocrítica, ha descartado que la confluencia con Izquierda Unida fuese el origen de la pérdida de apoyos y se ha mostrado favorable "a seguir caminando juntos". Los dirigentes más cercanos a Iglesias, como es el caso de su jefa de gabinete, Irene Montero, volvieron a reiterar ante sus militantes, ya en la plaza del Reina Sofía, su apuesta por esta vía. Errejón, por su parte, se limitó a defender la construcción de un "movimiento popular que no deje a nadie atrás", haciendo más hincapié en la idea de transversalidad frente al encasillamiento en la izquierda.
Un sector del partido, que encabezó Íñigo Errejón, se mostró reacio a la confluencia con IU durante la apertura de las negociaciones, poniendo en duda que "la suma multiplica", como defendían los que, junto a Iglesias, se decantaban por esta fórmula. Tampoco se ha arrepentido de no haber apoyado la investidura de Sánchez y haber evitado así la repetición de las elecciones: "Nuestro compromiso siempre ha sido por un Gobierno progresista. Ninguna de estas fuerzas políticas [en referencia a las que integran la coalición] prostituiría jamás su programa a cambio de ningún cargo".
Iglesias ha descartado que la confluencia con IU fuese el origen de la pérdida de apoyos y se ha mostrado favorable "a seguir caminando juntos"
La gestión de las hipotéticas discrepancias internas y el deterioro de su liderazgo al frente de Podemos se suma a la complicada gestión de un fracaso electoral en los comicios para los que había nacido Podemos. Los resultados son notablemente peores a los de los pasados comicios, perdiendo terreno en favor del PSOE incluso en territorios donde se había producido el 'sorpasso', como Galicia. También se quedará sin escaño elexJemad Julio Rodríguez, a quien habían presentado como cabeza de lista por Almería dando por seguro que esta circunscripción conseguiría acta. Finalmente, ha vuelto a quedarse fuera.
El liderazgo incuestionable de Pablo Iglesias ha sufrido un fuerte revés. Queda tocado, aunque ha asegurado estar preparado para "momentos dulces y menos dulces", así como para "tirar del carro para sacar adelante este espacio político". Este lunes por la mañana se ha convocado una reunión del consejo de coordinación de Podemos.
Errejón tiende la mano
El optimismo en Unidos Podemos tras conocerse los favorables resultados de las encuestas a pie de urna se transformó en frustración. El número dos de la formación morada, Íñigo Errejón, ha admitido que, de confirmarse el actual escrutinio al final de la noche, se trata de unos "malos resultados" y que "no son los que esperábamos". El secretario político de Podemos ha reiterado su mano tendida al PSOE y se ha puesto a disposición de Pedro Sánchez para que "se pueda conformar un Gobierno de progreso que revierta las políticas injustas del PP".
Los sintomáticos silencios a medida que ha ido avanzando el escrutinio en la sala adyacente, donde se encuentran los dirigentes de Unidos Podemos y sus equipos, contrastaban con el júbilo tras el cierre de las urnas y la publicación de las primeras encuestas a pie de urna. "Dando la cara ante nuestro pueblo", ha afirmado Errejón en su intervención; aunque no ha admitido preguntas, el politólogo no se ha resignado a que estos resultados supongan un freno de sus aspiraciones. Más bien al contrario, ha explicado en clave teórica que "no hay vuelta atrás, como demuestra que se haya solidificado este espacio político que ha venido para quedarse". Con todo, ha añadido que "de confirmarse estos resultados, no se producirá con la fuerza ni la velocidad que esperábamos".
La noche ha comenzando con un fuerte optimismo entre la dirección del partido tras conocerse el primer macrosondeo a pie de urna de laselecciones generales, según el cual rozarían la mayoría absoluta con la suma del PSOE. Con una horquilla de entre 91-95 diputados para Unidos Podemos y 81-85 para el PSOE, ambas formaciones ni siquiera tendrían que necesitar la muleta de una formación nacionalista para gobernar en coalición. Un “Gobierno de coalición progresista”, como han reclamado durante toda la campaña los candidatos de la formación morada, pero que todavía no ha tenido respuesta de Pedro Sánchez. Ahora, todas las miradas se dirigen a Ferraz.
El encargado de realizar la primera valoración ante los medios de comunicación ha sido Alberto Garzón, sin admitir preguntas. El líder deIzquierda Unida ha pedido precaución ante las primeras encuestas, pero no ha escondido que "si se confirmaran, estaríamos ante una oportunidad histórica porque reflejan un bloque conservador y otro progresista, que incluso podría alcanzar la mayoría absoluta". Esperanzado, Garzón ha recalcado la posibilidad de que las elecciones concluyan "en un Gobierno de izquierdas capitaneado por Unidad Popular con el PSOE", al que ha llamado a decidirse "si este país se merece un Gobierno para la mayoría social".
Pablo Iglesias ha sido el primero en llegar al teatro Goya, recovertido en cuartel general de la formación para seguir los resultados de la noche electoral, sobre las seis de la tarde. El candidato a la presidencia del Gobierno ha sido parco en palabras a su llegada, limitándose a confirmar que era “optimista”. Poco después llegaba el número dos del partido, Íñigo Errejón, mientras que el coordinador general de Izquierda Unida y número cinco por Madrid, Alberto Garzón, lo hizo sobre las ocho de la tarde. Todos ellos acudirán con el resto de candidatos a la plaza del Reina Sofía, tras conocerse los últimos resultados, para realizar una intervención final dirigida a sus simpatizantes y militantes.
El conservador diseño de la campaña de Unidos Podemos se vio agitado en su último día por el Brexit, un imprevisto que sembró incertidumbre en las filas de la formación morada por su previsible efecto negativo en los resultados. Los rivales políticos utilizaron esta última bala para reforzar el mensaje del miedo contra la candidatura encabezada por Pablo Iglesias, y coincidieron en señalar los supuestos peligros de un “Gobierno populista” para gestionar este nuevo escenario. El líder de Podemos trató de darle la vuelta a estos argumentos reivindicando “patria, ley, orden e instituciones” frente a los “antisistema”. El muro de contención parece haber aguantado, al igual que la llamada final de Pablo Iglesias al "voto útil para derrotar al Partido Popular".
La incertidumbre generada por el Brexit obligó a Unidos Podemos a salir a la defensiva, una estrategia poco común en una formación que tiende a tomar la iniciativa y tratar de marcar la agenda al resto de partidos. Ya en la mañana del viernes se recurrió a los denominados ayuntamientos del cambio para ponerlos como aval y demostrar que “no han hundido” las ciudades en las que gobiernan desde hace más de un año. Por otra parte, desde la dirección del partido se afanaron en remarcar que fueron el único partido que hizo campaña en el Reino Unido por el 'remain', situando las razones del 'leave' en las políticas de austeridad de la UE que ellos pretenden combatir. Una estrategia que a tenor de las encuestas publicadas tras el cierre de los colegios electorales ha contenido los temidos efectos del referéndum británico.
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