La semana pasada la Reserva Federal se unió a una larga lista de instituciones gubernamentales de todo el mundo al hacer público su punto de vista sobre la 'blockchain' (cadena de bloques). Esta tecnología de contabilidad distribuida que sustenta la conocida y controvertida criptomoneda bitcóin es esencialmente un sistema de mantenimiento de registros que puede reemplazar una base de datos central actualizada periódicamente —un diseño que subyace a la mayoría de los sistemas financieros utilizados hoy en día— con una base de datos inteligente distribuida que se actualiza casi en tiempo real.
Los defensores de la tecnología 'blockchain' elogian su capacidad disruptiva para revolucionar los sistemas financieros existentes, haciendo superfluas y redundantes las costosas funciones de 'back-office' y reemplazándolas con un diseño de contabilidad distribuida más eficiente y segura.
Sin embargo, los reguladores han luchado para lograr una postura proporcionada en respuesta a los desafíos de 'blockchain'. Por un lado, todavía no hay nada que regular, no se conoce ninguna aplicación financiera gran escala de 'blockchain'. Por otra parte, no está claro por qué o cómo debería cambiar la regulación en previsión de este desarrollo tecnológico.
'Blockchain': ¿disrupción o mero desarrollo tecnológico?
Blockchain, tal como está previsto actualmente por las instituciones financieras, parece representar un avance tecnológico útil, pero no es probable que sea perjudicial. La verdadera disrupción resulta de la entrada de nuevos modelos de negocio que les permita llevar a los consumidores productos de gama baja con los que no pueden competir los modelos de negocio actuales. Los disruptores crean un nuevo mercado: un buen ejemplo son las aerolíneas de bajo coste, que han abierto un mercado para los viajeros de bajo presupuesto.
Bitcóin, la moneda de código y acceso abierto de 'blockchain', todavía mantiene algunas promesas disruptivas porque puede permitir a los no bancarizados de los países en desarrollo participar en el sistema financiero global. Sin embargo, las 'blockchain' financieras autorizadas de acceso cerrado, pensadas por la industria tradicional, no son disruptivas. Más bien, representan la continuación de la tecnología de base de datos tradicional. La distinción clave aquí es que 'blockchain' no necesariamente representa una amenaza para las firmas financieras tradicionales. Por el contrario, puede ayudar a mantenerlas reduciendo sus costes y, posiblemente, mejorando su rentabilidad.
Entonces, ¿qué hay que regular?
Una gran parte del trabajo de los reguladores será asegurar que los sistemas financieros basados en tecnología de 'blockchain' no encuentren lagunas en torno a la regulación existente. Mientras que la regulación es típicamente agnóstica desde el punto de vista tecnológico, es posible que la forma en que se implementen los sistemas de 'blockchain' significará que los componentes que, por ejemplo, miran y actúan como una contraparte central (CCP) no se llamen de hecho contrapartes centrales.
Hay un riesgo cierto de que se pueda repetir algo similar a la aparición de la banca en la sombra a finales del 2000.
Como se señala en el informe de la Reserva Federal, existen numerosas consideraciones para determinar la base legal de partes específicas de un 'blockchain' financiero. Por ejemplo, es posible que sea necesario actualizar los procedimientos legales que se ocupan de los sistemas de liquidación de valores, de las contrapartes centrales, o de los depositarios centrales de valores, si estos se hacen redundantes por un sistema distribuido y descentralizado basado en 'blockchain'. El reemplazo de los CCP (contraparte central) también parece que afectaría a las consideraciones de riesgo sistémico.
No resolverá las cuestiones éticas que han impulsado la regulación en los mercados financieros durante más de 100 años
Permanece poco claro qué pueden o deben hacer los reguladores ahora, ya que dependerá en gran medida de la manera que se implemente una 'blockchain'.
El sector de préstamos entre pares (P2P), más maduro, podría proporcionar información sobre las futuras cuestiones de reglamentación. P2P también fue, inicialmente, disruptivo, pero el sector ha evolucionado desde entonces hasta un punto en el que las grandes empresas P2P son cada vez más irreconocibles de los bancos tradicionales, altamente regulados, o de los sistemas de inversión colectiva. Los reguladores miran cada vez de forma más cautelosa al potencial de arbitraje regulatorio en esta área. La evolución de los modelos de negocio de 'blockchain' financieros probablemente seguirá su ejemplo, pero el interés demostrado por los reguladores en 'blockchain' durante los últimos 18 meses sugiere que esta vez pueden estar más preparados.
Como el estándar reconocido de la profesión de inversión respecto de la protección de los inversores, la equidad y la integridad del mercado, CFA Institute cree que estos tres objetivos no deben situarse en el vagón de cola del interés por promover un avance tecnológico específico. Muchas características de la 'blockchain', tales como la liquidación en tiempo real, no son exclusivas de su diseño y podrían lograrse utilizando otros métodos. Como resultado, el legado perdurable de la 'blockchain' puede que resulte ser el de un catalizador, facilitando a muchos actores financieros dispares unirse y cooperar en el diseño del sistema financiero del siglo XXI, cualquiera que sea el aspecto final. Sin embargo, no resolverá las cuestiones éticas que han impulsado la regulación en los mercados financieros durante más de 100 años. Los reguladores deben asegurarse de que 'blockchain' está sirviendo a los intereses de los inversores y el mercado, y no al revés.
(*) Sviatoslav Rosov, CFA, es miembro del Equipo de Política de Mercado de Capitales en CFA Institute.
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