martes, 31 de octubre de 2017

Eterno Roger....

Federer recupera el dominio en Basilea

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Switzerland's Roger Federer kisses the trophy during the award ceremony after the final between Switzerland's Roger Federer and Argentina's Juan Martin del Potro at the Swiss Indoors tennis tournament at the St. Jakobshalle in Basel, Switzerland. EFE
Redacción deportes, 29 oct (EFE).- El suizo Roger Federer protagonizó una notable remontada ante el argentino Juan Martín del Potro, al que venció por 6-7 (5), 6-4 y 6-3, y volvió a ganar el título del torneo de Basilea, que conquistó por octava vez en su carrera.
Federer, que jugaba la decimotercera final en la competición de su ciudad natal, que había conquistado por última vez en 2015, se tomó cumplida revancha ante el tenista sudamericano, ganador en Basilea en dos ocasiones, ambas frente al helvético en la final.
Del Potro, que ganó en Estocolmo la semana pasada y que pretendía un nuevo triunfo para alcanzar el octavo puesto del mundo y enfilar la clasificación para el Masters de Londres, mantuvo el tipo durante la primera parte del partido.
Sostenido en el saque, ganó en el desempate el primer set y prolongó la resistencia en el segundo.
Federer rompió el servicio del argentino en el noveno juego del segundo parcial, que cerró después para igualar el choque, resuelto en el tercero.
El tenista suizo perdió el saque en el primer parcial de la manga definitiva, pero se anotó tres seguidos después para encarrilar la victoria en dos horas y 35 minutos.
El decimoctavo sobre Del Potro en veinticuatro enfrentamientos alarga a 95 la cosecha títulos de Federer a lo largo de su carrera.
Es el séptimo de 2017 tras los de Wimbledon y el Abierto de Australia, los Masters 1.000 de Shangai, Miami e Indian Wells y el torneo de Halle.

Manualillos de Inversión ( 3 ) al rico dividendo...

A muchos inversores les gusta comprar acciones con alto dividendo. Algo normal, teniendo en cuenta que cada vez más personas necesitan cierto retorno para su dinero, pensemos por ejemplo en los futuros pensionistas. Y como vivimos en un mundo en donde la renta fija no renta, y además es superada por los dividendos que ofertan la mayoría de empresas, los rentistas se ven en la obligación de asumir riesgopara alcanzar sus objetivos financieros.
Por ejemplo podemos comprar deuda pública a 10 años de España al 1,50%, o bien acciones de Inditex con un dividendo que supera el 2%. E Inditex es una gran empresa: solvente, rentable, con crecimiento… podemos discutir el precio pero no su calidad. En España la rentabilidad media por dividendo es del 4%, muy superior a la ofertada por los bonos. Lo mismo ocurre en Europa donde la rentabilidad por dividendo ronda el 3%. Por su parte en EEUU los dividendos 'sólo' dan un 2% mientras que la deuda pública a 10 años un 2,3%, pero las recompras de acciones otorgan un 2% de remuneración adicional.
Sin embargo, aunque nos obliguen a asumir riesgo y aunque la rentabilidad de muchas empresas sea muy apetitosa, debemos saber siempre qué compramos. No vale comprar porque nos suene el nombre de la empresa, ya que si actuamos así puede ocurrirnos lo siguiente:
Si hubiésemos invertido a principios de año en la famosa y conocida General Electric, un conglomerado estadounidense fundado en 1893, habríamos perdido un 35% de nuestro dinero en solo 10 meses. Buscando un dividendo del 3,2% (media de los últimos 5 años, aunque actualmente tras las caídas se sitúa en el 4,6%), habríamos volatilizado más de un tercio de nuestro patrimonio. Y eso es algo que un inversor conservador no puede permitirse. En este caso ‘arriesgarse un poco más’ habría sido una muy mala decisión.
Con una caída tan brusca podríamos pensar que General Electric está en una situación financiera muy delicada, pero aunque su balance presenta ciertas particularidades (con una deuda de 136 mil millones de dólares para un ebitda de 16, y déficit de aportaciones en sus planes de pensiones… pero también 92 mil millones en activos realizables a corto plazo), lo cierto es que no se teme por una quiebra. En el peor de los casos pueden vender activos. El problema es otro y es que el mercado teme que reduzcan su dividendo. Y eso, amigos, son palabras mayores.
Incluso su nuevo CEO, John Flanneryha dicho recientemente: “Si bien tenemos fortalezas, también está claro por los recientes resultados que tenemos que hacer cambios importantes y profundos. Los resultados son inaceptables. (…) Estamos evaluando nuestro negocio, procesos, cultura (…) Todo está sobre la mesa, no hay vacas sagradas.”
En otras palabras. General Electric es una de tantas empresas que tiene un PER superior a 20, pero no por un elevado ROCE o una elevada perspectiva de crecimiento rentable, sino, simplemente, porque paga dividendos altos. La gestión ha sido un desastre, incapaz totalmente de generar verdadero valor para el accionista, pero como los dividendos seguían abonándose, llegaban nuevos y nuevos rentistas frustrados con la renta fija que pagaban un precio más y más alto. La acción subía y todo el mundo contento. Hasta ahora.
El payout, porcentaje que se reparte en dividendos sobre el beneficio neto, es actualmente superior al 100%. De hecho, ya que recientemente se han reducido las perspectivas de beneficio futuras, el payout será muy superior al 100%. Esto es, están repartiendo mucho más de lo que deberían repartir, motivo por el que una gran mayoría de analistas piensan que en noviembre ‘la vaca sagrada’ del dividendo dejará de ser ordeñada como antes. Ante tal situación, el mercado, que no es tan tonto como muchos piensan, ha actuado en consecuencia. He ahí el desplome.
Mi crítica no va en realidad contra General Electric, aunque se la merezca, sino que es un aviso a navegantes para todos aquellos que compran dividendos. En los últimos años el dividendo se ha puesto de moda. Por ejemplo el payout del S&P 500 está en máximos de las últimas décadas (exceptuando recesiones en donde coyunturalmente los beneficios se reducen). Y eso que a mayores existe la fiebre de la recompra de acciones, que también es una remuneración indirecta al accionista (buena si se compra barato, mala si se compra caro, especialmente si existen incentivos perversos para hacerlo).
Cuando las empresas se decantan por el cortoplacismo se obtienen mejores rentabilidades hoy a costa del futuro. Y eso es lo que está pasando: las empresas están dejando de invertir en generar valor a largo plazo a la vez que incrementan sus payouts. De hecho actualmente entre dividendos y recompra de acciones, las empresas estadounidenses están gastando el 91% de su resultado de explotación (y recientemente era más del 100%), ¿cómo obtendrán en el futuro buenas rentabilidades si no están invirtiendo en el presente, pues todo se lo entregan a sus accionistas?
El mercado reclama dividendos y los gestores están respondiendo con dividendos, pero eso puede suponer un problema a largo plazo. La finalidad de los dividendos no es tener contentos a los rentistas, sino remunerar a los accionistas cuando la empresa no encuentra oportunidades de inversión que superen el coste del capital. Por ejemplo Berkshire Hathaway nunca pagó dividendos hasta hoy, planteándoselo recientemente por encontrar pocas empresas buenas acordes a su tamaño (y por conseguir menos alpha). Si los gestores no encuentran buenas oportunidades está bien que repartan, si no su obligación es generar valor a largo plazo realizando esas inversiones que darán frutos el día de mañana.
Lo que nos lleva a una pregunta aún más importante, ¿están estas prácticas frenando una verdadera recuperación? ¿Puede que los bajos tipos de interés fallen para fomentar la inversión, no solo por un elevado endeudamiento, sino también por el 'rentismo'? Son preguntas de difícil respuesta, aunque lo que sí podemos decir es que el fenómeno tiene fecha de caducidad. O bien porque se vuelva a invertir, o bien porque suban los tipos de interés, o bien porque pase lo que hemos visto en General Electric.
Para aquellos inversores que busquen ‘income’ en las acciones, dos consejos: busquen empresas con bajo payout y alto ROCE. Aunque a priori esto hará que la rentabilidad sea menor, también permitirá adquirir empresas que generen más valor con un dividendo más sostenible. Los dividendos son apetecibles, pero no podemos buscarlos indiscriminadamente en cualquier acción como haríamos con la deuda pública, pues podemos sufrir sustos inesperados. E incluso, quizá, incentivar a las empresas a ser demasiado cortoplacistasarruinando su propio futuro... y la rentabilidad que tanto anhelamos. Por ello, tengan cuidado ahí fuera, esa empresa que paga tantos dividendos puede ser una trampa

Confirmación a nuestro articulo...Popular/Santander.

La solicitud de concurso necesario de acreedores para el Banco Popular ante el juzgado de lo mercantil número 9 de Madrid abre nuevas incertidumbres para los afectados por su resolución y venta al Santander. ¿Puede un juez español anular la decisión de un organismo europeo como la JUR? Aunque lo consideran muy improbable, varios abogados consultados explican que sí. Para ello, tendría que contar con evidencias suficientes de que la entidad era insolvente antes de su resolución y que sus administradores, encabezados por el expresidente Emilio Saracho, lo sabían y lo ocultaron. En todo caso, los accionistas tampoco recuperarían nada de su dinero por esta vía.
En principio, la resolución y el concurso de acreedores son realidades incompatibles: si un banco va a resolución es precisamente para que no vaya a concurso. "Las normas de resolución europeas se establecieron porque los procedimientos concursales no son adecuados para la especificidad del negocio bancario y, sobre todo, son procesos muy lentos. La resolución, en cambio, permite que se venda un banco y siga operando como si no hubiera pasado nada, como fue el caso", explica un socio de un prestigioso bufete internacional.
Nuevo diseño de las sucursales del Banco Popular.
Nuevo diseño de las sucursales del Banco Popular.
El factor decisivo para optar por una u otra vía es la existencia de un interés público que se debe proteger. "Se consideró que existía (y es difícil pensar que no fuera así) en el caso del banco Popular y no en el del Banco Madrid, por poner un ejemplo español reciente", añade una consultora de primer nivel. El argumento que usa el afectado que ha solicitado el concurso es que la resolución incumplió el Reglamento europeo al no contar con un informe definitivo de valoración del banco, sino solo con uno provisional de Deloitte.
Ahora bien, la lógica para aplicar la resolución puede cambiar si el banco era efectivamente insolvente antes de que se decidiera su resolución y los administradores eran conscientes de ello. en ese caso, deberían haber solicitado el concurso según las leyes mercantiles españolas. Al no haberlo hecho, ahora se puede instar un concurso necesario de acreedores, que es lo que ha solicitado un accionista del Popular ante el juzgado. Y ese concurso consideraría nulos todos los actos posteriores al momento en que debió haberse solicitado el concurso, incluyendo la resolución. Pero para que la titular de dicho juzgado, María Teresa Vázquez Pizarro, acepte declararlo, debe contar con informes de expertos que corroboren esa insolvencia.

No recuperarían con valor negativo

el Popular no lo era, al menos formalmente, puesto que tenía fondos propios positivos y no había incurrido en impago ni iba a hacerlo. Como es sabido, su inviabilidad fue fruto de la huida masiva de depósitos que lo dejó sin liquidez para operar; una huida que respondía al temor a que el banco acabara precisamente en resolución y con pérdidas para los depositantes... por su déficit de provisiones que podría derivar en problemas de solvencia. Ahora bien, este déficit provocó que en la subasta de Saracho nadie ofreciera un precio positivo por la entidad y que Deloitte dijera que, en un escenario central, el banco tenía un valor de -2.000 millones negativos, a lo que pueden agarrarse los solicitantes para apoyar la tesis de la insolvencia.
Sea como fuere, dado este déficit de provisiones y este valor negativo, la eventual nulidad de la resolución del banco y la declaración del concurso no significarían una gran diferencia para los accionistas. Si el banco tenía un valor negativo, tampoco recuperarán nada de su dinero. Eso sí, tampoco tendrían que poner más, puesto que las leyes concursales no contemplan que los accionistas deban aportar fondos para cubrir los déficit patrimoniales de las sociedades. Otra cosa serían las posibles responsabilidades de los administradores.

¿La mano del Santander mece la cuna?

Entonces, si a los accionistas salen beneficiados, ¿a quién le puede interesar el concurso de acreedores? Marcelino Tamargo, socio del bufete Espacio Legal, da una respuesta sorprendente: al propio Santander. Su tesis se basa en que el comprador del Popular está viendo que "lo tiene muy negro" porque se está dando cuenta de que, o bien el Tribunal de la UE, o bien la Audiencia Nacional, van a declarar nula la resolución y venta de la entidad. En cuyo caso, si no puede devolverla (algo muy complicado tras la venta del ladrillo del Popular a Blackstone), tendría que hacer frente a cuantiosas indemnizaciones a los accionistas, que se cifran en torno a 2.000 millones. Precisamente por este temor, habría ofrecido los bonos de fidelización a los minoristas a cambio de no ir a los tribunales.
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín. (EFE)
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín. (EFE)
Con el concurso, evitaría tener que pagarlas, siempre según esta teoría, ya que los demandantes tendrían que sumarse a la masa del concurso para cobrar con los activos del Popular. Y como su valor es negativo, no cobrarían nada. Esto requiere que la jueza asuma que las operaciones realizadas por el Santander tras la adquisición del Popular se han hecho de buena fe, por lo que no las declararía nulas. Además, según Tamargo, esto tendría la ventaja de que todas las demandas contra el Popular por otras cuestiones -como las cláusulas suelo- también tendrían que ser vistas por el juez mercantil. De ahí que crea que, detrás de esta solicitud, está la mano de Uría & Menéndez, los abogados de confianza del Santander. El resto de expertos consultados no comparten esta visión y consideren que lo que le interesa al Santander es seguir haciendo operaciones con el Popular.

Comprar Liberbank con descuento...

5 dias-Madrid  
La ampliación de Liberbank se encuentra ahora en su primera fase. Los inversores que quieran acudir a la ampliación deben adquirir los derechos, que se cerraron ayer a un precio de 0,3 euros por cada título. Por cada acción antigua corresponde un derecho. Y por cada 19 derechos, el banco otorgará 41 acciones nuevas, valoradas en 0,25 euros.
Los derechos dejarán de negociarse 15 días después de que arrancase la ampliación de capital, el 10 de noviembre. En esa fecha finaliza el periodo de suscripción preferente. Si sobran acciones, se abrirá el periodo de asignación adicional o segunda vuelta. En ella, los inversores que hayan acudido a la primera fase pueden repartirse los títulos sobrantes. Eso sí, deben haber anunciado en el primer periodo si quieren hacerlo y qué cantidad. Igualmente, deben haber ejercitado todos sus derechos de suscripción preferente. Si hay más acciones sobrantes se pondrán a la venta entre inversores que hayan acudido o no a las fases anteriores. En cualquier caso, el precio en estos dos periodos será de 0,25 euros por acción.

LIBERBANK0,402,56%
Liberbank se enfrenta a su macroampliación de capital –500 millones de euros que suponen casi el 80% de su valor– con uno de sus grandes valedores muy reforzado. El hedge fundbritánico Oceanwood, considerado en el sector un cazaopas, compró en la colocación acelerada del pasado 25 de octubre casi un 4,5% del capital a 0,67 euros por acción.
Liberbank también ha estrenado un nuevo inquilino en su capital. Es una de las gestoras de fondos más famosas del planeta: la estadounidense Wellington Management, creada en 1928, que está en el ranking de las 15 mayores firmas de gestión de activos de todo el mundo, con un billón de dólares (unos 900.000 millones de euros). Adquirió un 4,16% de Liberbank el miércoles a un precio de 0,67 euros por títulos.
La rentabilidad de los bonos subordinados del banco marca mínimo en torno al 5%, lo que anticipa el éxito de la operación
El porcentaje de Wellington en la entidad está valorado en unos 27 millones de euros a los precios actuales. Fuentes conocedoras de la marcha de la ampliación señalan que el escenario más probable es que acuda a la operación con toda la participación recién estrenada. Es decir, aportará unos 21 millones en la ampliación.
Oceanwood acompaña al banco que pilota Manuel Menéndez desde que debutó en la Bolsa española el 16 mayo de 2013. Comenzó con un 2,85% del capital y ahora tiene un 17,1%, después de haber sacado la chequera en los momentos más aciagos de la entidad, como el pasado 9 de junio, cuando llegó a desplomarse más de un 40% en el peor momento de la sesión.

Manualillos de Inversión ( 2 )

ANÁLISIS TÉCNICO

Los resultados dejan a EEUU en máximos y el Ibex aplaude la intervención en Cataluña


Una semana más a nivel local la situación en Cataluña ha seguido como foco principal para el selectivo español que ha seguido con vaivenes los acontecimientos. La aplicación final del 155 de la Constitución con destitución del gobierno de laGeneralitat y la convocatoria inmediata de las elecciones autonómicas está siendo interpretado por los mercados de forma favorable y puede suponer una reducción de la incertidumbre, cuando menos temporal. Pero técnicamente seguimos todavía encerrados dentro del rango que marca el proceso de consolidación desde los máximos. Este lastre puede pesar de cara al tramo final del ejercicio porque en el resto de plazas los resultados han seguido impulsando los avances de forma notaria tanto en EE.UU. como en el resto de plazas europeas. A destacar los de las grandes empresas tecnológicas que también han catapultado al Nasdaq a nuevos máximos históricos en la sesión del viernes y apoyaron los mismo en otros índices como el SP500 por su peso en los mismos.
Después también de escuchar a Draghi que se iniciará en enero la reducción de los importes de las inyecciones de liquidez, el dólar se fortalecía lo que también ha sido un bien acogido por el resto de plazas europeas. Las materias primas con la apreciación del dólar han sufrido correcciones en el caso del oro, por ejemplo, y salvo el crudo con la prolongación por nueve meses más por parte de Arabia Saudí de los acuerdos de reducción de producción que vuelve a situarse en la zona de altos del año y de congestión sobre los 54,00$. Las bolsas emergentes han recuperado el tono y a destacar como lo están haciendo las plazas asiáticas y que tras el Congreso dirigente en China buscando ya convertirse en la primera potencia económica mundial siguen reforzándose sus expectativas.
El dólar con el efecto de Draghi llegó a perder en sus mínimos semanales el nivel de los 1,1600, pero lograba mantener el cierre semanal ye inicia la semana ahora con una ve depreciación sobre eta zona, motivada también a priori por el relevo de Yelen en la FED y ganando peso uno de los candidatos de perfil menos duro. Pero técnicamente ha dibujado un pequeño hombro cabeza y hombro que tiene un objetivo teórico entre la zona de los 1,1400-1,1300 si lo acaba de cumplir. La confirmación del mismo estaba con la pérdida de los 1,1650 y si vuelve a situarse sobre esta zona den cierre semanal quedaría anulado. Pero de momento la posibilidad de colocarse de nuevo dentro del lateral de los últimos ejercicios existe y se confirmaría con cierre semanales por debajo de los 1,1500 así que si se cumpliera el objetivo teórico de este patrón quedaría precisamente en esta situación. Mientras se sitúe por encima de la zona delos 1,1200 el sesgo es positivo y sólo se trataría de una consolidación dentro del avance con opciones de volver a probar de superar la ruptura la alza y atacar definitivamente la zona de los 1,2000. Y esta situación sería más evidente si no acaba finalmente de confirmar este patrón y la zona de los 1,1600 se queda como soporte y es un simple retesteo a la última zona de resistencia significativa superada del lateral.
Si por el contrario se queda dentro y acabara cediendo la zona de los 1,1200 a partir de situarse por debajo de los 1,1000 volvería a tener opciones el escenario de buscar la banda baja del lateral sobre los 1,0500 y a activarse la posibilidad e la paridad que con esta estructura técnica actual está descartada.
El SP500 ha cerrado la semana con nuevos máximos históricos de forma testimonial por encima delos 2.580 puntos. El apoyo de los resultados de las grandes compañías tecnológicas ha sido decisivo para seguir rompiendo al alza una nueva zona y acercándose al siguiente objetivo de los 2.600 puntos. Continuamos en el escenario de avances a medio plazo con apoyo de los indicadores de amplitud y sólo con alertas en los indicadores de sentimiento. 
Del lado de las lazas no hay mucho más que decir, situad de nuevo en condición de subida libre lo siguiente objetivo que se pueden proyectar están en los 2.600 puntos y el siguiente en la zona de los 2.650-2.660 puntos sin descartar que para ello deba aparecer otra fase de consolidación previa bien consumiendo tiempo o bien consumiendo precio dentro de os rangos proporcionales que sigue presentando por ahora su aspecto técnico.
Del lado de los soportes, los más próximos que son niveles de resistencia superadas son débiles en la zona de los 2.550-2.560 puntos el más inmediato. Después ya la zona de los 2.500 puntos con el apoyo de la actual directriz de avance desde los mínimos de enero de 2016, para entrar en una fase de consolidación más seria en el rango que quedaría entre los 2.490-2.400 puntos más amplio y que cuenta también en este caso con el apoyo de la media móvil de 200 sesiones por encima de la banda baja del rango. La media mantiene la pendiente y progresión de avance también impecable en los últimos meses. Sólo la pérdida de los 2.300 puntos confirmaría las opciones de vuelta a un escenario lateral a medio plazo que mantendría el sesgo positivo dentro del mismo en tanto no perdiera los 2.100 puntos. Por debajo de esta zona sí que se abre la opción ya de un cambio de escenario a correctivo a medio plazo que se activaría cediendo los 1.900 puntos. Vista esta estructura de niveles por ahora este escenario correctivo está descartado y las probabilidades de entrar en un lateral aún son muy bajas.
El Ibex35 cerraba la semana sin conocer las medidas de aplicación del gobierno de nuevo en tono a los 10.200 puntos que había recuperado de forma clara y en la sesión del viernes volvía a ceder. Otra vez en tierra de nadie motivada por la situación en Cataluña. Ahora ya con las primeras decisiones tomadas y la convocatoria de elecciones el mercado parece haber recuperado parte de la tranquilidad y una disminuciónde la incertidumbre que está aprovechando para recuperar loperdido en la sesión del viernes para buscar un nuevo ataque a la zona de más inmediata resistencia de los 10.400 puntos y con ello intentar romper al alza la directriz avista y techo del canal de consolidación. Pero para validarlo tendría que situarse con un cierre semanal por encima de los 10.550 puntos. En estas condiciones tendría como siguiente objetivo la búsqueda de la zona de los 10.800-11.000 puntos como siguiente objetivo y podría intentar comenzar a recuperar el retraso que acumula de los últimos avances que han tenido los índices europeos y americanos en las últimas semanas. Si además, continua el clima de resolución del conflicto y la incertidumbre sigue disminuyendo aún puede intentar aprovecharse de la teórica mejora estacional de la renta variable al final del ejercicio y con ello plantear los avances hasta la zona de los 11.500-11.600 puntos que supondría ver los altos de 2015. Pero atendiendo al desarrollo de los acontecimientos de las últimas semanas con la situación con múltiples giros en márgenes de tiempos muy cortos y visto el plazo para todo hay que ser prudentes y esperar las confirmaciones más que anticiparse. Es preferible perder "oportunidades" que capital. Diversificar y seguir aprovechando la bondad de situación vía Europa no es ni ha sido mala alternativa.
Si vuelven a pesar la incertidumbre, la zona de los 10.200-10.150 puntos ese le primer soporte relevantes y después la zona de proyección de los 10.000-9.800 puntos de la base del canal de consolidación. Perder estos niveles sí que supondría una complicación mayor desde la perspectiva técnica para el selectivo español. Queda expuesta la zona de los 9.550-9.250 puntos con la que se validó el cambio el escenario actual. Perderla lo anularía y nos dejaría de nuevo dentro del patrón de cambio. Luego soportes en los 9.000-8.800 puntos y la zona de los 8.500 puntos que cuya pérdida activaría las alarmas al otorga probabilidades de entrar en un escenario correctivo que se activa con cierres semanales por debajo de los 7.650 puntos y con un primer objetivo en la zona de los 6.500 puntos. Seguimos sin poder descartar este escenario aunque tenga bajas probabilidades asignadas por ahora por la situación política más allá de la propia perspectiva técnica en que nos encontramos.

Manualillos de INVERSIÓN ( 1 )

Cinco valores que se deben tener muy en cuenta por técnico este martes

El Ibex 35 confirmó la superación de la resistencia de los 10.410 puntos
  
César Nuez
Bolsamania | 31 oct, 2017  08:21 - Actualizado: 08:21
Es probable que antes de que termine el año podamos ver los 11.000 puntos en el selectivo español
Mute
Ad
00:00:29
Fantástica figura la que hemos pudimos ver, este pasado lunes, en Grifols. La compañía conseguía superar la resistencia clave de los 25 euros tras varios meses de movimiento lateral. Para las próximas jornadas su aspecto técnico es muy bueno y lo más normal es que acabemos viendo una continuación de las subidas hasta el nivel de los 26,97 euros, máximos históricos alcanzados este mismo año.
Repsol consiguió definirse al alza tras más de un mes de consolidación de niveles. La compañía perfora la resistencia de los 15,70 euros con un importante volumen y es muy probable que acabe alcanzado la resistencia de los 16,35 euros, máximos de 2014
Atentos que el Santander se acerca a la resistencia de los 5,90 euros, nivel clave cuya superación nos haría pensar en una toma de posiciones. Esto confirmaría el rebote en la media de 200 sesiones y nos haría pensar en una continuación de las subidas hasta el nivel de los 6,50 euros.
Destacadas ganancias del 3,78% en Merlin Properties que perforó, ayer lunes, a cierre la resistencia clave del corto plazo que presenta en los 11,11 euros. Con la superación de este nivel de oferta la compañía confirma la formación de un doble suelo en los 10,6 euros y nos invita a pensar en una extensión de las subidas hasta el nivel de los 11,67 euros, máximos anuales.
Amadeus continúa ofreciendo un impecable aspecto técnico tras ver como, la semana pasada, conseguía superar la resistencia de los 57,44 euros. El valor cotiza en subida libre con todo dispuesto para que acabemos viendo una continuación de las ganancias hasta el nivel de los 62 euros. No apreciaremos ni la más mínima señal de debilidad mientras que se mantenga cotizando por encima de los 55,92 euros.

Verde suave....

El Ibex 35 despierta con ligeras subidas, del 0,15%

lunes, 30 de octubre de 2017

Eje Paris-Berlin contra la evasion de las Multinacionales...



El consenso se aireó a los cuatro vientos por todas las latitudes del mercado interior. Alemania y Francia tienen un plan para frenar las elusiones de impuestos de las grandes multinacionales, mayoritariamente tecnológicas, que cuestan cada año a las arcas comunitarias entre 54.500 y 76.400 millones, según el volumen de sus ingresos anuales, de acuerdo con estimaciones del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo. Apenas dos días después del triunfo electoral de Angela Merkel y pese a que la CDU, su partido, negocia todavía una coalición gubernamental con liberales y verdes que no está siendo precisamente un camino de rosas.
A la declarada intención de que los emporios globales paguen más impuestos en suelo europeo, como dice desear Enmanuelle Macron, se han adherido, además de Berlín, las otras dos grandes economías del euro, Italia y España. Con un entusiasmo más o menos fariseo. Además de la formación ecologista alemana y el colegio de comisarios europeos al unísono.
Pero la otra cara de la moneda, la del manido peligro de que estas multinacionales, casi todas de origen estadounidense, se planteen sacar sus sedes sociales del mercado interior, colisiona con los planteamientos de libre mercado del partido liberal, el tradicional aliado de la CDU, que acaba de recuperar su espacio en el Bundestag tras una larga legislatura fuera del hemiciclo.
Teoría que asumen como propia, obviamente, los principales beneficiarios del actual modelo de pago de sus impuestos. De un lado, la Irlanda del Impuesto de Sociedades al 12,5%. De otro, Luxemburgo, territorio que no dudó en el pasado reciente alcanzar acuerdos secretos con 343 de estas firmas que, cuanto menos, y con independencia de su legalidad o no, se pueden calificar de ilegítimos y contrarios a cualquier principio de soberanía, autonomía y corresponsabilidad fiscal de la Unión. Todo por preservar su atractivo como enclave de baja tributación y, para más inri, una estrategia perversa fraguada bajo las directrices ejecutivas del ahora presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Y, finalmente, por los pingües beneficios de países como Holanda que, con su elenco de deducciones hacia las grandes corporaciones y su permisividad impositiva para con las denominadas Entidades de Tenencias de Valores, ha captado desde hace décadas declaraciones societarias de impuestos de numerosas empresas con nulas operaciones productivas en su jurisdicción.
Las espadas sobre el lado al que se inclinará la balanza están en alto… ¿ganarán los partidarios de establecer nuevas reglas de juego, más ajustadas a la realidad de los enormes beneficios de estas corporaciones, como enarbola la bandera izada por Macron? O, al contrario, ¿se impondrá de nuevo la tesis del laissez faire, laissez passer? Es decir, la teoría de El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa de cambiarlo todo para que nada cambie.

Debate ideológico y de soberanía fiscal

La suma de fuerzas contrarias a modificar el status quo podría hacer fracasar, con su capacidad de veto, una tendencia, la de Macron, ligeramente mayoritaria, a la que se han sumado diez de los socios del Consejo Europeo. Sin embargo, el actual inquilino de El Elíseo pudo comprobar en la reciente cumbre de Tallín (Estonia), de finales de septiembre, que su intención de tener lista una legislación fiscal para la industria digital a mediados de 2018 es prematura.
Ocho Estados de la Unión manifiestan reservas. Con Irlanda de abanderado a las fuerzas reaccionarias. “Hay un número más que considerable de dificultades para establecer una nueva tributación al sector sin conseguir el respaldo de EEUU y del conjunto del G-20. O, al menos, de un núcleo importante de este foro”, integrado por el G-7 y los grandes mercados emergentes, afirma Paschal Donohoe, el titular irlandés de Finanzas. Visión que comparten los fiscalistas. Los poderosos lobbies de los asesores de empresas inciden en que el tratamiento sugerido desde la Comisión Europea, de gravar con un impuesto sobre las ventas -un IVA específico- que compense las elusiones fiscales de estos grupos -en palabras del vicepresidente del Ejecutivo comunitario, el letón Vladis Dombrovskis-, anticipan un fracaso en toda regla si Europa no logra antes imponer su criterio en el seno del G-20.
Las prisas son malas consejeras, dicen. Porque resulta más importante contar con un suficiente número de adeptos a la causa que exigir con rapidez la entrada en vigor de este gravamen. Ya fracasó en Buenos Aires, en 2014. Y presumiblemente acontecerá en Colombia, donde se recaudará el próximo año tras su entrada en vigor este ejercicio, auguran. Si no se forja antes el consenso internacional, las normas de la soberanía fiscal de cada Estado y la libre elección de sede social de las empresas se abrirán paso por sí mismas.
La idea de Macron (y de la Comisión) es elevar la presión fiscal sobre los modelos de negocios de estos conglomerados, que están sujetos a una tasa tributaria efectiva de tan sólo el 9% de sus beneficios, menos de la mitad de la que soportan las empresas e industrias tradicionales, ya que resulta menos complejo aplicar un tipo impositivo con escasos activos tangibles. Pero estos emporios, todos ellos con altos y reconocidos niveles de digitalización, usan los llamados precios de transferencia para mover estos instrumentos de generación de réditos financieros futuros -derechos de propiedad intelectual o el e-commerce- hacia paraísos fiscales o centros off-shore. De baja tributación o con ventajas fiscales.
Un mal endémico que tiene un efecto global. Porque Wal-Mart ha pagado 46 veces más a los gobiernos de los distintos estados de EEUU que Amazon desde 2008. Para combatir esta lacra legalizada de evasión de recursos impositivos, Europa pretende cambiar la regulación sobre los precios de transferencia, con objeto de impedir que las multinacionales paguen por sus beneficios totales o por sus copyrights a través de firmas tapaderas, que sólo tienen que certificar estos activos con valores estándar de mercado, y rediseñar el concepto de establecimiento permanente, que permite a sus poderosos departamentos fiscales optimizar sus obligaciones tributarias mediante la asignación de beneficios en distintos territorios con los volúmenes de ingresos que consideren oportuno en cada plazo de pago.
Es decir, dos fuentes de combustibles inagotables para perpetuar esta práctica habitual de fugas tributarias hacia paraísos fiscales que, además, tiene fácil camuflaje desde el punto de vista contable y financiero. Pero un duelo sin igual. Si Europa juega sola esta partida, corre el riesgo de acabar dando golpes de ciego.

Voces de alarma sobre fugas de capitales

La cruzada europea es más que justa. Según datos oficiales de la UE, Google movió en 2014 casi 10.700 millones de euros de su delegación holandesa a Bermudas bajo un registro corporativo irlandés, Google Ireland Holdings por pago de royalties desde su central, Google Irish Limited. La estrategia, llamada en la jerga fiscalista ‘double Irish, Dutch sandwich’ permitió a la compañía tributar al 6% por sus beneficios fuera de EEUU, menos de la mitad del 12,5% del Impuesto sobre Sociedades irlandés, el reclamo de Europa por su bajo tipo impositivo.
Pero los botones de muestra son numerosos. Apple, denuncia Center for Tax Justice, think-tank crítico con la legislación fiscal internacional, apenas paga un 2,3% por impuestos, pese a que en sus libros de contabilidad admiten unos beneficios offshore de 181.100 millones de dólares, los más altos de todo el sector privado global. Si el Gobierno irlandés reclamara a la mayor empresa del mundo la recuperación de sus impagos fiscales (por aplicar el tipo del 12,5%), recibiría, en el peor de los supuestos para la firma que creó Steve Jobs, 19.000 millones de dólares.
Starbucks se ha ahorrado entre 20 y 30 millones de euros de obligaciones fiscales desde 2008 por su red tributaria holandesa. Ikea eleva esa cifra hasta los 1.000 millones de euros en los últimos seis años. Amazon, que tiene sede operativa en Luxemburgo, ha tenido una aportación testimonial a las arcas fiscales europeas por sus complejas estructuras impositivas. De 4,2 y 4,3 millones de libras en Reino Unido, en ejercicios recientes. La petrolera americana Gap no paga tributación al Tesoro británico desde 2011, mientras Microsoft ha firmado declaraciones anuales con una imposición del 2,8% de sus beneficios en varios países europeos.
Sin embargo, no sólo las empresas tienen su cuota de responsabilidad. También los gobiernos. Es la otra parte del argumentario de Macron al que, de nuevo, le ampara la razón pero que, igual que en el terreno de la búsqueda de la adecuada regulación impositiva, necesita de un gran y efectivo pacto global para llegar a buen puerto. Los paraísos fiscales y centros off-shore atesoran entre 21 y 32 billones de dólares de patrimonio financiero privado, advierte el Índice de Secreto Financiero 2015 de Tax Justice. Casi 3 billones más que la economía estadounidense, según la parte de la horquilla más modesta. Y la suma de los tres mayores PIB del planeta -EEUU, China y Japón-, a precios constantes de mercado. Suiza, Hong-Kong, EEUU, Singapur e Islas Caimán configuran el top-five de esta lista negra, que se va a renovar en enero de 2018.
Fuente: FMI
La lucha para la erradicación de los paraísos fiscales (o, al menos, para corregir la voracidad de las elusiones que producen al resto de Fiscos mundiales) está planteada en el G-20 desde el inicio de la crisis. Por eso, la iniciativa del presidente francés parece ir en la dirección de auspiciar de una vez por todas los cambios. Con Europa como punta de lanza de esta cruzada. De ahí que el respaldo de Alemania, en primera instancia, deba ser infranqueable. Porque el desafío es cada vez de mayor voltaje: 367 empresas del índice Fortune 500 -las mayores del mundo- operan con subsidiarias en enclaves de baja tributación.
La ONG Oxfam saca los colores a estos territorios. Bermudas, donde las multinacionales de EEUU hacen aterrizar beneficios anuales superiores a los 80.000 millones de dólares, cifra similar a la de las empresas de Japón, China, Francia y Alemania de forma combinada, acapara las mayores acusaciones de fomento de la evasión tributaria global. Esta organización británica sitúa, por orden decreciente, a Holanda, Luxemburgo, Islas Caimán, Singapur, las Islas del Canal (de La Mancha), Isla de Man, Irlanda, Isla Mauricio, Mónaco, Suiza y Bahamas completan la docena de mayores enclaves con prácticas fiscales dañinas, que también así definen esta estrategia de las empresas y grandes patrimoniosindividuales las principales instituciones multilaterales.
Como el FMI, que acaba de cifrar en medio billón de dólares anuales la elusión de impuestos por la aplicación de estas metodologías de optimización impositiva. Casi la mitad de toda la economía española. EEUU, con una deuda superior a los 18 billones de dólares, del 100% de su PIB, deja de ingresar más de 188.800 millones de dólares al año por pérdida de recaudación tributaria.
El coste global de la evasión de tasas

Suiza, año cero del final del secreto bancario

Macron y Merkel saben que este año puede marcar un antes y un después en lucha contra esta doble lacra, fiscal y financiera. Se constatan avances. Aunque no acaban de concretarse medidas que, sin duda, empujarían a un punto de no retorno. Una de estas señales fue el pistoletazo de salida, el 1 de enero, para enterrar el secreto bancario suizo. Al menos, tal y como se conoce en la actualidad.
Después de nada menos que 80 años de vigencia que ha permitido que, bajo la bandera de la neutralidad del país, la confederación helvética haya acumulado riquezas de muy dudosa procedencia. Desde este ejercicio económico, las autoridades de Berna -y de todos sus variopintos cantones- aceptan compartir datos bancarios para dar cumplimiento al acuerdo de intercambio automático de información que les obliga con un centenar de países. Por insistencia de la UE. Lo que obliga a sus bancos a recopilar información sobre las cuentas de sus clientes extranjeros para empezar a arrojar algo de luz sobre un sistema bancario demasiado opaco.
De igual manera, Suiza acordó en 2014, tras las presiones desde Berlín por la sucesión de litigios de evasiones fiscales que sucedieron a la crisis de 2008, sumarse al acuerdo sobre transferencias de datos económico-financieros que impulsó la OCDE. Un protocolo que insta a todos sus países signatarios al envío de esta información, hasta ahora confidencial, a partir de enero de 2018 y que ha posibilitado que más del 25% del vasto patrimonio de los más de 250 bancos del país, casi todos asentados en Zurich, Berna y Ginebra, sean de origen extranjero. Iniciativa a la que el jefe del Estado galo tendría que dar máxima prioridad estratégica. Porque surgió de reuniones del G-20.
Suiza comenzó a convertirse en paraíso fiscal a mediados de los años veinte del pasado siglo, cuando Francia estableció un Impuesto sobre la Renta de hasta el 75% para combatir los efectos de la Gran Recesión y Alemania suportaba una fuga de capitales de Alemania para evitar el pago de las sanciones que la comunidad internacional aplicó a Berlín como responsable de la Primera Guerra Mundial. En 1934, las autoridades suizas aprobaron las leyes bancarias que preservaban el secreto bancario y castigaba su violación como garantía de la acumulación de riqueza foránea que se multiplicó por diez entre la década de los veinte y los treinta.
Eso sí. Si en la nación de los múltiples referéndums, casi todos impulsados desde movimientos políticos o ciudadanos de corte ultraconservador, no promueve una consulta que obstaculice los pactos suscritos por sus autoridades y se restablezcan, con ello, los tratamientos especiales a las firmas multinacionales. Tanto fiscales como financieros.

La sombra de Wolfgan Schäuble

Sin embargo, Macron deberá ir con pies de plomo en su relación con Merkel. Porque al renovado interés mutuo por relanzar el proceso de integración europea, con la zona del euro como terreno abonado a los cambios, en favor de la consolidación económica y financiera, Berlín va a aplicar una de cal y otra de arena. Es lo que muchos observadores empiezan a llamar la cuota Schäuble. El halcón de las políticas de austeridad en Europa -y de las críticas a la política de estímulos del BCE, que ha servido mitigar los efectos de la crisis de deuda con la compra de activos tóxicos de bancos, empresas y gobiernos- parece haber marcado el guión inicial de Merkel. Pese a que será, con casi total seguridad, el futuro presidente del Bundestag y dejará paso a un dirigente liberal al frente de su, hasta ahora, ministerio de Finanzas.
El todopoderoso ministro de Merkel no sólo ha dejado un mal augurio, una nueva crisis, como consecuencia -no podía ser de otra forma- del excesivo endeudamiento tanto de los gobiernos como de las empresas, sino que también ha trasladado su negativa a cualquier apoyo de Berlín a París en asuntos como la creación de un presupuesto del euro, el seguro de desempleo común y a la mutualización de la deuda europea, primer paso para la creación de un auténtico eurobono que contribuya a suturar la brecha de las emisiones de deuda de los socios monetarios alemanes con el bund, y que hace saltar los resortes de las primas de riesgo.
Según un informe que deja como legado Schäuble para su sucesor en los cajones del ministerio, tan sólo se debería aceptar la puesta en marcha de un Fondo Monetario Europeo si los futuros países que solicitan el rescate se avienen a aplicar estrictas recetas de reformas estructurales. A buen seguro impulsadas desde Berlín en el seno del Eurogrupo. Y, como no podría ser de otra manera, sin ministro de Finanzas del euro.
Demasiado poca aportación por parte del país federal por excelencia de la UE a una concepción de similares tintes en la organización de un entramado supranacional que añada estabilidad política, económica y financiera a sus integrantes.

Sumarios

- Los expertos recomiendan a Macron que busque primero el consenso en la UE y luego en el seno del G-20 a su propuesta de cambiar la regulación de los precios de transferencia y al concepto de establecimiento permanente
- La lacra no es sólo europea; EEUU es el país con más elusiones fiscales, con casi 200.000 millones de dólares anuales y Wal-Mart, industria tradicional, ha pagado 46 veces más que Amazon, arquetipo del negocio digital, desde 2008
- Los paraísos fiscales y centros off-shore atesoran hasta 32 billones de dólares de patrimonio financiero privado, advierte Tax Justice; más que la suma de los tres mayores PIB del planeta -EEUU, China y Japón-, a precios de mercado
- La iniciativa de Macron es cada vez más imperiosa: 367 empresas del índice Fortune 500 -las mayores del mundo- operan con subsidiarias en enclaves de baja tributación y cada año se fuga medio billón de dólares de los fiscos mundiales