El impuesto de sociedades se ha convertido en un quebradero de cabeza para los países en las últimas décadas. La irrupción de las multinacionales tecnológicas terminó por explotar el camino de la elusión y la evasión de impuestos. Los esquemas de planificación fiscal, los precios de transferencias, la cesión de derechos de propiedad intelectual, etc. Muchas son las vías que utilizan las grandes compañías para reducir su carga fiscal y los países tienen cada vez más problemas para atajar el problema de forma individual.
El 'Informe de contribución y transparencia 2017', elaborado por la Fundación Compromiso y Transparencia, pone de relieve los graves problemas de opacidad fiscal de las multinacionales extranjeras con presencia en España. La rendición de cuentas a la sociedad brilla por su ausencia. Según el informe, hasta un 94% de las empresas no cumpliósus obligaciones fiscales en España en el año 2017.
Salvo honrosas excepciones, las multinacionales extranjeras con filiales en España fueron opacas en 2017 y no realizaron la rendición de cuentas de los impuestos pagados. Unos datos que muestran hasta qué punto estas compañías mantienen estructuras opacas al margen del fisco y de la sociedad española. Precisamente por este motivo Europa estudia lanzar un impuesto de sociedades común para las multinacionales, de modo que no puedan 'escaparse' sin tributar los impuestos correspondientes en cada país.
Apple, Google, Coca-Cola, Decathlon, Volkswagen, Ford y Nissan no consiguen un solo punto de todos los criterios de transparencia analizados
Según el estudio, Leroy Merlin, Airbus y Heineken "son las únicas empresas extranjeras que han entendido que su presencia en España las obliga a rendir cuentas de cómo están contribuyendo a generar empleo, desarrollar proveedores locales, invertir y pagar impuestos". Son la excepción que confirma la regla: las compañías multinacionales tienen una política de opacidad sobre su actividad y su negocio.
Amazon, Carrefour y Nestlé también se sitúan en las primeras posiciones en cuanto a transparencia de su presencia en España. En el extremo opuesto están compañías como Apple, Google, Coca-Cola, Ford, Decathlon, Volkswagen, Nissan, etc. Ninguna de ellas consigue un solo punto de todos los criterios de transparencia analizados en el informe. Entre ellos se encuentra el pago de impuestos, pero también otros, como el número de empleados en España, su política de compras o las inversiones realizadas. Con esta opacidad, muchas multinacionales consiguen que la Agencia Tributaria tenga mucho más complicado rastrear su negocio real en el país y así ocultar parte de su actividad económica al fisco.
El caso de la transparencia sobre el número de empleados que tienen contratados en España es representativo, porque muestra hasta qué punto las multinacionales optan por la opacidad a todos los niveles. Solo el 14% de las compañías analizadas es plenamente transparente sobre su plantilla en España, por el contrario, el 54% es totalmente opaco.
Las Big Four, el colaborador necesario
La maximización de beneficios a través de la elusión de impuestos lograda por las multinacionales foráneas viene construida por las grandes firmas de consultoría, a las que Compromiso y Transparencia tacha de "intermediarias de los paraísos fiscales". Los autores del informe ponen el foco en su estudio sobre Deloitte, E&Y, KPMG y PwC, a los que señala como artífices de la "construcción y diseño de los modelos de planificación fiscal agresiva que han disminuido la carga impositiva de las grandes multinacionales".
Basándose en diversos estudios académicos elaborados a raíz de escándalos como Luxemburg Leaks o los Paradise Papers, publicados en España por El Confidencial, el informe de transparencia y responsabilidad fiscal explica que la principal fuente de ingresos de las Big Four ya no procede de las labores de auditoría, sino de los servicios de consultoría y asesoramiento fiscal, que les reportan cada año cerca de 30.000 millones de dólares de ingresos. En España, 27 empresas del Ibex 35, casi el 80% de las firmas que componen el índice, contratan, además de los trabajos obligatorios de auditoría, otros servicios de asesoría fiscal a estas grandes firmas, lo que "pone de manifiesto el alto riesgo de conflicto de intereses".
En este contexto, el informe apunta un escenario revelador: las Big Four cuentan con un desproporcionado número de trabajadores en paraísos fiscales en comparación con el tamaño poblacional de estos territorios. Así, Luxemburgo, Islas Caimán y Bermudas son los tres países con mayor número de empleados de las Big Four en relación con su población.
Para más inri, el estudio se lamenta de la falta de transparencia de que adolecen las propias Big Four. En su opinión, "esta opacidad está deliberadamente buscada para eludir el riesgo de posibles controles y evitar la rendición de cuentas".
En este sentido, destaca "la configuración adoptada por las Big Four, que por un lado se presentan como empresas integradas globalmente y, por otro, como un conjunto de entidades independientes jurídicamente que no están bajo una propiedad común sino ligadas por acuerdos contractuales para operar bajo normas y una marca común. Así se ha adoptado para reducir el coste y el riesgo regulatorio, blindarse frente al riesgo legal, proteger a sus clientes de los requerimientos legales y proyectar opacidad sobre la escala de sus actividades al tiempo que se aprovechan de sus ventajas".
Como corolario final, Compromiso y Transparencia concluye que "el simple hecho de contratar con una Big Four constituye en sí mismo un riesgo fiscal".
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