miércoles, 6 de junio de 2018

Feijóo en los tacos de salida..

Mariano Rajoy ha introducido en el PP una nueva administración de los tiempos a la hora de irse que obliga a tomar decisiones rápidas (20 días como mucho) a todos los aspirantes a sucederle, empezando por el presidente de la XuntaAlberto Núñez Feijóo. El único presidente autonómico que lo es por mayoría absoluta —y que se presenta como favorito de las bases, buena parte del 'aparato' de la sede de Génova y la vieja guardia marianista— siempre dijo que se pronunciaría sobre sus aspiraciones cuando el actual presidente dijera lo que iba a hacer.
Al terminar la reunión del comité ejecutivo nacional de la despedida, todos sus miembros cumplieron con el elogio al jefe y empezaron a comentar la 'operación Feijóo' una vez que Rajoy confirmaba que no dará ventaja a nadie y se limitará a tutelar el proceso, para garantizar la unidad de la organización. La aclaración de que no cambiará nada en las direcciones, ni del partido ni de los grupos parlamentarios, y que dejaba esta tarea para su sucesor cortó de raíz las maniobras preventivas por parte del aparato del partido de frenar un posible regreso de Soraya Sáenz de Santamaría a la portavocía del Congreso.
El presidente de la Xunta lleva tiempo calentando la banda por lo que pudiera ocurrir al final de la legislatura. Rajoy le convenció para que siguiera en política y se volviera a presentar a los comicios autonómicos gallegos, y no solo para ganarlos. Según apuntan ahora en medios del PP, solo el clan gallego del marianismo, con referentes en el Congreso como Ana Pastor o Pilar Rojo, en el Senado como José Manuel Barreiro, en la Eurocámara como su cuñado Francisco Millán o su compañero de paseos José Benito (marido de Pastor), estaría en el secreto del lanzamiento de Feijóo y si está coordinado con el propio Rajoy.
Lo que se constató ayer por fuentes de la dirección del partido es que el exjefe del Ejecutivo dejó a todos descolocados con la rapidez del proceso que ponía en marcha, pero también conformes con el comprimiso de neutralidad. "Su tutela es para garantizar la unidad de la organización", repetían después de la reunión.

Ni Cospedal ni Santamaría...

Rajoy no dirigirá su sucesión como Aznar hizo con la propia. Esta vez hablarán las bases, aunque tendrán una oferta muy consensuada por la dirección saliente. María Dolores de Cospedal, como secretaria general, tendrá un papel clave en la cita de julio. De ella dependerá la organización del congreso, tiene 'poder territorial' directo (Castilla-La Mancha) y buena sintonía con otras organizaciones de peso como la Comunidad Valenciana y buena parte de la de Madrid.
Según fuentes de Génova, no parece que Cospedal vaya a optar a la sucesión, siempre ha dicho que se iría del comité ejecutivo con Rajoy, pero podrá inclinar la balanza de la decisión final en caso de disputa. Resulta evidente para todos los sectores de la organización su enfrentamiento con la exvicepresidenta Sáenz de Santamaría. Las dos quedarían fuera de la sucesión, pero siguen en la batalla. Más allá del antiguo gabinete de Moncloa, la exvicepresidenta también tiene sus bazas entre algunos dirigentes ahora autonómicos, como el exministro Alfonso Alonso, citado en medios del partido como figura al alza para el relevo general que habrá en la dirección.
Tanto en el aparato nacional del partido (partidarios y no partidarios de Cospedal) como en la mayoría de las organizaciones regionales, señalan a Núñez Feijóo como claro favorito en la carrera de la sucesión. Falta por ver si al propio partido le interesa disimular esa aparente unanimidad con otra candidatura alternativa.

Feijóo, al borde de las lágrimas

En el comité ejecutivo, el presidente de la Xunta se presentó como el más afectado por la marcha de su jefe. Según los asistentes contaron después, al borde de las lágrimas, Feijóo proclamó que Rajoy se iba "invicto" porque perdía el poder con una moción de censura, no en las urnas, y que para él España ha tenido dos presidentes, "Adolfo Suárez y Mariano Rajoy". También reconoció que el exjefe del Ejecutivo le había contado cómo se iba a ir: sin avisar antes, que es lo que ha hecho.
Los aspirantes a la presidencia del PP que Mariano Rajoy dejará vacante en el próximo congreso extraordinario del partido tienen ahora de plazo entre siete y 15 días para presentar su candidatura a partir del próximo lunes, desde que la Junta Directiva Nacional apruebe la convocatoria oficial del congreso extraordinario.
Solo hacen falta 100 avales de militantes para concurrir en el proceso, luego se pronuncian las bases en las urnas sobre los candidatos si hay más de uno. Si alguno 'barre' en esa fase y saca más de 15 puntos de ventaja sobre el segundo, queda proclamado presidente. Si la cosa está más reñida, son los compromisarios del congreso los que deciden en última instancia quién es su presidente. El nuevo manejo de los tiempos de Rajoy hará que tenga sucesor antes de agosto, aunque las maniobras previas vayan a ser igual de discretas que siempre.

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