«En San Mateo hemos vuelto al modelo de hace veinte años»
Enrique Granda, promotor musical: «Hay dos formas de hacer las fiestas: contentando a casi todos o contratando a empresas que sean capaces de hacer grandes eventos»
La carrera profesional de Enrique Granda (Sotrondio, 1967) comenzó en un bar de conciertos en la localidad que le vio nacer. Tenía capacidad para cien personas y por allí pasaron diferentes artistas como los componentes de M-Clan. Poco a poco se fue metiendo en sector de la música y creó Santo Grial Producciones. Tiene su sede en el número 4 de la calle Picasso y desde allí gestiona la próxima gira de Víctor Manual y decidirá si vuelve Derrame Rock. Este productor, que llegó a ser la cabeza visible de los recitales de La Ería durante San Mateo, no tiene en la actualidad relación con el Ayuntamiento.
-¿Va a organizar algún proyecto para los festejos de este año?
-No. En el año 2016 intenté participar las fiestas mateínas y no tuve mucho éxito.
-Un punto positivo es que la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) no le debe dinero y al resto de promotores les adeudan más de medio millón de euros.
-Sí, pero con este equipo de gobierno he hecho cero euros de facturación...
-¿Esta ruptura de las relaciones se debe a que no se lleva bien con edil de Cultura, Roberto Sánchez Ramos?
-Las razones son varias. Me incluyeron en la polémica que surgió entorno a los conciertos de La Ería y desde entonces no he tenido posibilidad de participar en la programación cultural.
-¿Cómo recuerda esos recitales?
-Se hicieron durante tres años y tuvieron mucho éxito. En su organización participábamos tres empresas -una se encargada de las infraestructuras, otra de los equipos de sonido e iluminación y yo era el dirección de producción- y por el escenario pasaron artistas como Víctor Manuel, Iggy Pop o Melendi.
-¿Qué hubiese pasado si Sánchez Ramos no hubiese tirado este proyecto a la basura?
-Oviedo hubiese sido un referente de los macroconciertos y aquí vendrían artistas como los que este año han ido a Gijón y entre los que estaban Maná, Dani Martín o Pablo Alborán. Es más, creo que si esta programación continuase, los cantantes meterían a la ciudad en sus circuitos.
-Este modelo de recitales se quiere retomar pero en San Lázaro.
-Eso dicen pero me da la sensación de que cuando vuelvan a arrancar, van a tener que empezar de cero. Es decir, los artistas solo querrán venir a la capital del Principado de Asturias por dinero y se tendrá que pagar cuatro veces más que en Gijón por una actuación.
-¿Estas pistas son mejores que el escenario de La Ería?
-Yo creo que lo bueno de celebrar los grandes conciertos al lado del Carlos Tartiere es que permitían tener una gran carpa. Por ejemplo, hubo conciertos en los que llovía a mares en el exterior y el recital no se veía alterado. Además, la zona estaba muy bien porque te permitía tener un anfiteatro.
-Sincérese. ¿Qué le parecen las instalaciones de San Lázaro?
-Es un espacio como otro cualquiera y puede ser bueno, pero lo importante no son las instalaciones. Influye la gestión y que Oviedo sea un referente para los artistas de primer nivel.
-Algún problema le verá...
-Que desde que se hicieron los conciertos de La Ería hay varios eventos que se inspiraron en su organización como por ejemplo el Gijón Fest y esta situación aquí la hemos perdido.
-Una de las bazas que se utilizaron en contra de los conciertos al lado del Tartiere es que se creaban problemas los días que había partido.
-Ambos eventos se podían simultanear. No había ningún problema de seguridad ni de convivencia a pesar de lo que se dijo por aquella época. Había espacio suficiente para ambos y durante los tres años hubo conciertos y llegó a jugar hasta la selección española.
-El contrato para la instalación y producción del escenario de la plaza de la Catedral está aún sin licitar a un mes de San Mateo. ¿Tiene pensado presentarse al concurso?
-No tengo previsto participar porque viendo la programación que se ha adelantado, no creo que las infraestructuras sean lo más importante.
-¿Qué le parece el avance de cartel de la Catedral?
-Las conciertos han vuelto al pasado desde que se quitó el escenario de La Ería. Se ha retomado el modelo que había hace veinte años, aunque si comparas los presupuestos que maneja la Fundación Municipal de Cultura son similares a los de hace tres años y no hay recitales de pago...
-¿Le gustan los conciertos programados hasta ahora?
-Hay artistas con un nivel bueno, aunque ni mucho menos es una programación popular ni masiva. Creo que falta una parte importante y hemos vuelto al modelo de gestión de Gabino de Lorenzo.
-¿Cómo era?
-Había un funcionario que no tenía mucha idea de lo que se programaba y se apoyaba en distintos promotores culturales. Pero a los especialistas no se les daba la potestad de decidir en el cartel y al final había esperpentos.
-¿Cuáles recuerda?
-Pues que en una misma noche tocasen Los Suaves con Navajita Plateá.
-¿Echa de menos algún género musical durante las fiestas?
-Hay dos formas de hacer las fiestas. Una contentando a casi todo el mundo y la otra es contratar a empresas que sean capaces de montar grandes eventos. En Oviedo se ha optado por el primer modelo y al final nos encontramos con un 'monopoly' donde los agentes elegidos venden legitimamente a sus artistas por un precio más caro o más barato y se llevan su comisión.
-¿Qué ha pasado con Derrame Rock?
-Hicimos los veinte años en 2016 y ahora nos hemos tomado dos años de descanso.
-¿Tienen pensado volver?
-La marca está ahí y nunca se sabe...
-¿Será en Asturias o en Galicia?
-No lo sé. He quedado un poco saturado de los grandes montajes y ahora me lo estoy tomando con más calma.
-¿Qué proyectos tiene en marcha?
-Estamos con la gira nacional de Víctor Manuel, que sacará disco después del verano, y también estamos con nuestra escuela Derrame Rock, que se lleva a cabo desde septiembre a julio y tiene más de 300 alumnos.
-¿Cree que la música volverá pronto a los bares?
-Este es un debate eterno. Si hay bar que cumple lo dictado en la ley, debería volver.
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