Turquía se expone al rescate del FMI, el control de cambios o el corralito
"Una recesión y una crisis de deuda que obligara a Turquía a pedir un rescate del FMI no pueden descartarse", según Berenberg
Este viernes quedó claro que la crisis turca preocupa mucho a los mercados. La lira volvió a desplomarse y arrastró con ella al euro y a otras divisas emergentes, lo que a su vez provocó una huida de inversores de las bolsas. La situación se ha agravado en el fin de semana con unas declaraciones desafiantes de Erdogan y cada vez hay más probabilidades de una solución traumática, como un rescate del FMI, la limitación del cambio de divisas o incluso un corralito.
"Turquía es un problema serio", afirma tajante Berenberg en un informe en el que analiza el potencial impacto de esta crisis en la Zona Euro. "Después del boom crediticio, el aumento de la inflación turca, de la rentabilidad de los bonos y la caída aún más drástica del tipo de cambio en 2018 sugieren que el país podría correr el riesgo de quebrar", advierte.
"En nuestra opinión, una caída temporal del PIB a finales de 2018 o principios de 2019 parece bastante probable si las autoridades no restablecen pronto la confianza. Incluso una recesión y una crisis de deuda que obligara a Turquía a aplicar controles de capital y pedir un rescate del FMI no pueden descartarse. Turquía tiene ahora mucho menos margen que antes para capear el temporal", avisan estos expertos. Entre otras cosas, porque Erdogan se opone a que el banco central suba los tipos, como recordó el sábado, lo que abre la puerta a medidas más drásticas.
'Bloomberg' alerta de que "solo medidas extremas pueden traer a Turquía de vuelta del abismo. Cuestiones que eran tabú hasta ahora como un rescate internacional o la imposición de controles de capital se están discutiendo en los círculos financieros turcos e internacionales". Y añade que la primera opción es complicada porque precisamente el principal contribuyente del FMI es Estados Unidos.
El control de cambios consistiría en limitar la cantidad de dólares que pueden comprar los ciudadanos turcos para frenar el desplome de la cotización de la lira, y el corralito supondría restringir la cantidad de dinero que se puede retirar diariamente de las cuentas bancarias, una medida que sigue en vigor en Grecia.
En Turquía, cerca de la mitad de los depósitos bancarios están denominados en dólares debido a la desconfianza de los turcos en su moneda. El viernes, numerosos ciudadanos acudieron a las sucursales bancarias a adquirir dólares y euros, y algunas entidades se quedaron sin reservas. Por otro lado, las empresas y el Estado tienen elevadas cantidades de deuda denominada en moneda extranjera por exigencia de los acreedores. Además, existe un gran temor a un contagio a otras economías emergentes con elevado endeudamiento en dólares, como Argentina o Brasil.
"Esta vez, los costes de los préstamos son mucho más altos. Esto dificulta el rescate del Gobierno a través de un programa de estímulo masivo como el de finales de 2016", advierten los expertos de Berenberg, al tiempo que reconocen que el descenso de la lira turca y el aumento de los costes de los préstamos "causan un gran dolor de cabeza a muchas empresas turcas, ya que han pedido préstamos en moneda extranjera a pesar de generar sus ingresos en moneda local".
¿CÓMO SE HA LLEGADO HASTA AQUÍ?
La crisis diplomática entre Estados Unidos y Turquía por la detención, por parte de Turquía, de un sacerdote estadounidense y la imposición, por parte de EEUU, de sanciones sobre dos ministros turcos, está en el trasfondo de la situación, que se ha agravado tras la imposición de nuevos aranceles por parte de Donald Trump al acero y aluminio turcos. Pero también el inmovilismo del Banco Central de Turquía (por culpa del presidente del país), que no sube tipos y permite que la lira siga sufriendo.
El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de la exposición de los bancos europeos (BBVA, Unicredit y BNP) a Turquía y con eso ha dejado claro que este crisis es una realidad preocupante. Los expertos y el mercado tienen claro que así lo es y los inversores castigaron este viernes a los bancos con más presencia en Turquía, que registraron fuertes descensos.
La economía turca se ha estado calentando en los últimos trimestres. Un amplio programa de estímulos fiscales antes de las elecciones, un elevado crecimiento del crédito y una serie de decisiones políticas han provocado un aumento de la inflación importante (15,8% anual en julio de 2018 frente al 9,8% en julio de 2017) y un aumento del déficit de la balanza por cuenta corriente (hasta alcanzar el 6,5% del PIB en 2018). Además, la presión del presidente turco, Tayyib Erdogan, sobre el banco central para que mantenga los tipos de interés bajos ha socavado aún más la confianza de los inversores.
La presión sobre la lira y la rentabilidad de los bonos turcos ha aumentado drásticamente en las últimas cuatro semanas debido a las sanciones anunciadas por Estados Unidos sobre Turquía y al temor a que la crisis diplomática entre ambos países vayan a más. La falta de urgencia por parte del Gobierno turco para reaccionar ante los numerosos peligros económicos no ha ayudado. En los últimos doce meses, la lira turca ha caído un 33% frente al euro y la rentabilidad de los bonos de referencia a dos años casi se ha duplicado hasta el 22% en este mismo periodo.
Hasta ahora los indicadores de sentimiento económico turcos se han mantenido estables. Turquía ha demostrado en el pasado que está dispuesta a aumentar drásticamente el gasto para evitar una recesión como la del segundo trimestre de 2016. Sin embargo, la situación es diferente en esta ocasión. Desde Berenberg consideran improbable que el auge del consumo impulsado en el pasado por el crédito continúe debido a la elevada inflación, los altos niveles de endeudamiento y los elevados costes de los préstamos.
LAS REPERCUSIONES EN LA ECONOMÍA DE LA ZONA EURO
Más allá de los riesgos de esta situación para Turquía, lo que está ocurriendo plantea la cuestión de hasta qué punto puede verse afectada la economía de la Zona Euro. "En nuestro opinión, el impacto en el crecimiento del PIB de la Zona Euro sería pequeño. Incluso si las exportaciones de bienes de la Zona Euro a Turquía disminuyen un 20%, esto no restaría más de 0,1 puntos porcentuales sobre el crecimiento de la Zona Euro", explican desde Berenberg.
La economía de Turquía ha crecido un 60% en términos reales desde 2009 y su PIB anual es de 750.000 millones de euros, equivalente al 6,5% del PIB de la Zona Euro. El PIB de Turquía es cuatro veces mayor que el de Grecia pero menos de la mitad del tamaño de la economía italiana.
La exposición bancaria de la Zona Euro parece "demasiado pequeña" como para causar una crisis significativa en la Zona Euro, apuntan los expertos de Berenberg
El año pasado, la Zona Euro exportó 63.000 millones de euros a Turquía. Las importaciones de mercancías procedentes de Turquía alcanzaron los 50.000 millones de euros también el año pasado. Además, las exportaciones de la Zona Euro a Turquía han aumentado un 80% desde 2009, mientras que las importaciones se aceleraron aún más rápido, un 88%, durante el mismo periodo. Sin embargo, las exportaciones de la Zona Euro a Turquía han disminuido desde 2012 con relación al PIB de la Zona Euro y han caído un 0,57% en 2017 frente al 0,61% en 2012.
"Si Turquía cayera de nuevo en una crisis comparable a las de 2000 y 2009, lo cual no es imposible pero no es nuestro escenario base, una caída de las exportaciones de la Zona Euro a Turquía de un 20% o 30% podría deducir directamente entre 0,1 puntos porcentuales y 0,15 puntos porcentuales el crecimiento del PIB anual de la Zona Euro", reiteran los analistas de Berenberg. Estos expertos añaden que las empresas de la Zona Euro son bastante rápidas a la hora de identificar y cambiar a nuevos mercados. "Vender más en otros mercados compensaría parte de la hipotética caída de las exportaciones de la Zona Euro a Turquía", apuntan estos expertos, y añaden: "El daño total de una recesión turca sería inferior a 0,1 puntos porcentuales para la economía de la Zona Euro".
RIESGO DE CONTAGIO DE UNA CRISIS BANCARIA TURCA
Los expertos de Berenberg consideran "improbable" que la confianza y los préstamos bancarios de la Zona Euro se vean afectados negativamente por la crisis turca pero sí advierten de que una crisis bancaria turca tendría "algunas repercusiones negativas" sobre los bancos de la Zona Euro que tienen una gran exposición crediticia a Turquía o a los propios bancos turcos. Aun así, precisa que, "en general", la exposición bancaria de la Zona Euro parece "demasiado pequeña" como para causar una crisis significativa en la Zona Euro.
"La exposición total de los bancos de los tres países de la Zona Euro con los mayores activos en Turquía es de 135.000 millones de euros (España: 81.000 millones de euros; Francia: 35.000 millones de euros; Italia: 19.000 millones de euros). Esto supone un 12,2% del capital total de los bancos en España, Francia e Italia juntos y equivale a un 6% de su exposición total a los países de la Zona Euro", explican estos expertos.
"Pero, incluso si nos equivocáramos y un posible colapso del sector bancario turco causara graves problemas a alguno de los bancos de la Zona Euro, los supervisores bancarios de la Zona Euro tendría suficientes herramientas a su disposición para contener el daño. Que la crisis turca pueda causar una crisis crediticia en cualquier parte de la Zona Euro parece muy improbable", concluyen desde Berenberg.
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