Berlín abre la carrera para renovar la cúpula de la Unión Europea en 2019
La canciller alemana y lideresa de facto de la Unión Europea, Angela Merkel, ha dio ayer jueves por comenzada la carrera para renovar varios puestos clave de las instituciones europeas. Entre ellos, la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), ahora ocupada por el italiano Mario Draghi, y la de la Comisión Europea, con el luxemburgués Jean-Claude Juncker al frente.
La discusión sobre los puestos europeos "está empezando ahora lentamente", admitió Merkel en una conferencia de prensa celebrada en Georgia, donde se encuentra de visita oficial. La declaración llega después de que el diario económico alemán Handelsblatt publicase que Berlín renunciaría a situar a un alemán al frente del BCE y, en su lugar, apuntaría hacia la Comisión Europea.
Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, había sonado para el puesto en los últimos meses, pero su perfil de halcón ortodoxo causaba recelo en países como Francia o Italia. Entre los dos cuentan con suficientes votos para bloquear el nombramiento. Weidmann se ha opuesto abiertamente y en clara minoría, cuando no aislamiento, a las políticas más ambiciosas lideradas por Draghi, como la compra masiva de deuda pública por parte del BCE.
De hecho, desde el propio Bundesbank han llevado a cabo una campaña de 'márketing' para tratar de suavizar su imagen entre la prensa del continente, promoviendo la idea de que Weidmann no es tan halcón como se le pinta. No parece que haya tenido éxito.
En las quinielas para suceder a Draghi aparecen de momento muchos nombres. El ex gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen; su sucesor en el cargo, el ex comisario europeo Olli Rehn; el presidente del Banco de Holanda, Klaas Knot; el francés François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia; el también galo Benoît Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE; la francesa Christine Lagarde, directora gerente del FMI o el irlandés Philip Lane, gobernador del Banco de Irlanda.
El ganador tendrá que superar el complicado juego de equilibrios de la UE. Con los candidatos holandeses y franceses, por ejemplo, jugará en contra que cada uno de estos dos países ya ha tenido a un nacional en ese puesto (Wim Duisenberg y Jean-Claude Juncker). Pero, en cambio, Lagarde podría hacer valer su largo historial y experiencia, y el factor género. Las mujeres están significativamente ausentes en las cúpulas institucionales de la UE.
La crónica del Handelsblatt apunta que, en lugar de tomar el BCE, Merkel preferíría situar a un compatriota como presidente de la Comisión Europea. En mayo del año que viene se celebran las elecciones al Parlamento Europeo y toca renovar la Comisión. Juncker ya ha dicho que no quiere repetir mandato.
Y ahí, por la parte alemana, suenan nombres como Peter Altmaier, actual ministro de Economía y ex jefe de gabinete de Merkel; Ursula von der Leyen, ministra de Defensa; o Manfred Weber, jefe del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo.
Pero hay otros. El francés Pierre Moscovici, actual comisario de Asuntos Económicos y Financieros, es uno de ellos y también su colega de Competencia, la danesa Margrethe Vestager. El primero es socialista y la segunda liberal.
Aquí la decisión no solamente dependerá del tradicional juego de equilibrios de la UE (país grande/país pequeño, norte/sur, este/oeste) sino de los resultados de las elecciones europeas. El PPE lleva tres legislaturas siendo el partido con más representación en la Eurocámara y el correspondiente presidente de la Comisión Europea ha salido de sus filas (Jose Manuel Durao Barroso y Juncker).
Pero la presidencia del BCE y de la Comisión son solo dos de los puestos que se renovarán el año que viene. Hay muchos otros. En el propio BCE, se abren dos plazas en el Comité Ejecutivo, el del germanobelga Peter Praet, que vence en mayo de 2019, y el del francés Coeuré, que expira en diciembre.
Pero también en noviembre concluye el mandato del polaco Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, que para entonces habrá encadenado dos mandatos de 2,5 años cada uno. Su predecesor, el belga Herman Van Rompuy, dejó el puesto tras cinco años.
Su labor es la de representar la institución que aglutina a los 28 Gobiernos de la UE y gestionar y buscar consensos entre sus líderes. Ahora mismo es un miembro del Partido Popular Europeo.
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