OVIEDO
Félix Población se ha pasado más de media vida escribiendo sobre la Guerra Civil, España y la Memoria Histórica. Periodista y escritor, este asturiano colabora con un gran número de medios de comunicación en los que da su visión de la historia, la cultura y el cambio de la sociedad. Temas que recoge en su nuevo libro La memoria nombrada, que ha presentado esta semana en Gijón y Oviedo.
-¿Qué es La memoria nombrada?
-Es una selección de artículos publicados entre 2008 y 2017 y como tengo mucho pues la selección ha tenido que ser bastante drástica y dejarlos en 100, por ser un numero redondo. Y dentro de esos artículos hay distintas vertientes de la memoria. La ley de memoria, las fosas del olvido, los brigadistas internacionales, los maquis, capítulos dedicados a Asturias, aspectos de la intrahistoria de la posguerra, y hago referencias a escritores del exilio. Aunque no todos son dedicados a la Memoria Histórica. También hay sobre comunicación y América Latina.
-¿Por qué surge la idea de unirlos todos en una publicación?
-Yo soy periodista de la generación de Gutenberg y esto de los ordenadores está muy bien pero hasta que no los veo en papel es como si estuvieran volando. Escribes con los dedos pero queda en el aire y verlo en un libro es como si asegurases la pervivencia de lo que escribes.
-A la hora de hacer esa criba, ¿cómo se ha guiado?
-Eso es complicado porque cuando publicas un libro pones la fecha de publicación del artículo. Si están muy centrados en la actualidad los quitas a no ser que tengan una importancia grande. Procuras buscar los más intemporales.
-Insiste en la importancia de los personajes anónimos que los reconocidos.
-Los personajes que salen no es que sean anónimos pero, por ejemplo, Higinio Carrocera, asturiano, aquí se conoce pero fuera se conoce muy poco. Personajes de este tipo, maquis, o históricos que son personajes relativamente conocidos y se murieron prácticamente en el olvido y no tuvieron la relevancia que en su día tuvieron. Walter Benjamin decía: «La función de la historia es contar la historia de los humildes, de la gente anónima». Hubiese dedicado el libro a esa gente, pero es muy arduo.
-¿Son estos personajes los que más tienen que contar?
-Son las personas que han sido más silenciadas. Te voy a poner el ejemplo de una mujer asturiana a quien en la guerra le mataron a su padre y a su hermana. Pues en el año 1975 o 76 esta campesina coge una libreta de un nieto y suelta todo lo vivido desde hace 40 años. Con su poca ortografía escribe verdades tan directas... Esta es la intrahistoria que no viene en los libros de historia. Esto es lo que se necesita contar en las escuelas para que la gente joven sepa que esto podría haberle pasado a sus padres o abuelos. Esto es lo que de verdad te hace aprender esta historia y no repetirla. Fueron 40 años de historia manipulada, difamatoria más otros 40 años que se estuvo perdiendo el tiempo sin reconocer esa historia.
-Hablando de esos 40 años de silencio, ¿fue la posterior aprobación de la Ley de Memoria Histórica una verdadera necesidad para el gobierno o interés?
-Fue mezcla de todo. Cuando gobernó Aznar en las dos legislaturas que tuvo, de 1996 a 2004, empezó a nacer una generación de historiadores o pseudohistoriadores revisionistas que nos vinieron a decir que aquello que nuestra generación estudió era verdad. Que Franco había venido a salvar a España, Europa, al mundo del comunismo. Es muy curioso que surja aquí y no en los 14 años anteriores del PSOE. Tras esta, surge la generación de los nietos que empiezan a reivindicar los restos de sus abuelos, las cunetas, etcétera. Esto pasa porque la generación de los hijos de los vencidos fue criada con miedo. La dictadura del miedo es la base de las dictaduras. La generación de los nietos se privó de este miedo. Cuando Zapatero llegó al poder se vio obligado por este movimiento y por su necesidad de ganar votos. Algo que equivale ahora a los restos del Valle de los Caídos. Además la aprobó al final de la primera legislatura, en 2007. Fue un avance pero insuficiente. Tanto que cuando llegó el otro gobierno se honró con no darle un duro a la Memoria Histórica.
-¿Qué gana esta generación de nietos con la exhumación de los restos de Franco?
-Con la exhumación se gana muchísimo. Yo creo que el gran problema no es la oposición de la familia, sino que no contamos con una iglesia que no concuerda con la opinión del Papa. Si fuese una iglesia normal y no con obispos como Cañizares, no tendríamos esa cruz inmensa en el Valle de los Caídos, que es lo que considero que más peso tiene. La mayor lacra de nuestra sociedad es tener a un dictador en un santo sepulcro y a García Lorca sin sepulcro ni rastro.
-Después de dedicar prácticamente toda la vida investigan y escribiendo sobre estos temas, ¿qué significa para usted el auge de partidos como Vox?
-No recuerdo en qué página de internet salía una imagen con una fosa y, dentro, unas abarcas. Su suela estaba hecha con neumáticos gastados y alguien muy perspicaz había escrito: «Si se le hubiera explicado a la gente por qué unas abarcas hechas con neumático están en una fosa común quizá nos hubiésemos evitado que las fuerzas de extrema derecha llegaran a las instituciones». Conocer la historia es elemental, y la que nos silenciaron y obligaron a callar es muy sano. Tan sano como cerrar las heridas de las fosas. Creo que lo de Andalucía puede ser un síntoma de lo que pueda pasar en España. Creo que la extrema derecha va a hacer mucho daño a la derecha, puede que se beneficie el PSOE del voto de centro y que los resultados sorprendan. Pero yo confío en la gente joven.
-¿Por qué insisten tanto estos partidos en que pasemos página?
-Porque no se han leído las páginas o las han leído con interés. Eso lo dicen partidos fundados por gente de la dictadura a los que les interesa pasar página cuanto antes.
-Sin embargo ellos también hace alusión a este pasado.
-Sobre todo si se tocan temas como la unidad de la patria. De hecho, creo que Cataluña cayó en la trampa del gobierno. No creo tan torpes ni al PSOE de Zapatero ni a la derecha. Se duplicaron el número de independentistas que beneficiará a la derecha, y creo que lo han hecho a propósito, alegando la unidad de la patria.
-¿A quién le recomendaría su libro?
-Me ofrecería parair por colegios e institutos y me dejasen contarte todo lo que te he contado. Ya que en los colegios no se da esta materia, al menos poder hacérselo llegar yo.
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