US Open 2019, Schwartzman-Nadal: Montañas rusas, susto y resiliencia (4-6, 5-7 y 2-6)
Rafa Nadal se clasificó para las semifinales del US Open 2019 después de derrotar al argentino Diego Schwartzman por 4-6, 5-7 y 2-6. El balear jugó un partido durísimo contra un rival que no consiguió encontrar la forma de hincarle el diente al número dos del mundo a pesar de sufrir a última hora unos calambres en los antebrazos que denotaron cierta preocupación.
Personajes
A las 22:00 horas de Nueva York hicieron acto de presencia Nadal y Schwartzman en la Arthur Ashe, últimos invitados de una fiesta tenística que vio duelos de altura como el Berrettini-Monfils o el Andreescu-Mertens que los precedió. La humedad y el cansancio, más psicológico pero a partir de ahora también físico, podían amenazar con condicionar el espectáculo, pero terminó regalando un duelo con rallies intensos de alta escuela, más propio de Roland Garros que de la canalla noche neoyorquina.
Nadal comenzó el partido con el turbo, llevándose dos breaks que descolocaron a Schwartzman para ponerse 0-4. Muchos hubieran claudicado y buscado un desenlace rápido del primer set, pero el Peque se rebeló ante su destino y le devolvió las dos roturas a Nadal de forma inmediata, algo muy poco frecuente. El de Manacor sufrió en esos momentos más que en el segundo set que le robó Cilic.
Si había sido divertida e intensa la montaña rusa del inicio del partido, Nadal y Schwartzman regalaron otro viaje similar en el segundo. Nadal llegó a dominar 1-5, pero el bonaerense se convirtió por segunda vez en el ave fénix y puso el 5-5 con una respuesta en forma de dos roturas. En los momentos clave Nadal supo marcar la diferencia respecto a su rival, y de nuevo lo comprobó Schwartzman al recibir el 5-7 a continuación. Si ya es difícil recuperarse de un golpe moral así, un segundo puede ser devastador para cualquiera al otro lado de la red.
El Peque, mientras tanto, negaba con la cabeza cuando Nadal le rompió el servicio con limitaciones en sus brazos. Se escapa a toda lógica la manera en la que el balear mantiene el dominio en la adversidad, pero la realidad indica que una vez más lo consiguió y ya está en la penúltima ronda del torneo, con el sorprendente y maratoniano Berrettini esperando y sus brazos enviando un aviso que conviene no ignorar en las próximas 48 horas. La tensión de la montaña rusa a la que Schwartzman lo invitó puede pasar factura.
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