lunes, 23 de diciembre de 2024
Geografía y POlítica...más unidas de lo que pensamos...
«Estamos yendo hacia dos bloques que conceden a los países cada vez menos margen de autonomía»
Artículo
Esther Peñas
Esther Peñas
¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA
13 diciembre
2024
«Estamos yendo hacia dos bloques que conceden a los países cada vez menos margen de autonomía»
Sin conceder a la geografía un carácter determinante, el periodista Tim Marshall (1959), especializado en información internacional, sabe lo mucho que condiciona el hecho de que Australia sea una isla (con carácter de continente), Irán esté rodeado de montañas o España, por sus desaciertos políticos –pero también por sus peculiaridades geográficas–, haya sido capaz de aglutinar a sus distintas regiones. De todo ello escribe en su último ensayo, ‘El poder de la geografía’ (Península).
El ensayo demuestra que la geografía convierte a un país, en un momento determinado, en crucial para la estrategia internacional. ¿De qué depende que esos países sepan jugar bien sus posibilidades y no se conviertan en mera comparsa de los más poderosos?
De inicio, se trata de que los gobernantes comprendan esa geografía propia, tanto las limitaciones que impone como las oportunidades que ofrece, y tener todo eso en cuenta a la hora de tomar decisiones. Un ejemplo, Australia, que es un país que no puede tener una gran población, debido a su geografía, cuyas cadenas de suministros son, a la fuerza, increíblemente largas, para lo que necesita fuerza naval muy potente. Trata de establecer acuerdos con países que puedan ayudar en este aspecto o, al menos, que no le molesten en su logística. Cada país en el mundo tiene su propia idiosincrasia.
Muchos de esos países tienen mucha riqueza, pero no son ricos (Irán es el caso más notorio, también otros que quedan fuera de su jurisdicción ensayística, como Venezuela). Da la impresión de que les costará convertirse en países prósperos, porque a sus competidores no les conviene.
Es verdad. Hay que decir que las sanciones impuestas por EE.UU. a Venezuela no han ayudado a su economía, pero hay que remontarse a qué ocurría antes, fijarse en cómo este país, increíblemente rico en términos de energía, tiene una brecha enorme entre el poder adquisitivo de la población y la riqueza de sus recursos, lo que te dice que el Gobierno venezolano no ha invertido adecuadamente en cuestiones importantes como educación para su pueblo, vivienda, salud, y uno se pregunta: ¿adónde ha ido el dinero? La geografía solo es una parte para explicar qué ocurre; creo que, con decisiones diferentes, los venezolanos serían más felices y prósperos. Lo mismo se puede decir de Irán. Sin embargo, un país que no tiene una gran riqueza natural, como el caso de Singapur, debido a algunas decisiones brillantes tomadas por la clase gobernante, ha pasado de ser una colonia empobrecida británica a convertirse en una potencia mundial y moderna, porque sus políticos acertaron.
Centrémonos en España, como umbral de la inmigración del Mediterráneo. ¿Qué aspectos, a su juicio, podrían mejorarse en la política española a este respecto?
España ha sabido mirar hacia adelante a la hora de tratar a Marruecos como socio igualitario y forjar una buena relación para ralentizar la inmigración irregular, pero temo que vuestros políticos tengan que adoptar algunas medidas como las que ya se están implantando en otros países europeos, como Alemania, que ha suspendido el espacio Schengen por la guerra de Ucrania; Suecia, que paga a los inmigrantes para que se marchen del país: o medidas como las de Italia. Algo hay que hacer para detener el flujo migratorio que no podemos absorber.
«La geografía solo es una parte para explicar qué ocurre»
¿Por qué tiene España tantas dificultades para aglutinar a sus distintas regiones?
En parte por la geografía, pero también por la política. Vuestra revolución industrial llegó tarde, vuestro terreno es difícil, las llanuras costales son buenas para la agricultura, pero acaban en acantilados que dificultan tejer las regiones de manera conjunta, con montañas y llanuras; además, colocasteis la capital justo en el centro, un inconveniente para las comunicaciones fluidas con el resto de regiones. Ahora es más fácil por la tecnología. Con la industrialización, pudisteis conectar vínculos y crear un sistema de transporte unificado, pero no tenéis muchos ríos llanos que conecten los unos con los otros, sí hay puertos de agua profunda que pueden albergar navíos más grandes, pero ninguno subía, no se pueden navegar. A eso también se añade el desierto, el único país de Europa que tiene uno. Todo eso os ha hecho la vida política (y la vida, en general) más difícil, pero la tecnología ha mejorado todo eso.
¿De qué modo los Pirineos, que en su momento fueron una baza defensiva, se convirtieron en un lastre para la prosperidad del país?
Durante la Revolución Industrial, cuando España empezó a fabricar y necesitar cosas. Francia os llevaba varias décadas de ventaja, y no teníais el sistema de transporte adecuado. Ahora sí, pero cuando en Inglaterra había cientos de millas de red ferroviarias, en España se seguían usando los carros de caballos.
«En España, colocasteis la capital justo en el centro, un inconveniente para las comunicaciones fluidas con el resto de regiones»
¿Ve posible una independencia de Cataluña a medio/largo plazo?
No a corto plazo, desde luego, probablemente tampoco a largo, pero no creo que el tema desaparezca, no lo ha hecho en el último siglo. Siempre estará ahí, en el trasfondo, aunque dudo de que el siguiente empuje, el empuje, digamos, definitivo, llegue alguna vez. Eso requeriría lo que en inglés llamamos «patitos alineados», demasiadas circunstancias a la vez. Nosotros tuvimos el caso de Escocia, que fue en aumento, impulsado por un líder carismático y por la caída del comunismo, pero finalmente perdieron el voto, decidieron quedarse en el Reino Unido. Algo similar ha ocurrido con Cataluña, que tuvo un momento importante con el referéndum ilegal, pero algo así no puede hacerse una y otra vez. No, no lo veo probable.
Si eso ocurriera, el bloque pro-ruso tendría, a su juicio, un suculento aliado, ¿no es así?
No un aliado, una oportunidad. Una Cataluña independiente, fuera de la Unión Europea, sin lugar a dudas, abriría a China y Rusia la oportunidad de entrar en el corazón de Europa, de disponer de un puerto con influencia política. Esa misma influencia que ejerce Rusia en Bosnia, Serbia, que intenta en Moldavia. Rusia y China lo intentarían, por supuesto, insertarse económicamente allí donde puedan. Y si Cataluña no estuviera sujeta a las legislaciones europeas para ellos sería una gran oportunidad de establecerse.
« Una Cataluña independiente, fuera de la UE, abriría a China y Rusia la oportunidad de entrar en el corazón de Europa»
¿Estamos volviendo a la política de bloques, esa que ya demostró su fracaso?
Sí, pero habría que matizar, porque no calificaría «fracaso» a la Unión Europea, que es política de bloques. Pero en tanto que gran competición de grandes potencias sí, estamos ahí, es inevitable, no recuerdo una época en la que no hubiera competición entre las grandes potencias. En las últimas décadas tuvimos unas vacaciones bastante agradables respecto a eso, nada más. No digo que sea algo bueno, pero estamos volviendo a la competición de grandes potencias que cada vez exigen una mayor lealtad. «Si rascas mi espalda, yo rasco la tuya», decimos en inglés. Si no estás conmigo, te pongo aranceles, tarifas endemoniadas. Norteamérica está intentando reunir a su pandilla, a ver qué hace a partir de ahora, pero ha liderado (o lo ha intentado). La OTAN, impone su criterio respecto de Ucrania… El otro bloque, claro, lo lidera China, que lleva 25 años, junto a Rusia, socavando y minando el orden dictado por Estados Unidos, con mucho éxito, por cierto. Con la invasión de Ucrania, Estados Unidos dijo «hasta aquí». Veremos si continúa la debilidad de Estados Unidos o le sale bien la jugada. Lo que está claro es que estamos yendo hacia dos bloques que conceden a los países integrantes cada vez menos margen de autonomía.
Cómo concluya la guerra Rusia-Ucrania, ¿de qué modo reordenará el tablero político?
Eso también dependerá de qué ocurra en Estados Unidos. A ver qué quiere hacer Trump. Seguramente reduzca el apoyo a Ucrania, si no acaba con él por completo. Los estadounidenses han puesto aproximadamente la mitad del dinero y las armas que han llegado a Ucrania. Europa no puede reemplazar esa mitad. Y si se reducen las ayudas a Ucrania, le tocará negociar con Rusia desde una posición debilitada.
El Kremlin se prepara para iniciar un conflicto con un país que se aleja de su «esfera» y mira cada vez más a Occidente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario