sábado, 13 de junio de 2009

El terrible 2010.

Aflorarán los resultados de los dos años precedentes, las provisiones a 0 y la

morosidad a tope.

El próximo año da auténtico pánico a las entidades financieras españolas, porque va a suponer la verdadera prueba de fuego para la supervivencia de muchas de ellas. En efecto, el próximo año se van a juntar tres factores que van a hacer que la crisis 2009 parezca un juego de niños a su lado: la necesidad de dotar el grueso de la morosidad declarada en 2009 (lo cual va a acabar con todo el colchón de la provisión genérica), el hundimiento de los márgenes y el límite de las prácticas actuales para contener el crecimiento de la mora, sobre todo hipotecaria.

Mucha gente se ha sorprendido por lo buenos que han sido los resultados del primer trimestre de este año en el conjunto del sector. En efecto, el crecimiento de la morosidad se ha frenado y las tasas de cobertura (porcentaje de la morosidad cubierto con provisiones) se han estabilizado, salvo excepciones. En cuanto a los márgenes, la caída histórica de los tipos de interés ha beneficiado extraordinariamente a bancos y cajas porque se ha reducido notablemente el precio al que los bancos captan el dinero, sea a través de depósitos o en los mercados mayoristas con emisiones de deuda, mientras que los créditos siguen a unos tipos estratosféricos, con unos diferenciales cada vez más amplios sobre el Euribor para cubrirse de los crecientes riesgos actuales. Además, la operativa en los mercados ha rendido unos pingües beneficios.

Pero esta situación, aunque puede prolongarse algún trimestre más, tiene fecha clara de caducidad. Y esa fecha es 2010 como muy tarde, aunque el deterioro se va a hacer evidente ya antes de fin de año: ayer mismo, el Financial Times pronosticaba que este verano será mucho más complicado y que la morosidad alcanzará el 8% para el conjunto del sistema a fin de año.

La banca debe provisionar los créditos morosos de acuerdo con dos calendarios: el corto, que comprende el crédito promotor, el de consumo y las hipotecas concedidas por más del 80% del valor de tasación, que se provisiona en dos años, el 25% del total del crédito en el ejercicio en que se produce el impago y el 75% en el siguiente; y el largo, donde sólo entran las hipotecas de menos del 80% de loan to value y otros préstamos con fuertes garantías, que se provisionan en seis años (y en los primeros apenas hay que hacer dotaciones).

El 75% de la mora de 2009, a las cuentas de 2010

Eso significa que bancos y cajas pueden bandear este año porque sólo tienen que cargar en sus cuentas el 25% de los créditos declarados morosos este año, pero en 2010 tendrán que provisionar el 75% restante, lo cual puede ser catastrófico para muchas entidades. Es cierto que no toda esta morosidad irá por calendario corto, pero distintas fuentes del sector aseguran que el 80% de la nueva mora declarada en 2009 pertenece a esta categoría. En esta situación, no es de extrañar que la provisión genérica -el colchón que han constituido bancos y cajas en los años de bonanza- se vaya a acabar en 2010, si es que no se agota ya este mismo año.

Sin provisión genérica, los bancos y cajas tienen que tirar del resultado para provisionar la morosidad, lo cual puede hacer que unas cuantas entidades entren en pérdidas y que tengan problemas de solvencia. De hecho, ya hay algunas que, salvo que cambien mucho las cosas, no tienen suficiente con los ingresos de este año más la genérica para provisionar toda la morosidad.

Los márgenes, al infierno

Pero no es trata sólo de eso. Es que, a este durísimo impacto por el lado de los gastos, hay que sumar un fuerte descenso de los ingresos, es decir, de los márgenes de la banca. Porque a finales de este año habrá que revisar muchas hipotecas y créditos para adaptarlos a un Euribor al 1,68% frente al 4,35% de noviembre del año pasado (la mayoría de las revisiones a 1 de enero toman este valor porque todavía no es oficial el de diciembre). Es decir, casi 4 puntos de caída de margen de golpe y porrazo que dejarán de ingresar las entidades durante 2010.

Además, este desplome no puede ser compensado por una caída del tipo que pagan en los depósitos porque ya han bajado todo lo posible este año. Luego los márgenes no tienen otro remedio que bajar, lo cual a su vez reduce los ingresos con los que contarán los bancos para hacer frente a las enormes provisiones del próximo año. "Un tema que no se ha estimado es el impacto del repricing de las hipotecas, es decir, el impacto de la bajada de tipos en las hipotecas, que es positivo para la morosidad -bajan los pagos mensuales- pero negativo para los márgenes de las entidades", asegura Luis de Guindos, socio responsable del sector financiero en PriceWaterhouseCoopers.

Por tanto, se avecina un 2010 de pesadilla para muchas entidades, aunque el horror comenzará ya en 2009 para muchas. Y por si todo esto fuera poco, además seguramente llegará la famosa segunda oleada de morosidad en el segundo semestre de este año, centrada en las hipotecas y que está en función del aumento del paro. "Hay mucha más morosidad embalsada que la que reflejan las cifras oficiales porque se ha frenado con la compra de casas y de acciones de empresas en quiebra. Si un porcentaje muy elevado de eso entra finalmente en mora, el sistema quedará muy tocado en 2010. Y eso, sin tener en cuenta la segunda oleada de morosidad, que puede ser la puntilla para muchos", opina un directivo de una importante entidad

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