Novias no deseadas.
De las cajas que aún se mantienen al margen de los planes de fusión, Sa Nostra y Caja Inmaculada presentan las mayores necesidades de reestructuración. Es más, la balear y la aragonesa han decidido en los últimos meses abandonar proyectos de integración. La primera, a instancias del gobierno autonómico, dejó Banca Cívica, y la segunda -controlada por la Iglesia- descompuso la fusión virtual con la Insular de Canarias y Caja Rioja.
Dos tercios de los ingresos -margen bruto- que obtienen ambas entidades se destinan a costes operativos, una cifra muy elevada si se compara con la media del sector -por debajo de la mitad- y uno de los factores principales que llevan a las instituciones financieras a realizar ajustes, sobre todo en un momento en que el negocio registra caídas por la crisis económica.
El Banco de España ha insistido en el último año en la necesidad de que las entidades tienen que acometer una reestructuración para reducir sus gastos y mejorar la eficiencia para fortalecerse.
En el caso de Sa Nostra la situación es de mayor incertidumbre, ya que como consecuencia de los altos costes la caja entró en pérdidas operativas de 41,2 millones de euros, ya que el remanente de los ingresos no cubría el agujero provocado por los créditos impagados. No obstante, la entidad pudo cerrar en 'número negros' por la venta de activos. Ganó 22,3 millones, frente al resultado de 68 millones de 2008, lo que supone un descenso del 67%.
La caja balear en estos momentos participa de las conversaciones para formar una integración virtual -Sistema Integral de Protección (SIP) con un grupo de entidades. Esta operación, que está en fase de contactos exploratorios, está liderada por Cajastur y Caja Murcia, y en la que estarían también Caja Extremadura y Caja Cantabria.
Los gastos operativos de la CAI se 'comieron' una mayor parte de los ingresos, casi un 63%, pero la menor intensidad de las insolvencias hicieron que sus resultados operativos fueran positivos, aunque disminuyeran considerablemente. De esta manera, la entidad zaragozana obtuvo unas ganancias netas de 10 millones, un 72% menos que en el ejercicio de 2008.
El grupo controlado por la Iglesia rompió las negociaciones de integración después de haber modificado gran parte de su consejo de administración y de haber relevado a su director general. Los nuevos gestores han declarado la intención de la caja de seguir en solitario.
Otras entidades con problemas
Otras entidades que también presentan necesidades de llevar a cabo un ajuste importante son la balear Pollensa y la valenciana Ontinyent, aunque en su caso, debido a su pequeño tamaño, la importancia es más relativa.
Por su parte, Caja Granada cuenta también con elevados costes operativos, pero inferiores a los de Sa Nostra y la CAI y más cercanos a la media del sector. La firma andaluza ha mostrado su interés de continuar con su independencia.
De las entidades que están inmersas en procesos de integración, CCM y Caja Guadalajara son las que requieren de un mayor ajuste. La primera será absorbida por Cajastur y la segunda por Cajasol.
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