Las jubilaciones actuales no sufrirán recortes, pero ya no se garantizará la revalorización de su renta con el IPC
Bruselas se impacienta, aprieta... y ahoga. Primero invitó al Gobierno de Rodríguez Zapatero a reformar el sistema público de pensiones y abordar, entre otras, un retraso paulatino en la edad de jubilación de 65 a 67 años. Así se hizo. Después, urgió al Ejecutivo de Mariano Rajoy a emprender una segunda reforma sin que la primera hubiera entrado en vigor. También se hizo. Era necesario penalizar cualquier fórmula de jubilación anticipada, de retrasar en lo posible el acceso al sistema público. Pero la inquieta Bruselas necesitaba más. Urgió al Gobierno a que antes del verano tuviera definido un factor de sostenibilidad de las pensionesque ligara el sistema al momento económico. Crisis y esperanza de vida se han convertido en un cóctel perverso que ya no da tregua.
¿En qué fase se encuentra ahora esta reforma? ¿Qué cambios introducirá en el actual modelo público de pensiones?¿Habrá que trabajar más años para cobrar los mismo que ahora con menos años de cotización? ¿Qué impacto tendrá en el gasto? ¿Cuándo estará en vigor? ¿Quién definirá los nuevos cambios?
Doce expertos de tendencias diversas nombrados por el Gobierno trabajan en un documento de consenso sobre una reforma que tendrá como misión recortar el gasto y, por tanto, las pensiones futuras, además de desligar la revalorización anual de las pensiones del IPC como fórmula de ahorro si los precios se disparan. Todos los parámetros serán revisados de forma urgente, sin esperar a 2027, que es la fecha por la que se decantó la última reforma de las pensiones para poner al día la edad de jubilación. Esa última reforma avanza tres meses por año la edad de retiro desde los 65 años actuales hasta llegar a los 67 en 2027, salvo en el caso de los trabajadores que hubieran cotizado al menos 38 años y medio, que podrían jubilarse a los 65 años.
Cada vez vivimos más años
La fuerte crisis que zarandea el sistema de pensiones, unido a los cada vez más años que viven los mayores y a la caída en el número de hijos son serios condicionantes que invitan a una reforma para sostener uno de los pilares del Estado de Bienestar. Las proyecciones son las que son e indican que la esperanza de vida a los 65 años pasará de los actuales 19 años hasta 23 en 2060. A ello se une que la tasa de fecundidad no permite llegar al reemplazo de la población (la tasa de fecundidad es de 1,35 y la de reemplazo de 2,1 hijos por mujer) y al hecho de que cada vez se accede más tarde al mercado laboral y aumenta el periodo de formación.
Definición del factor. Gastos a la baja
La sostenibilidad financiera del sistema de pensiones se articulará a través de una nueva fórmula que debe garantizar el equilibrio presupuestario. El gasto en pensiones dependerá de los ingresos, lo que supone que si los pagos crecen por encima de la recaudación el desfase deberá corregirse mediante la aplicación del factor de sostenibilidad y reducir el gasto en la misma proporción. Este factor, que ya se aplica en muchos países europeos, permitirá ajustar las prestaciones de quienes tienen que jubilarse tras la nueva reforma según la esperanza de vida.
Adiós IPC. La situación económica manda
Las pensiones dejarán de actualizarse con el IPC, tal como ocurría desde comienzos de los años noventa. En su lugar, los expertos proponen una fórmula de actualización anual automática que tome en consideración básicamente la situación financiera del sistema. La subida de las pensiones debe estar ligada a la marcha de la economía, o lo que es lo mismo, a la evolución de los ingresos y gastos del sistema de la Seguridad Social. Una de las propuestas que está encima de la mesa pasa por tener en cuenta la evolución de los ingresos en los cinco años anteriores, así como las proyecciones para los cinco años siguientes.
«La revalorización de pensiones supone un coste muy importante para la Seguridad Social», aseguró el Gobierno en el informe sobre el factor de sostenibilidad que envió al grupo de expertos el pasado abril. Para demostrarlo, aseguró que los casi 100.000 millones de euros que se gastaron en pensiones contributivas en 2011, 26.860 procedían de las revalorizaciones anuales.
Jubilación a los 67 años. ¿Acelerar plazos?
La esperanza de vida jugaría también un papel fundamental a la hora de calcular la cuantía de las pensiones y los años de cotización. En la práctica supone que si, por ejemplo, la esperanza de vida de los nuevos pensionistas es un 3% más elevada de la que tenían quienes causaron baja, la nueva pensión debería ser un 3% más reducida de la que percibían los anteriores perceptores. Bruselas exige esa fórmula y los expertos tienen claro que la edad de jubilación debe ligarse a la esperanza de vida. La actual ley de reforma del sistema público de pensiones, que entró en vigor el pasado 1 de enero, prevé ligar edad de jubilación a la esperanza de vida a partir del próximo 2027. El factor que llega podría implicar acelerar los plazos para llegar a la jubilación a los 67 años.
Largas carreras de cotización
Como ya informó ABC, la reforma de las pensiones no traerá cambios bruscos en el sistema, su puesta en marcha será gradual y no afectará a todas las generaciones por igual. Los algo más de nueve millones de pensionistas actuales y aquellos ocupados que lleven muchos años trabajando y hayan acumulado largas carreras de cotización q uedarán fuera de los nuevos cambios.
Dos mil millones de ahorro
El impacto de la reforma del sistema en las arcas públicas está cuantificado en unos 2.000 millones de euros anuales hasta el año 2016, según se incluye en el Plan de Estabilidad enviado por el Ministerio de Economía a Bruselas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario