El Gobierno recorta un 20% la inversión en los cerebros culturales del futuro
Puede que no parezca mucho dinero, pero se trata de una ayuda clave en la formación de gestores culturales españoles. El dinero sirve para rematar su formación especializada: los becados viajan al extranjero a trabajar en centros y eventos culturales de prestigio como el Pompidou (París), la Fundación Serralves (Oporto), el Hay Festival (Londres), la National Gallery of Art (Washington) o la Tate Modern (Londres).
La beca también debe servir para reforzar las oficinas culturales de nuestras embajadas (Londres, Seúl), la representación permanente de España ante la UE (Bruselas) o la Unesco (París), y las Oficinas Económicas y Comerciales de las delegaciones estatales en Miami, Los Ángeles y Sao Paulo. Resumiendo: Becas para formar a la futura élite de la gestión cultural española.
Fachada del Centro Pompidou
Hablamos, por tanto, de becas culturales estratégicas. No lo decimos nosotros, sino la secretaría de estado de Cultura: "La creciente importancia de la cultura como elemento dinamizador de la economía y el empleo, se pone de relieve en nuestro país acudiendo a la Cuenta Satélite de la Cultura cuyos datos revelan que el sector cultural y creativo, en las actividades vinculadas a la propiedad intelectual aporta en torno al 4% de nuestro PIB", arranca el texto de la convocatoria de ayudas para 2014, destinadas a menores de 35 años.
Se trata, según la rama cultural del ministerio, de "mejorar la estructura y organización del sector de las industrias culturales" para "incrementar su capacidad de generar empleo, mejorar su productividad y su competitividad nacional e internacional". Para ello se busca "promover y apoyar la labor de creadores y emprendedores culturales" mediante las becas Culturex.
En 2011, las becas Culturex ascendieron a 362.000 euros, un 44% menos que este añoPero, ay, esta retórica encendida contrasta con el continuo tajo presupuestario al que se han sometido las ayudas al calor de las políticas de austeridad: En 2011, las becas Culturex ascendieron a 362.000 euros, un 44% menos que este año.
Lo malo es que no la primera vez que Cultura baja la cuantía de las Culturex a la mitad, aunque fuera disimuladamente. En efecto, en lo que se interpretó como un truco para ahorrarse las becas un año, el ministerio de Cultura realizó una convocatoria conjunta de las ayudas en 2012 y 2013. La cuantía total de esos dos años sumó exactamente la misma cantidad que en 2011: 362.000 euros. 2x1, los saldos han llegado a las becas culturales.
Lo que no quita, claro, para que la secretaria de estado Cultura saque músculo propagandístico en la reciente convocatoria de ayudas, convertida en un canto al valor de la formación (becada) como "pilar fundamental para el correcto desarrollo de la industria cultural".
"La mejora de la formación de jóvenes profesionales de la cultura en materias relacionadas con la gestión, programación, coordinación y organización de actividades culturales, mediante estancias de formación en instituciones culturales en el exterior supone un impulso para la productividad del sector y un incentivo para su desarrollo", zanja el texto de introducción a las ayudas. Unos objetivos loables que chocan con los continuos descensos en las cuantías presupuestarias.
Los hachazos a las becas culturales se han convertido ya en tendencia en el ministerio de Cultura. Hace unas semanas informábamos sobre los recortes en las becas FORMArte. O cómo Cultura impulsaba la industria cultural con becarios que cobran poco menos que el salario mínimo.
FORMArte y Culturex comparten, por tanto, lo que podríamos calificar como doble discurso: el descenso en las ayudas viene acompañado de una retórica grandilocuente de apoyo a las mismas.
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