Y si Rusia se enfada un poco más... ¿Qué países europeos llevan las de perder?
J.Jiménez
La guerra parece lejana pero no las sanciones económicas, que irán a más. Atención a Francia pues sus bancos son los más expuestos. Y cuidado con los bancos americanos vía CDS. Además, peligro con las exportaciones alemanas.
La tensión entre Estados Unidos, la UE y Rusia por culpa de la anexión de Crimen y la revuelta en Ucrania está lejos de disminuir. La contienda bélica parece muy lejana, todo lo contrario que las sanciones, que siguen su curso y escalan cada vez más en grado e intensidad. De momento, la UE ha puesto sobre la mesa una lista de ciudadanos rusos y ucranianos sancionados por amenazar la soberanía de Ucrania y han abierto la puerta a más sanciones económicas contra Moscú si se adentra en Ucrania más allá de Crimea. Estados Unidos también ha dado a conocer su lista de personalidades, a lo que Rusia ha respondido con una medida similar. Estos son los primeros escarceos pues el siguiente paso son las sanciones económicas.
En un reciente análisis, los economistas de Deutsche Bank revisan los principales efectos que tendrían sobre los países europeos un endurecimiento de las sanciones económicas por parte de la UE. Y hay dos vertientes que habría que destacar.
El mundo financiero: Muy malas noticias para Francia...y atención a EEUU
Es evidente que los bancos europeos van a sufrir con esta crisis, pero sobre todo aquellos más expuestos a Rusia. Esto sucederá si Putin desvela sanciones más duras o si se deteriora la calidad crediticia de los activos rusos. El siguiente paso podría ser la congelación de los activos rusos en manos de Estados Unidos y de la UE.
Las malas noticias son inmediatas para Francia, que es de largo el país cuyos bancos están más expuestos a Rusia. Según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS) a finales del tercer trimestre de 2013, las entidades galas tienen comprometidos 51.000 millones de dólares, cifra que representa el 0,5% de sus activos bancarios totales. Los analistas de Deutsche Bank apuntan que la cifra es "significativa", especialmente en un periodo dónde hay presiones en los ratios de capital.
Tampoco es pequeña la exposición de los bancos italianos a Rusia, con 28.600 millones de dólares comprometidos, ni la de Austria, de 16.900 millones, con el agravante de que para las entidades austriacas esta cantidad supone el 1,4% de sus activos totales. Por el contrario, los 1.000 millones de dólares que tiene expuestos los bancos españoles representan una posición de riesgo muy limitado. En todo caso, los economistas de Deutsche Bank sospechan que estos riesgo estarían concentrados en un reducido número de bancos por cada país.
Hay otro problema añadido, en este caso para los bancos de Estados Unidos. La cuestión es que el BIS considera lo que denomina "otra exposición", que incluye partidas como derivados, garantías y crédito comercial. El problema vendría con las garantías, en tanto en cuanto se deteriore la calidad de los activos crediticios rusos, pues muchas de estas garantías sobre la deuda rusa están cubiertas con CDS (credit default swaps) suscritos en su mayoría por entidades americanas. Según los datos del BIS, esta otra exposición de Estados Unidos alcanza los 92.200 millones de dólares.
La economía real: Atención a Alemania...y a China
Las incertidumbres políticas ya han propiciado en Rusia una importante salida de capitales, lo que a su vez ha tumbado los precios de las acciones, ha presionado al alza sobre la rentabilidad de los bonos y ha intensificado la depreciación del rublo. Todos estos son efectos financieros que han forzado al banco central ruso a elevar los tipos de interés al 7%, lo que es particularmente dañino para una economía real que no acaba de despegar y que creció un 0,6% en el tercer trimestre de 2013.
Según explican los economistas de Deutsche Bank, Rusia se enfrentará en los próximos meses a un incómodo dilema. O bien permitir que el rublo siga perdiendo valor, lo que sin duda aceleraría las presiones inflacionistas, o bien seguir subiendo los tipos de interés y dañar todavía más la economía real. En ambos casos, el poder adquisitivo de Rusia con respecto al resto del mundo se reduciría.
Los efectos de primera ronda de una disminución en la actividad económica rusa podrían ser silenciados, apuntan los analistas, pues hay países como China que tienen mucho más peso en el comercio mundial.
Ahora bien, el problema viene para los países que venden sus productos a Rusia. En concreto, los rusos importan un 31% de la zona euro y un 6% de los países de su antigua órbita (Polonia, República Checa, Bulgaria, Rumanía). Y también sufriría China, pues el 16% de las importaciones rusas proceden del gigante asiático.
Respecto a la magnitud del impacto, los economistas de Deutsche Bank calculan que si las importaciones de Rusia descienden un 30%, esto se traduciría en un 0,5% del PIB de Alemania. Esto podría ser un caso extremo, pero ya ha pasado antes, incluso antes de la gran crisis de 2008. Así, durante la crisis del rublo de 2008, la economía rusa se contrajo un 8,9% interanual, lo que provocó un desplome de las exportaciones alemanas a Rusia del 57%.
Con todo, los economistas de Deutsche Bank solo ven lo anterior como un ejemplo extremo y vaticinan una contracción de la economía rusa del 0,6% en 2014. Para contemplar el peor escenario, explican, "con una caída masiva del PIB" ruso, tendría que haber "un colapso total del sistema financiero", algo que es difícil imaginar a menos que haya una dramáticas escalada de las tensiones entre Rusia y Occidente.
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