Los cazadores podrán matar lobos en Asturias como acción de caza, aunque no sea especie cinegética
El nuevo plan de gestión del lobo del Gobierno del Principado recibe el visto bueno del comité consultivo con la ausencia de los conservacionistas
"No queremos seguir siendo meras comparsas", dice Fructuoso Pontigo de la Coordinadora Ecologista de Asturias
La consejera de Agrogradería defiende que no sea sólo la Guardería la que pueda abatir lobos
Los cazadores podrán matar lobos en Asturias como acción de caza de otras especies. Es la novedad del nuevo plan de gestión del Gobierno del Principado, que los ecologistas califican de “esperpéntico que los cazadores puedan disparar a una especie no cinegética. Puede tener muchas y serias consecuencias jurídicas”, dicen en un comunicado.
La consejera de Agroganadería y Recursos Naturales del Principado, María Jesús Álvarez, defiende esta medida sobre todo en aquellas áreas donde no hay gestión sobre la especie, como es el Parque de los Picos de Europa, "para que no se vean castigadas por los ataques y evitar un crecimiento desmesurado de la población". Además, descarga de responsabilidad a la Guardería, hasta ahora la única con capacidad para abatir lobos. Con el nuevo plan, los cazadores que van al jabalí, si se encuentran con un lobo pueden disparar.
La propuesta del Gobierno ya tiene su primera deserción. Las 10 asociaciones conservacionistas, representadas en el comité consultivo decidieron no acudir a la reunión que dio luz verde al documento, que tendrá que ser aprobado por el Gobierno. “No queremos seguir siendo una comparsa”, dice Fructuoso Pontigo de la Coordinadora Ecologista de Asturias.
Los conservacionistas, durante el periodo de alegaciones al plan gubernamental, presentaron un texto alternativo, que no ha sido tenida en cuenta por la consejería. “Te estás involucrando y no te hacen caso. Nada de nada. Al final, ceden a las presiones de los ganaderos”, añade.
Las entidades conservacionistas señalan que durante 10 años han participado de forma leal y constructiva en el comité consultivo, pero “la obsesión de recurrir a los controles como única herramienta para minimizar los daños, componen una deriva inaceptable en la gestión sobre la especie en los últimos años”.
Para los ecologistas, el Gobierno del Principado se ha limitado a matizar el plan del 2002 y ha desaprovechado la oportunidad de presentar un documento alternativo, donde se recogieran algunas de las indicaciones de los colectivos conservacionistas. Y el hecho de que los cazadores puedan abatir lobos ha calentado los ánimos, porque “sitúa la gestión de la especie en un marco ilegítimo e injusto”.
El escenario que plantea la consejería de Agrogranadería deteriora, a juicio de las asociaciones ecologistas, la confianza entre las partes. “Por eso abandonamos los procesos de discusión hasta que no se restablezca el mínimo de consenso; pasos que debe dar la Dirección General de Recursos Naturales”.
La responsable de esta área, Fina Álvarez, remitió una carta a Alberto Fernández, el representante de las asociaciones en el comité consultivo, lamentando su ausencia. Pero los conservacionistas mantienen su posición de fuerza: “No importa la carta, sino los hechos y estos nos dejan fuera”, dicen.
Se sabía que alcanzar el máximo acuerdo sobre el nuevo plan de gestión del lobo era una empresa difícil, aunque desde un principio el objetivo del Gobierno era llegar al máximo posible. La ausencia de los ecologistas por primera vez deja cojo el ansiado consenso. Para los conservacionistas, la consejería cedió a la presión de los ganaderos, que han sabido jugar muy bien sus bazas con manifestaciones y protestas a todos los niveles.
El nuevo plan incorpora algunas de las 195 alegaciones que se aportaron durante el proceso de participación pública. Durante la reunión del comité consultivo, se dio a conocer el programa de la consejería para controlar al lobo durante este año, que contempla abatir un máximo de 50 ejemplares en toda Asturias, a la vista de la situación actual del lobo.
El programa de control, que se inició en octubre de 2012 y finalizó en diciembre de 2013, contemplaba abatir 66 ejemplares, que al final quedaron en 46. En la actualidad, se estima que existen 37 grupos de lobos en el Principado.
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