El futuro de Leo Messi sigue preocupando en el Camp Nou. Sin firmar la que sería séptima renovación desde que apareció en el primer equipo en 2005, la entidad azulgrana se debate en la duda de aceptar o no las peticiones hechas por el padre del argentino y que apuntan a los 25 millones de euros por temporada, cantidad que ha llevado a más de uno de los directivos a echar cuentas y a pensar en una posibilidad que hasta hace muy poco tiempo parecía imposible como es la de llegar a visualizar un Barcelona sin Messi, sabiendo que el Manchester City está dispuesto a poner tanto el dinero que figura en la cláusula (200 millones de euros) como los 25 que pide Jorge Messi para su hijo.
Mientras, y como es lógico, jugador y directivos sellan en público un amor que no parece eterno. Messi habló el pasado domingo de terminar su carrera en el Camp Nou y Faus, vicepresidente económico y reciente 'enemigo' del argentino, llegó a decir que la renovación es prácticamente un hecho, circunstancia bastante alejada de la realidad a día de hoy.
Tal y como ha venido informando El Confidencial, la llegada de Neymar y esos 17 millones de euros que percibe por muy diferentes conceptos, han llevado a Messi a pedir un nuevo aumento de sueldo, pretendiendo elevar su ficha hasta los 25 millones de euros, según publicó As. Un nuevo contrato supondría al Barcelona un desembolso cercano a los 200 millones de euros, cantidad que el Manchester City está dispuesto a pagar con tal de fichar al que ya es máximo goleador de la historia del club azulgrana. Hay que recordar que el tipo impositivo en Cataluña está en el 56%.
El dilema está claro ante la posibilidad de recibir el mismo dinero que costaría su renovación. Por un lado está el coste social que supondría el adiós del que para todo el mundo es el mejor jugador que ha vestido la camiseta azulgrana, y por el otro la carga económica de una nueva renovación. Bartomeu quiere cerrar un acuerdo, pero a día de hoy las posturas están alejadas. Tanto el presidente como el resto de directivos saben que la firma de Messi significaría el final de muchos de los problemas que ahora mismo acechan al Barcelona, pero la duda es saber si a un precio demasiado alto.

La masa salarial del Barcelona supera a la del Real Madrid y está por delante de la de cualquier otro equipo europeo, con cerca de 160 millones de euros. Cantidad que, a falta de cerrar el supuesto nuevo contrato de Messi, quedará reducida en casi 15 millones de euros por el adiós de Puyol y Víctor Valdés a la entidad azulgrana, movimiento que aliviará en parte la tensión de tesorería que vive el club catalán y que permitirá cierto margen de maniobra.
Jorge Messi es el encargado de llegar a un acuerdo. Por el momento ha escuchado la intención de Faus, pero también sabe de la voluntad del Manchester City de encarar la que sería la operación más importante del fútbol y que podría llegar a los 400 millones de euros. El pasado verano el PSG también sondeó la posibilidad de fichar al argentino, pero la opción francesa ha quedado completamente descartada.
Lo que es evidente es que el delantero parece recuperar ese tono físico y futbolístico que perdió en los meses finales de 2013. Messi vuelve, con el paso de los partidos, a ser ese jugador decisivo de años anteriores. La prueba de fuego para saber con exactitud el grado de ese regreso se producirá el próximo domingo ante el Real Madrid. A partir de lo que suceda en el Clásico, muchos de los acontecimientos que rodean al club catalán se despejarán, o por contra, darán una vuelta de tuerca más al asunto.