Tras Ucrania y Argentina, ¿dónde surgirá el próximo cisne negro?
María Gómez Silva
Más allá de los factores que mantienen habitualmente en vilo a los inversores, como la política monetaria de los bancos centrales, siempre hay acontecimientos que irrumpen en escena, acompañados de gran inestabilidad. ¿Cuál podría ser el próximo?
A la hora de abordar este tema, los expertos diferencian entre dos tipos de eventos que podrían producirse. Dentro de que se trata de acontecimientos inesperados, los primeros son relativamente anticipables y los segundos son totalmente impredecibles, lo que se conoce como "un cisne negro".
En el primer caso, José Luis Martínez, estratega de Citi, sitúa tres focos de tensión: el devenir del conflicto en Ucrania; la economía China y la retirada paulatina de estímulos en Estados Unidos.
"En Ucrania, aun estamos valorando el escenario mundial. Y desconocemos donde puede desembocar. En China, la desaceleración es un hecho pero debemos conocer la reacción de su Gobierno para afrontarla. Por ultimo, en el caso del "taper" de la FED, será paulatina durante este año, con recurrentes tensiones en unos mercados que deben adaptarse a un futuro mundo donde los bancos centrales tengan un protagonismo menor", explica este experto.
Victoria Torre, de Selfbank, profundiza algo más en cuanto al conflicto de Ucrania: "Si las tensiones se recrudecen, podríamos ver un incremento en el precio del crudo, presión en las divisas emergentes y un repunte en las primas de riesgo, factores todos negativos para el devenir de las bolsas.La situación podría suponer el aislamiento económico de Rusia y el banco central ruso podría verse obligado a subir los tipos de interés si los inversores comienzan a vender su divisa".
En cuanto al segundo tipo de focos de incertidumbre, los interrogantes que conciernen a los verdaderos cisnes negros, éstos son más difíciles de responder y, de hecho, el planteamiento inicial tiene algo de tramposo, pues se trata de intentar prevenir lo imprevisible. Como recuerda David Navarro, de Inversis, citando la teoría del cisne negro de Nassim Nicholas Taleb, un evento "sólo puede traer volatilidad (inestabilidad) a los mercados globales si no ha sido previsto. En caso contrario, el mercado lo tiene descontado".
Pero intentemos usar la "bola de cristal" para aventurar cuáles podrían ser esos próximos focos de inestabilidad repentina.
Daniel Pingarrón, IG Markets, opina que "el próximo golpe podría venir de alguna economía emergente": "Ya tuvimos un atisbo a principios de año, con Argentina y Turquía, y podríamos tener nuevos capítulos en esta dirección. En Turquía, Brasil o, tal vez, en México". Por su parte, Victoria Torre añade que quizá Venezuela podría ser ese foco de turbulencias.
Lo que no se atreve a concretar Pingarrón es el tema con el que estará relacionado ese shock. Podría tener que ver "con cualquier inestabilidad en país, desde protestas, a disputas callejeras, o algún shock financiero". En cambio, las consecuencias en emergentes de la política de la FED (que provocaron las turbulencias de enero) ya están descontadas, a su juicio, y no van a producir grandes sorpresas.
Por el contrario, descarta que el problema vaya a ser China, un país del que se lleva hablando tiempo y en el que al final "nunca ha pasado nada". El motivo que Pingarrón esgrime para descartar China es que ésta "tiene bastante mas fuerza para resolver problemas que estos países emergentes que dependen de los flujos de capital externos".
De hecho, según Pingarrón, el choque no necesariamente deberá provenir de una gran economía o agente financiero, con capacidad para impactar de manera real en los mercados. "Las turbulencias sacan la parte más caprichosa de los mercados, que sobreactúan, exageran y se alteran, de manera poco controlable, descontando posibles efectos contagio", explica.
De hecho, según Pingarrón, el choque no necesariamente deberá provenir de una gran economía o agente financiero, con capacidad para impactar de manera real en los mercados. "Las turbulencias sacan la parte más caprichosa de los mercados, que sobreactúan, exageran y se alteran, de manera poco controlable, descontando posibles efectos contagio", explica.
Lo que a juicio de Pingarrón es seguro es que el 2014 transcurrirá con algunos sobresaltos más: "Se preveía un 2014 más tranquilo. A principio de año identificamos como peligros las enormes valoraciones que había alcanzado la bolsa americana y el famoso "tapering". Pero en lo que llevamos de año, ya hemos tenido dos sorpresas: Argentina y Ucrania. Es muy posible que haya más sorpresas. Siempre las hay".
"Sucederá donde menos quepa esperarlo, pues los riesgos previsibles en escenarios más o menos razonables (los mencionados más arriba) ya han sido cubiertos y descontados por el mercado", avisa Javier Flores, jefe de estudios de Asinver.
En todo caso, "aunque resulta difícil saber cual será el próximo foco de atención", Javier Flores advierte de que "el inversor debe tener claro que, cuando se trate de política, todo es posible incluso lo peor, lo cual tiende a sorprender y tener reflejo en el corto plazo".
Pese a ello, Flores cree que "el mercado ha demostrado ser capaz de sobreponerse a las sorpresas que la parafernalia de la política tiende a provocar, lo que hace que en el medio y largo plazo esas pequeñas crisis se vean superadas por los fundamentales de la economía".
De hecho, hay para quien esa "propia dinámica de los mercados obviando el riesgo es un factor de inquietud en el futuro". Es el caso de José Luis Martínez, quien también menciona como focos de inestabilidad el proceso de integración europea y otros imponderables.
Pero, ¿qué estrategia debe adoptar el inversor cuando haya sorpresas?. "En general, lo que está funcionando muy bien últimamente es cobijarse en el oro y la plata. Están teniendo un buen año", propone Daniel Pingarrón, en este sentido.
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