Hace un tiempo hablábamos por aquí de las veces en que un político no es un malvado –sino un idiota– cuando legisla un sector que desconoce por completo. En aquella ocasión nos referíamos a la nueva ley que regulará elcrowdfunding, y lo hacíamos de la siguiente manera:
A nadie con dos dedos de frente se le ocurre pensar que un inversor se va a limitar a invertir un máximo de 3.000 euros en un proyecto, cuando incluso unbusiness angel (el perfil más bajo dentro de los inversores) no baja de 20.000 euros cuando invierte en una startup. Basta con echar un ojo al documento del anteproyecto de ley para comprender que el Gobierno ha mezclado las churras con las merinas. (…) En cuanto el Gobierno se siente un par de horas a hablar con las plataformas de crowdfunding (cosa que, por cierto, aún no ha hecho), se dará cuenta de la barbaridad que supone su nueva ley y hará (esperemos) cambios significativos.
Y, efectivamente, esos cambios han llegado. Este viernes sabíamos que el Gobierno ha decidido eliminar el límite económico que los inversores podrán aportar al invertir en una empresa, todo ello tras, efectivamente, reunirse con las plataformas de crowdfunding y comprobar que gran parte del anteproyecto de ley que estaba preparando no tenía sentido.
“El 'lobby' bancario es muy poderoso”
Desde que el crowdfunding empezó a instaurarse en España, son muchas las personas que ven esta opción como una alternativa a la banca y a sus terribles prácticas. De hecho, cuando surgió el anteproyecto de la ley que lo regulará, fueron muchos los que pensaron que el Gobierno había cedido a las presiones de una banca que, llena de pavor, vería peligrar su modelo de negocio en favor de una práctica mucho más interesante y, por qué no decirlo, democrática.
Desde que el 'crowdfunding' empezó a instaurarse en España, son muchas las personas que ven esta opción como una alternativa a la banca y a sus terribles prácticasEn estos parámetros se mueve incluso el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, quien cree que en España “no se incentiva la microfinanciación porque el lobby bancario es muy poderoso”, una postura con la que no estoy de acuerdo.
Llevo algunos años trabajando en una empresa de crowdfunding y hay varios motivos que me llevan a pensar que, frente a lo que suele creer mucha gente, este no representa (casi) ningún tipo de amenaza para los bancos.
Estos son algunos de esos motivos:
La mayoría de proyectos son muy modestos. No nos engañemos: la mayoría de proyectos de financiación masiva de nuestro país se enmarcan dentro del llamado crowdfunding de recompensas: un grupo de música que recauda dinero a cambio de su disco, un director de cine que financia su corto a cambio de una entrada para el preestreno... La mayoría de estos proyectos son tremendamente modestos: de no ser por el crowdfunding, quizá nunca habrían salido adelante. Los bancos aquí pintan poco.
La mayoría de proyectos son muy poco rentables. Algunos proyectos decrowdfunding de recompensas son algo mayores, pero su rentabilidad es limitadísima. De hecho, la mayoría ni siquiera da plusvalías, sino que se conforma con cubrir gastos. A ningún banco sobre la faz de la Tierra le interesaría un proyecto así.
Los proyectos de equity crowdfunding son de alto riesgo. Si entramos en el ámbito del equity crowdfunding (financiación a cambio de participación accionarial), ahí sí encontramos proyectos con posibilidades de ser muy rentables. Sin embargo, dicha probabilidad no es nada en comparación con la de no serlo.
La mayoría de empresas que suelen recurrir al equity crowdfunding tienen un alto riesgo: son de reciente creación, su modelo de negocio no está validado, no tienen aval económico y las probabilidades de arruinarse más pronto que tarde son altísimas. En condiciones normales, ningún banco se atrevería a darles un solo euro a estas empresas por el altísimo riesgo que conllevan. 
Las empresas quieren dinero, pero también accionistas. En ocasiones (sólo en ocasiones), cuando una empresa levanta una ronda de financiación no sólo es porque necesite dinero, sino también porque quiere accionistas que la ayuden: que le validen el modelo de negocio, que le abran puertas, que le presenten a gente, que le abran mercados...
En este sentido, el valor de un accionista no se limita a su dinero, sino al trabajo que pueda proporcionarle a dicha empresa. No hace falta decir que, cuando un banco te da dinero para tu empresa, sólo vuelves a saber de él si te retrasas en un pago.
Los bancos están preparados para el crowdfunding. Cuando alguien dice que el crowdfunding representa una seria amenaza para los bancos, normalmente suele citar un estudio recurrente: el Research Economic Outlook 2013, que el BBVA publicó en Estados Unidos el año pasado.
Cuando alguien dice que el 'crowdfunding' representa una seria amenaza para los bancos, normalmente suele citar un estudio recurrente: el Research Economic Outlook 2013En este estudio, el banco aseguraba que “elcrowdfunding basado en equity y préstamos es una tecnología disruptiva para la industria bancaria” y que, por tanto, “existe el riesgo real de que los bancos dejen de ser la fuente de financiación principal para los préstamos personales y las pequeñas empresas”.
Sin embargo y precisamente porque ese riesgo es medianamente real, los bancos ya se han lanzado al crowdfunding. De hecho el BBVA lanzó hace unos años BBVA Friends&Family, una plataforma en la que usuarios particulares podían recolectar dinero para proyectos personales (un regalo de cumpleaños, una reforma en casa...). Con el tiempo, BBVA Friends&Family ha acabado convirtiéndose en BBVA Suma, una plataforma de crowdfunding con todas las de la ley en la que, por el momento, se financian campañas sociales.
Si llegase el momento en que este banco se preocupase por el crowdfunding, bastaría con ampliar el ámbito de la plataforma que ya tiene, adecuarlo a las empresas y sumarle el valor añadido que aporta un banco.