Cómo forzará el BCE una caída monetaria
El Eco
No es que a la Eurozona le falten problemas. A la economía le cuesta crecer mientras el resto del mundo alcanza lo que seguramente será el auge de esta recuperación cíclica. No se crea empleo y el paro juvenil abruma. Medio continente patina hacia la deflación que empeora la crisis de la deuda. Y, además, aparece un problema nuevo que amenaza con hacer que sus problemas económicos sean insuperables: la moneda está muy valorada. El euro no deja de aumentar de valor.
Allá por 2012, cuando preocupaba seriamente despertar una mañana y descubrir que el euro se había hundido, la divisa cayó hasta 1,20 dólares. Parecía que incluso se hundiría por debajo de la paridad, como ocurrió poco después de su lanzamiento. Sin embargo, desde entonces ha subido lentamente, hasta volver a 1,39. Y eso es demasiado.
Crucificará a los exportadores europeos, ya de por sí agobiados. La bajada de los precios aumenta el riesgo de que el continente se hunda en una deflación hecha y derecha, y tira por la ventana la oportunidad de recuperar la competitividad de las economías periféricas. El BCE podría lanzar una campaña en tres fases para bajar la moneda otra vez, con muchos discursos, intervención directa y finalmente imprimiendo dinero. Los inversores llevan amasando activos europeos pero a medida que la moneda se vea presionada sin remedio, tendrán que asumir grandes pérdidas.
Desde su aparición, el euro ha sido una divisa volátil. Justo antes de la crisis financiera, superó 1,55 dólares y en 2011 llegó a 1,45. También ha estado abajo, a 1,20 en 2005, 2010 y 2012. No sorprende que, en las profundidades de la crisis de la zona euro, con Grecia, Portugal e Irlanda arruinadas, y España e Italia a punto de unirse al club, los inversores tuvieran tantas ganas de poseer euros entonces como rublos ahora.
¿Por qué es tan fuerte el euro?
La estabilización del euro desde que el presidente del BCE Mario Draghi prometiera hacer lo que hiciera falta para salvar la moneda la ha devuelto al grupo de activos aceptables y no ha hecho más que subir desde entonces. ¿Por qué es tan fuerte el euro en los mercados monetarios? Hay tres motivos.
El primero es que los inversores han acumulado acciones de la zona euro y bonos durante su recuperación (y una demanda más fuerte hace subir el precio de la moneda). Después, los chinos han devaluado progresivamente el yuan y los japoneses han intentando forzar su moneda a la baja también. Cuando una moneda baja, otra tiene que subir y como Europa es el único gran bloque económico que no ha tratado de rebajar su moneda, no sorprende que al final haya subido.
Por último, no nos olvidemos de la deflación. Si los precios empiezan a bajar por toda la Eurozona, la tenencia de efectivo tiene sentido. El dinero aumenta su valor quedándose en la cuenta del banco. Sin embargo, nada de eso implica que una moneda fuerte no sea un problema. El ascenso continuo del euro es un "desafío" para la economía y su fortaleza "uno de los factores que está bajando la inflación", dijo el lunes el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer.
Por supuesto. Con la demanda interna miserablemente débil por toda la Eurozona (Alemania es el único país con un átomo de vida en la demanda de los consumidores), exportar es la única forma realista de sacar la economía de la recesión. Pero no se puede impulsar la exportación si la moneda sube. Hasta la poderosa máquina exportadora alemana se ha paralizado: el mes pasado, las exportaciones alemanas bajaron un 1,3%. Peor aún, una moneda fuerte ralentiza la inflación, justo cuando el hundimiento de los precios supone la mayor amenaza para el continente. "Un aumento del tipo de cambio, con todo lo demás igual, implica el endurecimiento de las condiciones monetarias, consecuencias bajistas para la inflación y una amenaza potencial para la recuperación en curso", explicó el presidente del BCE Mario Draghi en un discurso en Ámsterdam hace una semana. "En ese caso, haría falta acción política".
¿Qué puede hacer el BCE?
Habrá una campaña en tres fases para bajar el euro y se desarrollará de la siguiente manera. Primero, con muchos discursos. Espere oír mucho a Noyer y similares decir que el euro es demasiado fuerte en las próximas semanas. Los agentes monetarios escuchan esas cosas y si piensan que un banco central está decidido a bajar una moneda, huirán antes de que empiece la matanza. No se puede bajar una moneda mucho con palabras pero un poco sí.
Lo segundo será la intervención directa en los mercados. Hace ya mucho tiempo pero el BCE ha estado dispuesto a intervenir en el mercado cuando fuera necesario. Volvió a hacerlo en noviembre de 2000, cuando la nueva moneda se hundía en los mercados, y consiguió brevemente que volviera a subir, aunque a lo largo de todo el mes la operación no fue un éxito. Si lo ha hecho una vez, lo puede hacer otra y tendría consecuencias importantes e inmediatas.
Por último, imprimir dinero. Ya hay una lista muy larga de razones para lanzar una flexibilización cuantitativa en la Eurozona. Una economía plana y el hundimiento de los precios son dos buenas razones, aunque también es una de las mejores formas de bajar una moneda. Un bombardeo a gran escala de flexibilización cuantitativa en la CE -su programa podría superar incluso al del Fed- hará tambalear al euro. Los activos europeos han sido de los mejores del mundo en rendimiento en los doce últimos meses, con unas acciones y bonos altísimos pero si la moneda empieza a bajar, todo eso cambiará. Convendría salirse ahora que aun hay tiempo.
Matthew Lynn, Director Ejecutivo de la consultora londinense Strategy Economics.
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