sábado, 14 de junio de 2014

Manualillos Sanitarios....

Acompáñanos a recorrer por dentro el nuevo HUCA

ASTURIAS24 visita el hospital de La Cadellada en vísperas de su apertura total
Viernes13 de junio de 2014
Pablo Zariquiegui
Pablo Zariquiegui
Llegamos al recinto de La Cadellada en coche. Unas inmensas letras metálicas nos dan la bienvenida. Estamos en el sitio correcto. HUCA. Una parada de taxis, aún provisional, no cesa de traer usuarios al área de consultas externas, la que concentra estos días más actividad. Recorremos un breve trayecto hasta llegar a uno de los párkings. De nuevo estamos de suerte. Encontramos plaza sin problemas y, además, hasta el 16 de este mes, es gratuito. Claro que todavía el hospital no funciona a pleno rendimiento. El nuevo HUCA cuenta con 2.200 plazas de párking. Los aparcamientos se someterán a su verdadera prueba de esfuerzo a partir de la próxima semana.
Ya a pie nos adentramos en el edificio de consultas externas. Dos mostradores: recepción e información. Los chalecos azules, personal contratado para informar a los usuarios, se afanan por ayudar a los pacientes. La mayoría de ellos, sobre todo los de edad más avanzada, no saben cómo manejar las máquinas. Se pelean con la tecnología. "Hoy está más tranquilo que ayer", comenta una de las trabajadoras. "El sistema funciona mejor", añaden. Los usuarios que acuden a consultas externas deben llevar consigo la tarjeta sanitaria o, en su defecto, el DNI. Curiosamente, las máquinas funcionan mejor con las tarjetas sanitarias antiguas. El sistema, similar al que se utiliza en Hacienda, ofrece un resguardo en papel con la ubicación donde hay que esperar consulta. Los pacientes aguardan turno con un ojo pegado a las pantallas electrónicas. No todas funcionan. Una mujer, bata blanca, llama a los pacientes a voz en grito. Un usuario manda callar. No oye bien. No sabe si es su turno.
Ha pasado media hora y hacemos una pausa para el café. La zona de cafetería está bastante llena. Conviven en ella trabajadores sanitarios y visitantes. El espacio es funcional. Unos inmensos paneles fotográficos tratan de dar algo de luz al recinto. A diferencia de la del viejo HUCA la cafetería del nuevo edificio no huele a fritanga. Hay que lamentar quizá el material utilizado en el suelo, demasiado brillante.
Caminamos a pie hasta el área de docencia, uno de los elementos más llamativos desde el punto de vista arquitectónico. Esta zona, ahora vacía, se llenará de estudiantes. Serán solo los alumnos de los últimos cursos de carrera. Los estudios preclínicos seguirán realizándose en El Cristo. Cuenta con aularios y zonas de seminarios.
Nos dejamos aconsejar por los trabajadores que nos piden que grabemos los patios ajardinados, uno de los aspectos mejor resueltos. Bautizados ya como loszetas, por la forma de letra que tienen, los patios representan, apoyados por la vegetación y otros detalles ornamentales, las cuatro estaciones del año. Resultan muy atractivos.
Es hora de visitar las áreas ahora vacías. La actividad del hospital se centra en el bloque de consultas externas y pruebas diagnósticas. Llegamos a pie al edificio de hospitalización. Un grupo de operarios da los últimos retoques al vestíbulo. La dirección del hospital resta importancia a las obras. "No influyen en la actividad sanitaria", señala Miguel Rodríguez, gerente del HUCA.
El control de enfermería está listo. Las luces, de los monitores, ahora apagadas, comenzarán a funcionar a partir de mañana. Las habitaciones, ahora vacías, se llenarán de pacientes también a partir de mañana. Los primeros enfermos, unos 260, serán trasladados desde el viejo HUCA entre el sábado y el martes. También las Urgencias abrirán mañana. Todos los pacientes que requieran atención urgente deben acudir ya desde la mañana del sábado, a partir de las 8.00 horas, al nuevo HUCA.
Llevamos algo más de una hora en hospital y hemos recorrido buena parte del centro. A la salida, antes de recuperar el coche de párking, charlamos con los taxistas. "No paramos de traer gente del viejo hospital. Hay pacientes que no saben dónde tienen que ir", comentan dos conductores. "Los pacientes dicen que el edificio es bonito; ahora hace falta que funcione". Que así sea. 

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