PIERDEN UN BONUS DE 120 MILLONES DE EUROS
La mala gestión bursátil de Botín castiga a la cúpula directiva del Banco Santander
Emilio Botín sostiene en cada junta general que la cotización del Banco Santander está infravalorada, que los grandes fondos institucionales no pagan lo debido por ser accionistas del primer grupo financiero de España y que la entidad vale mucho más de lo que dice la bolsa. Pero como el mercado sigue siendo el juez soberano que mide la buena o mala gestión de los directivos, la cúpula del grupo cántabro acaba de perder un plan de stock options por dar una rentabilidad a sus accionistas muy por debajo de la de sus competidores.
Por tercer año consecutivo, la mala evolución bursátil del Santander ha pasado una cara factura a los primeros eslabones de poder en el primer banco de España. Unos 6.500 altos directivos del grupo financiero controlado por la familia Botín –el 3,45% de la plantilla– no han podido ejecutar un regalo de 14,4 millones de stocks options porque la cotización ha tenido un comportamiento tan discreto como el de Ferrari en la Fórmula 1.
En concreto, el Santander ha sido el cuarto peor banco en bolsa de una parrilla de 18 entidades financieras mundiales seleccionadas dentro del sexto ciclo del Plan de Acciones Vinculados a Objetivos aprobado en la junta general de 2011. Las reglas para que los afortunados recibiesen hasta 19 millones de títulos gratuitos (después reducidos a 14,4) era que el grupo financiero se colocara entre los cinco primeros de un ranking de rentabilidad para los inversores. A partir del sexto puesto hasta el décimo, los agraciados percibirían desde el 86 hasta el 30% del total de las stock options.
Pero por debajo del décimo puesto, el premio era cero. Desgraciadamente, en los tres años de cómputo del plan, la cotización del Santander ha caído un 21,4% en bolsa, una evolución muy mala que apenas le salvaría del descenso en términos futbolísticos. Solo Unicredit (-45%), The Royal Bank of Scotland(-26,70%) y Standard Chartered (-24%) lo hicieron peor en ese periodo. Por el contrario, el podio fue para el estadounidense Wells Fargo, con una revalorización del 53%, para el japonés Mitshubishi (+45%) y para el escandinavo Nordea Bank (+32%).
Vista general de la Junta General de Accionistas del Banco Santander. (EFE)
El castigo para los directivos es lógico si se tiene en cuenta que si un inversor particular hubiera invertido 100 euros en Banco Santander tendría ahora apenas 80, mientras que si hubiera depositado esa misma cantidad en Wells Fargo contaría con cerca de 153 euros. Si se hubiera decantado por BBVA, el único banco español incluido en el grupo de comparación, al menos habría mantenido los citados 100 euros, por lo que la foto con su eterno rival también lo deja malparado.
Otras decepciones
No es la primera vez que los 6.500 directivos de Banco Santander se quedan con las manos vacías. El quinto ciclo –valorado en 190 millones– también resultó yermo porque el grupo presidido por el octogenario banquero quedó en antepenúltima posición, tan sólo por delante de Unicredit y Credit Suisse. Entre abril de 2010 y el mismo mes de 2013, la cotización de la entidad cántabra perdió un 44% de su valor. En el cuarto ciclo (66 millones), el resultado fue similar, tras acabar al menos en una honrosa décima posición.
La pérdida de estos 376 millones de euros en bonificaciones especiales ha sido correlativa al aumento de las exigencias de provisiones por parte del Ministerio de Economía, que durante 2012 aprobó hasta tres reales decretos que obligaron al sector a hacer aflorar las pérdidas ocultas en sus balances por el empacho inmobiliario. De hecho, en el ciclo anterior, los directivos de Banco Santander se embolsaron una extra de verano de 120 millones. Después delos decretos Guindos, Santander tuvo que destinar 65.000 millones a dotaciones, casi el 70% de la capitalización del grupo.
Algo similar le ha pasado a BBVA y a Sabadell. El primero ha visto cómo este año se le ha esfumado un premio de 130 millones incluido en un plan de incentivos vinculado a la acción y a los resultados que ha dado pocas alegrías a los beneficiarios. En la cantidad catalana tampoco pudieron apuntarse un aguinaldo de casi 30 millones de euros la pasada Navidad. En cualquier caso, la pérdida para sus accionistas ha sido mucho mayor en todos los casos
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