lunes, 9 de febrero de 2015

El fenómeno del Futbolín..


III THINKING FOOTBALL FILM FESTIVAL

El fútbol también se piensa, ¿verdad, Cantona?

En 1995, días después de su famosa patada a un aficionado del Crystal Palace que le costó una sanción de ocho meses, Eric Cantona se presentó ante los medios de comunicación en una de las ruedas de prensa con más expectación que se recuerdan en el fútbol inglés. No contestó ninguna pregunta, solo dejó una metáfora. “Cuando las gaviotas siguen al pesquero es porque están esperando que tire una sardina al mar”. Se levantó de la silla y se marchó. Si alguien esperaba que se arrepintiera públicamente, estaba equivocado. Aún hoy en día, aunque reconoce que fue un error, sigue sin hacerlo. “Así es la vida, así soy yo”
Echando la vista a atrás a ese y otros episodios polémicos que protagonizó, puede llamar la atención su producción cultural en los últimos años. Sin embargo, quizá sea esa rebeldía innata la que le ha llevado a explorar terrenos que, en el fútbol, no son transitados con asiduidad. Dos de las obras en las que participa, Los rebeldes del fútbol 2 (productor) y Fútbol e inmigración, cien años de historia común (director), serán proyectadas en el tercer Thingking Football Fiml Festival que comienza hoy y se alargará hasta el sábado en Bilbao.
"Cantona siempre ha sido muy activo en la política francesa", dice Galder Reguera, responsable de programación de la Fundación del Athletic Club, que organiza el festival. "Está claro que el documental tiene una vocación política total. Es un alegato", explica sobre la cinta que ha dirigido el exjugador. En ella, Cantona hace un recorrido por el fútbol francés desde 1930 con futbolistas que nacieron fuera de Francia o son hijos de inmigrantes. "Lo que hace es venir a decir que el fútbol francés no sería nada sin la aportación de la inmigración. Eso lo lanza a un paralelismo con la sociedad francesa". Y todo en un momento (la cinta fue estrenada el pasado 15 de noviembre) en el que el Frente Nacional lidera las encuestas.
Zidane y Cantona (Foto: CantoBros Productions)Zidane y Cantona (Foto: CantoBros Productions)
El mismo Cantona es un ejemplo de la importancia de la inmigración en la selección francesa: su madre fue una refugiada política de la Guerra Civil. "Hay un momento en la película en la que le preguntan a la madre de Cantona si le hacía ilusión que su hijo jugara con Francia y dice que sí, que por supuesto, pero que le gustaría que jugara con España", apunta Reguera.
Ese documental es uno de los diez que se van a proyectar y que tocan temas tan variados como el racismo, la homofobia, la dictadura argentina, la situación política en Polonia a principios de de los 80, la independencia de Sudán del Sur o el fracaso de la revolución egipcia. Todo a través del prisma del fútbol. "Nosotros tenemos una idea de reflexión social con lo que estamos haciendo. No es un festival de cine al uso en el que nos interese poner una hagiografía de un futbolista, una cosa blanda y cercana. Estamos buscando que cada una de las películas marque, en parte, una cuestión de valores, una reflexión social o una reflexión meramente futbolística que tenga un mensaje que pueda ayudar a la sociedad a construirse. Todas tienen ese elemento. Ese o la reflexión política sobre el papel del fútbol en la sociedad".

UN ENFOQUE INFRAUTILIZADO

Otro de los documentales que se exhibirán es Democracia en Blanco y Negro, que narra los tiempos de la Democracia Corinthiana, quizá el ejemplo paradigmático de que, aunque muchos lo nieguen y lo censuren, fútbol y política no solo se tocan, sino que muchas veces se entienden. "Cuando veía Democracia em Preto e Blanco", cuenta Galder Reguera, "pensaba en cómo es posible que no haya un buen documental sobre los años de plomo de ETA, que coinciden con las cuatro ligas consecutivas de equipos vascos, jugando solo con vascos, con un movimiento a favor de la libertad en Euskadi también muy fuerte y con el rock radical vasco… Hay un montón de momentos que, si utilizas el fútbol para hacer una reflexión, te podría salir una peli documental o de ficción maravillosa". "Lo que he visto de películas españolas es muy poco reflexivo, se quedan en el fútbol como espectáculo. A nivel de reflexión social fallan. Pasa con los libros también", añade.
Los jugadores Igor Gabilondo y Koikili y los escritores Kirmen Uribe y Bernardo Atxaga (Foto: Fundación Athletic Club)Los jugadores Igor Gabilondo y Koikili y los escritores Kirmen Uribe y Bernardo Atxaga (Foto: Fundación Athletic Club)
"En España tenemos Informe Robinson, que es un lujo. Cada cierto tiempo hacen documentales chulísimos. Me estoy acordando del de Los niños del Habana, que hizo José Larraza. Pero más allá, lo demás es un erial, hay muy pocas cosas. En este país fallamos en que o somos muy amables o somos muy destructivos con el tema que tratamos. Y generalmente pecamos de amables", critica. En el festival solo hay una cinta española:18team, una coproducción zambiana que narra la historia de la selección de ese país africano desde 1988 a su título continental en el 2012, con el accidente aéreo de 1993 en la que murieron 18 jugadores como elemento central.

MUCHO MÁS QUE CINE Y FÚTBOL

Las dos ediciones anteriores del festival han tenido buena acogida tanto por parte del público como del club, incluidos los jugadores. "Suelen venir a título particular. También miembros de Lezama y del staff técnico. El objetivo no es poner películas, sino hacer una reflexión. Y si los actores no son parte de esa reflexión, se quedaría coja", cuenta. Durante los últimos años, los futbolistas rojiblancos han participado en las diferentes actividades culturales de la fundación, como el ciclo de literatura y fútbol, que ha cumplido ya seis años, y han apoyado otros, como el Bertso Derbia.
La cultura es una de las tres patas del trabajo de la Fundación del Athletic Club, que nació en el 2002. Las otras dos son la actividad deportiva y la social, que incluye desde ligas de fútbol adaptado a un equipo de personas sin techo, pasando por proyectos en Honduras y Etiopía. "En todas las actividades, los voluntarios son miembros del club. Los jugadores tienen una presencia más simbólica, pero los entrenadores son de Lezama. Es un trabajo voluntario. Cuando hablo con responsables de otras fundaciones me siento un privilegiado", reconoce Reguera. Todo ese trabajo es un ejemplo de que el fútbol puede darle a la sociedad mucho más que 90 minutos de desahogo y diversión.

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