miércoles, 19 de agosto de 2015

El Affaire Rato no tiene fondo..

Rodrigo Rato sigue despeñándose por un precipicio judicial que parece no tener fondo. La detención del administrador de la sociedad mercantil que, según Hacienda, habría utilizado el exvicepresidente del Gobierno para ocultar el cobro de comisiones ilegales por contratos de publicidad concedidos por Bankiadurante su etapa como presidente de la entidad complica aún más su situación, apuntalando los indicios que le atribuyen un delito de blanqueo de capitales. Pero hay otras pruebas que sostienen esa acusación.
Según ha podido constatar El Confidencial, la supuesta empresa pantalla de Rato, Albisa Inversiones y Asesoramiento SL, quintuplicó sus ingresos durante los dos ejercicios en los que el exdirigente del PP estuvo al frente de Bankia, según reflejan las propias cuentas oficiales de la sociedad. La mercantil pasó de facturar 272.500 euros en 2009 a llevarse 1.270.464 euros en 2011, el primer ejercicio completo de Rato al frente del banco.
El presunto testaferro que acaba de ser detenido es el administrador único de Albisa, Alberto Portuondo Coll. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le interceptó cuando pretendía huir en avión a México. Hacienda ha revelado en un informe remitido al Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid que dirige el caso que Albisa recibió entre 2010 y 2012 dos pagos de las empresas de publicidad Zenith Media y Publicis Comunicaciones España por importe de 1.244.000 euros y 778.000 euros por supuestas labores de asesoramiento.
Un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. (EFE)
Un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. (EFE)
Sin embargo, Hacienda sostiene en el documento, adelantado por El Mundo, que esos pagos se corresponden en realidad con comisiones abonadas a Rato por las dos empresas de publicidad como contraprestación por los contratos millonarios que Bankia les concedió durante el mandato del exdirector general del FMI. Según el organismo dependiente de Cristóbal Montoro, las transferencias por más de 2 millones de euros habrían sido posteriormente desviadas desde Albisa a otra firma directamente controlada por el exdirector general del FMI, Kradonara 2001 SL, mediante nuevas facturas falsas.

Una inmobiliaria que realizaba asesoramientos

Las cuentas de Albisa avalan las tesis de la Agencia Tributaria. La firma fue creada en 2007 por Portuondo con el supuesto objetivo social de dedicarse a la “adquisición, tenencia, promoción y construcción de bienes inmuebles y su explotación en régimen de venta o alquiler (excluido el arrendamiento financiero) y la adquisición, tenencia y explotación de valores mobiliarios, todo ello por cuenta propia”. Pero, según Hacienda, sus ingresos declarados procedían supuestamente de simples trabajos de asesoramiento.
Los inicios de la compañía fueron modestos. En 2009, Albisa declaró unos ingresos de 272.500 euros de los que 237.480 euros se fueron directamente en gastos de explotación. De hecho, la sociedad declaró ese ejercicio pérdidas de 729 euros. El siguiente ejercicio fue más favorable para Albisa. Según declaró la firma, consiguió unos ingresos de 370.624 euros. Pero los gastos de explotación (295.001 euros) y otras partidas redujeron los beneficios a sólo 33.152 euros.

La facturación se disparó en 2011

Sin embargo, la situación mejoró exponencialmente para la empresa en 2011, coincidiendo precisamente con el aterrizaje de Rato en la presidencia de Bankia. El exvicepresidente del Gobierno llegó a Caja Madrid en enero de 2010 pero su ascenso a la cúspide del banco no se materializó hasta diciembre de ese mismo año, tras completarse el proceso de integración de las siete caja de ahorro que conformaron Bankia.
Según sus propias cuentas, Albisa consiguió en 2011 ingresos por valor de1.270.464 euros, cinco veces más que sólo dos años antes y más del triple que en el ejercicio inmediatamente anterior. Su resultado de explotación arrojó ese año un beneficio de 330.788 euros, diez veces más que en 2010. La progresión fue increíblemente meteórica en un contexto de grave crisis económica. La sociedad señalada por la Agencia Tributaria no logró igualar ese registro en 2012, pero se quedó cerca con una facturación de 998.767 euros.
Las cuentas de Albisa también reflejan el movimiento de fondos a Kradonara para que las comisiones irregulares llegaran al núcleo del entramado
El leve descenso que experimentaron los ingresos de Albisa ese año puede tener un explicación. Rato sólo presidió Bankia durante los cinco primeros meses de 2012. En mayo tuvo que presentar su renuncia después de que el Gobierno acordara la nacionalización de la entidad para evitar su colapso. Con todo, del balance de la mercantil administrada teóricamente por Portuondo se desprende que el 89% de sus ingresos totales en 2011 y 2012 procedió únicamente de los pagos irregulares que realizaron Zenith y Publicis y que han sido detectados por Hacienda, confirmando la sospecha de que Albisa fue utilizada como sociedad instrumental para camuflar el pago de comisiones y ocultar la identidad del verdadero beneficiario.

Salidas de fondos a Kradonara

Las cuentas de Albisa también reflejan el movimiento de los fondos quetransfirió a Kradonara para que las comisiones irregulares llegaran al núcleo del entramado societario de Rato. Curiosamente, la contabilidad de Albisa refleja en 2011 y 2012 pagos casi idénticos en concepto de gastos de explotación, 905.525 euros y 905.934 euros, respectivamente, más del triple de los que había declarado en los ejercicios anteriores. Gran parte de esas partidas acabó en el balance de Kradonara, presidida oficialmente por la secretaria del exvicepresidente del Gobierno y controlada realmente por éste mediante otra sociedad con sede en Reino Unido, Vivaway Limited.
Hay otras coincidencias que refuerzan la tesis de los investigadores. La actividad comercial de Albisa se hundió justo después de que Rato saliera de Bankia. De hecho, la sociedad no declaró ningún tipo de ingreso después de 2012 y, en 2013, inició los trámites para proceder a su liquidación. Su negocio se esfumó cuando el exdirector gerente del FMI perdió el control del banco. 

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