lunes, 17 de agosto de 2015

El Santander más tocado...

En principio, no parece que la banca tenga mucha relación con la cotización delpetróleo, quel a semana pasada cayó a mínimos de seis años por debajo de 50 dólares por barril (y sin expectativas de recuperarse hasta finales del año que viene). Pero sí la tiene. La relación más obvia es su exposición a las empresas del sector, bien sea mediante créditos directos, bien mediante la deuda (bonos, pagarés...) que haya comprado. Pero también hay efectos de segunda vueltaque pueden ser incluso más importantes: movimientos en las divisas, deflación, impacto en países productores donde las entidades están presentes, etc.
Un análisis de Bank of America Merrill Lynch calculaba hace unos meses estos efectos para los principales bancos europeos y concluía que Santander es uno de los más perjudicados del continente por el hundimiento del barril. El más afectado es el noruego DNB, donde las carteras ligadas al petróleo suponen el 94% de sus fondos propios; y le siguen un grupo formado por ING, Santander, labanca francesaStandard Chartered Raiffensein. En el caso de la entidad española, la exposición directa e indirecta al petróleo asciende al 73,3% de su capital, según estos cálculos.
El propio banco de inversión advierte de que no es fácil obtener estos datos por la falta de detalle de la información de la banca europea y porque muchas veces ésta no es comparable entre unas y otras entidades. En todo caso, señala como una fuente de riesgo, además de los créditos a las empresas del sector, la exposición a los grandes países productores, como Rusia (especialmente elevada en casos como Société Générale, Unicredito y Nordea). Santander no tiene presencia en Rusia, pero sí la tiene, y muy importante -es el mercado que más aporta a su beneficio-, de otro de los grandes países emergentes productores de crudo: Brasil.

Elementos que suavizan el riesgo

Ahpra bien, aunque el riesgo sea elevado, también hay varios factores que lo mitigan. El primero es que lo que es malo para el sector petrolero es bueno para otros sectores consumidores de petróleo (como las aerolíneas) a los que también tienen exposición los bancos y que compensan -aunque sea parcialmente- las posibles pérdidas derivadas del primero. 
En segundo lugar, la exposición de los bancos europeos al sector suele ser dealta calidad crediticia, lo que también reduce el riesgo. Cita el ejemplo de que el principal deudor de ING en el sector es Shell, y el de BNP Paribas, Total. "Es simplemente natural que estos bancos tengan fuertes relaciones de crédito con las 'majors' de su país. No esperaríamos una fuerte subida de la morosidad de estos bancos con estos deudores", explica. Por el contrario, los bancos norteamericanos y la banca de inversión tienen una exposición mucho mayor a empresas con calificaciones creditiias mucho más bajas, del tipo high yield  (bono basura).
Finalmente, están los plazos. Según Merrill Lynch, el grueso de la exposición de los bancos a las petroleras es financiación comercial a corto plazo, no créditos a largo. Esta financiación debe renovarse cada poco tiempo y, en consecuencia, sus condiciones se van adaptando a la cotización del barril, con lo que el banco va cubriendo el riesgo que supone su caída. Por el contrario, "los préstamos a largo plazo concedidos a empresas con alto endeudamiento cuando el petróleo estaba a 100 dólares son los que tienen más peligro", una cifra que coincide, por ejemplo, con la estimada por Repsol para rentabilizar la compra de la canadiense Talisman.

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