sábado, 1 de agosto de 2015

Manualillos para una crísis ( 1 )


Eso...con alfileres.




La recuperación está está aquí, según aseguró este viernes el presidente Rajoy. Pero eso no significa que el panorama, a medio plazo, esté despejado. Todo lo contrario. El último análisis de coyuntura de la Autoridad Fiscal Independiente (Airef) lo pone negro sobre blanco.
Según los modelos desarrollados por la Airef, las “subidas simultáneas detipos de interés y los precios del petróleo” que maneja el Ejecutivo, junto al mantenimiento de la “notable contención del gasto público” incluida en las previsiones para 2015 y 2016, podrían suponer una “desaceleración de la actividad económica de un punto porcentual sobre el escenario del Gobierno y un menor crecimiento del empleo del mismo orden de magnitud”. El Ministerio de Economía, como se sabe, estima que el PIB crecerá el año próximo un 3%, pero si se materializan esos riesgos, el avance sería, por lo tanto del 2%. Y en lugar de crearse medio millón de empleos apenas se superarían los 330.000 puestos de trabajo.
El informe parte, sin embargo, de una primera reflexión: las estimaciones macroeconómicas del Gobierno para este año son “prudentes y ligeramente más conservadoras que las previsiones de los organismos internacionales”. Pero dicho esto, resalta dos riesgos.

Por un lado, el Ejecutivo estima que los precios del petróleo continuarán sustancialmente más bajos que en el pasado, “lo cual potencia la renta disponible real en los países importadores de petróleo”, como es el caso de España. Por otro, confía en que el BCE mantendrá una política monetaria expansiva articulada a través del programa de compra de activos, lo cual genera “un impacto favorable sobre la curva de tipos de interés, el tipo de cambio del euro y los precios de los activos de renta variable”. El Gobierno, igualmente, como asegura la Autoridad Fiscal, descarta en sus previsiones que se vaya a producir una escalada de las tensiones geopolíticas. Por lo tanto, camino despejado. O casi. La Airef recuerda que el crecimiento de la economía mundial “podría ralentizarse” por la debilidad de las economías emergentes, afectando negativamente al crecimiento de las exportaciones.
¿Qué quiere decir esto? Pues que la sostenibilidad de la recuperación dependerá en 2016 en buena medida de factores exógenos. O lo que es lo mismo, de cuestiones ajenas a la política económica del nuevo Gobierno.
Tres cifras muestran el contexto macroeconómico actual, extremadamente favorable: el tipo de intervención del BCE se mantiene en el 0,05%; el Euribor a un año se ha desplomado hasta el 0,17% y el barril de crudo tipo Brent cotiza en el entorno del los 54-55 dólares.

Nada indica, sin embargo, que a corto plazo se vaya a producir un cambio radical. Pero hay una fecha en que puede saltar por los aires ese contexto. En septiembre, el BCE debe decidir si continúa con su programa de compra de activos (60.000 millones de euros al mes), lo cual dependerá, sobre todo, del nivel de inflación. La referencia que tiene asignado el BCE como nivel compatible con la estabilidad de precios es el 2%. Y hoy la inflación se encuentra en el 0,2%, por lo tanto, todavía muy lejos Aunque hay que tener en cuenta que ese nivel recoge el desplome de precios que se produjo en la segunda mitad de 2014, por lo que el 'efecto escalón' desparecerá en 2016.

Curarse en salud

El Gobierno, en todo caso, se ha curado en salud. Y como resalta la Autoridad Fiscal, ha previsto en su escenario macroeconómico que el tipo de interés de la deuda pública española a 10 años se sitúe en niveles de 2,1% en 2015, y del 2,6% en 2016. Esta hipótesis, sostiene el organismo presidido por José Luis Escrivá, implica la “ampliación del diferencial soberano con el bono alemán”, lo que sería compatible con el hecho de que las tensiones en Grecia continúen a lo largo de 2016. Su opinión, en todo caso, es que ese aumento sería consistente con una “cierta normalización de las condiciones de financiacióna empresas y hogares”.
Los supuestos bajo los que se han elaborado las previsiones macroecómicas ofrecen, en todo caso, un cierto margen de maniobra para el próximo Gobierno que salga de las urnas. El Ministerio de Economía cuenta con que el precio del barril de crudo tipo Brent cotice (en media anual) en 68,8 dólares, significativamente por encima de los 57,58 dólares que marcaba hasta el pasado 30 julio en media de lo que va de año. Y todo ello en un contexto de suave descenso del euro frente al dólar, pero en niveles muy parecidos a los actuales, 1,1 dólares por euro. Aun así, la Airef sugiere que “existe también un riesgo de encarecimiento del petróleo más rápido de lo esperado”. Si bien, matiza, la incidencia de esta hipótesis “no sería sustancial a corto plazo”.
La Autoridad Fiscal cree que las tasas de aumento del empleo y la reducción de la tasa de paro en 2016 esperadas por el Gobierno tienen “un sesgo al alza“
El pronunciado descenso de los tipos de interés y el desplome del petróleo están detrás, como sugiere la Autoridad Fiscal, de la recuperación del consumo privado. Pero también del ritmo de creación de empleo y de la subida de los precios de la vivienda, Lo que unido al avance en el desendeudamiento de los hogares está generando “una dinámica expansiva de la renta real disponible” que, combinada con una mayor confianza de los consumidores y un impacto adicional de las rebajas de impuestos, sustentan “elevadas tasas de crecimiento del consumo”, lo que provocará una ligera caída de la tasa de ahorro.
Más prudente se muestra la Airef en cuanto al empleo. La Autoridad Fiscal considera que las tasas de aumento del empleo y la reducción de la tasa de paro en 2016 esperadas por el Gobierno tienen “un sesgo al alza grande con respecto al consenso y a las previsiones de las instituciones públicas”, cuyo perfil general es de suave desaceleración hasta el entorno del 2,5%. Es probable, se sugiere, que la tasa de paro no baje del 20%, frente al 19,7% proyectado por el Gobierno.

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