15.06.2016 – 05:00 H.
El futuro inmediato de Podemos está en las manos del PSOE y viceversa, con la diferencia de que toda la presión recae sobre los socialistas, al no haber desvelado aún su política de pactos poselectorales. Esta última duda no logró resolverse en el debate entre los cuatro candidatos, y Podemos no ha dudado en redobladar la presión a 12 días de las elecciones. La campaña de Podemos, que en palabras de su cerebro electoral, Íñigo Errejón, tratará de seguir “marcando la agenda y el ritmo” mediante la toma de la iniciativa, pasa a una segunda fase.
Pablo Iglesias ha dado órdenes de eliminar las líneas rojas para una hipotética negociación poselectoral. Entre ellas se encuentra la más polémica, el referéndum en Cataluña que se incluye en el programa de Unidos Podemos y que Ferraz ya vetó en la mesa a cuatro previa a la investidura fallida de Pedro Sánchez. Un cambio de ritmo que ha contado con el beneplácito de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona e impulsora de En Comú Podem, que con tan solo unos pocos meses de vida se ha convertido en fuerza hegemónica frente a los independentistas gracias, precisamente, a la defensa de esta tercera vía como única salida al conflicto territorial en Cataluña.
El cabeza de lista de la confluencia catalana y portavoz parlamentario en la pasada legislatura, Xavier Domènech, convocó ayer a los medios de comunicación tras un acto en Santa Coloma de Gramenet para dar cuenta de este giro. “Para sentarse en la mesa no puede haber líneas rojas. Uno siempre debe estar dispuesto a escuchar al otro”, explicó. A pesar de ello, matizó que la supresión de las líneas rojas, en general, y su disposición a escuchar otras voces “no significa que hayamos encontrado una propuesta mejor que el referéndum”.
Como complemento básico para reforzar los pilares en los que se asienta esta nueva fase, el director de campaña ha reducido el argumentario para estos días a una sola clave: hay dos proyectos de país, el continuista del PP y el del cambio, que representaría Unidos Podemos como única alternativa. El PSOE debe decantarse por uno de ellos para que gobierne el país en la próxima legislatura. En el trasfondo de esta 'táctica', una 'estrategia' con un claro objetivo: forzar al PSOE a que consulte a sus bases la decisión de con quién pactar tras las elecciones del 26 de junio. En Princesa 2, el cuartel general de Podemos, están convencidos de que los militantes socialistas los elegirán a ellos. De ahí el impulso en los denominados 'ayuntamientos del cambio' durante la campaña, máxime en el de Barcelona, tras la entrada del PSC.
Los responsables de discurso del equipo de campaña, que ya repensaron el argumentario para evolucionar del manido “pacto a la valenciana” al “pacto a la barcelonesa”, se han aferrado a la postura defendida por la cabeza de lista del PSOE en Cataluña, Meritxell Batet, la única de las voces autorizadas en las filas socialistas que ha mostrado su predisposición a buscar un acuerdo con Podemos. La número uno por Barcelona ya se mostró favorable a explorar un “pacto a la barcelonesa” (que no encabeza el PSOE) durante un debate entre los números uno de las diferentes formaciones en la Universitat Pompeu Fabra el pasado jueves, pero se apoyó en sus palabras hasta este martes, después de la ambigüedad mostrada por Sánchez en el debate.
Mensaje a los votantes socialistas
La socialista volvió a insistir este lunes en que veía más “coincidencias” con el partido que lidera Pablo Iglesias que con Ciudadanos, y que lo lógico era ponerse de acuerdo “con fuerzas que también se autodenominan de izquierdas”. “La cabeza de lista del PSOE por Cataluña defiende pactar con Podemos tras el 26-J”, se han apresurado a afirmar desde la formación emergente, con una coletilla que invita a Ferraz a refrendar la política de pactos poselectorales con sus bases: “Los votantes del PSOE y los de Unidos Podemos no entenderían que tras el 26 de junio no llegásemos a un acuerdo. Estamos convencidos de que el PSOE sabrá aprovechar esta nueva oportunidad para construir un Gobierno de progreso y de cambio en España”.
Para aumentar la presión, el candidato de Unidos Podemos ya ha adelantado que realizará una consulta a las bases para que ratifiquen la política de pactos poselectorales con el PSOE. Al mismo tiempo, no ha escondido su deseo de que los socialistas sigan sus pasos y pregunten también a los suyos. Fuentes de la dirección calculan que el referéndum interno se realizaría una vez iniciadas las hipotéticas negociaciones.
En el caso de Podemos, los propios estatutos obligan a refrendar cualquier tipo de coalición tras unos comicios, por lo que destacarlo tiene más que ver con un mensaje dirigido a la militancia socialista, para que se sume a las presiones en este sentido, que a Ferraz. También el impulso de Unidos Podemos en los denominados 'ayuntamientos del cambio', gobernados por las coaliciones en las que participa la formación emergente tras llegar a acuerdos de investidura con los socialistas. Por otra parte, la baza de la consulta interna, en forma de plebiscito, permitiría a Sánchez sortear vetos procedentes de los barones contrarios al pacto con Podemos
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