Lo curioso es que el 'ingeniero jefe' de Red Hat también había sido fichado unos meses antes por Banco Santander. El consejero delegado y presidente de la empresa estadounidense, James Whitehurst, figuró entre los elegidos por la entidad presidida por Ana Botín para formar parte de su recuperado Consejo Asesor Internacional.
Junto con otras personalidades como Larry Summers, exsecretario del Tesoro de EEUU, Sheila Beir, expresidenta del fondo de garantía de depósitos estadounidense, o Marjorie Scardino, consejera de Twitter y exconsejera delegada de Pearson, Whitehurst se sumaba a un grupo al que Botín presentaba así: "Todos sus miembros tienen en común haber liderado la transformación digital de sus organizaciones. Su experiencia será de enorme valor para preparar el futuro".
Más flexible, más ágil
Lo que BBVA busca en Red es más flexibilidad y más velocidad para plantear y desarrollar sus iniciativas tecnológicas. Es decir, que pase menos tiempo entre que se 'enciende la bombilla' o se captan las nuevas tendencias, se concibe la aplicación y se pone al alcance del móvil de los usuarios. González buscaba ingenieros para su 'ferrari', y ahora los ficha en Estados Unidos con una empresa que ofrece tecnología creada para la nube ('cloudform'), un taller para trabajar en sus herramientas tecnológicas y una plataforma para parir aplicaciones más aceleradamente.Esta alianza, definida por el banco como "estratégica", se suma a la que ya firmó la entidad con Cisco en febrero. De hecho, suena a que es una prolongación de aquella, puesto que Red Hat y Cisco llevan años trabajando juntos en el desarrollo de tecnologías enfocadas para ser 'colocadas' al mundo empresarial y sus crecientes necesidades de contar con nuevas herramientas para el uso de datos o la provisión de servicios digitales.
BBVA busca en Red más flexibilidad y más velocidad para plantear y desarrollar sus iniciativas tecnológicas
En el sector, sin embargo, estas maniobras de BBVA siguen sorprendiendo. Como el propio González reconoció el martes, en el transcurso de la reunión celebrada en Madrid por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), la entidad lleva trabajando ya casi una década en su transformación digital, pero la impresión es que continúa sin dar con los resultados esperados y sin terminar de definir su transformación digital.
De hecho, con su comparación con el Ferrari reconoció que el grupo tuvo que revisar su estrategia de nuevo en 2015, un proceso al que sigue dando continuidad en 2016 desde diversos frentes: comprando o asociándose con nuevas iniciativas tecnológicas, como la adquisición de Holvi; reforzando su fondo para invertir en 'startups' financieras, llamado Propel y que cuenta con una munición de 250 millones de dólares; y sellando alianzas como las suscritas con Cisco y Red Hat. Por el camino, está sufriendo alguna baja importante, como la del responsable de medios de pago, Mehmet Sezgin.
Un mayo muy español
Pero se ve que el sombrero rojo está de moda entre las principales empresas españolas del Ibex 35. Tras ser elegido por el Santander para formar parte de sus asesores internacionales, la alianza con BBVA cerró un mayo muy español para Red Hat, puesto que comenzó el mes sellando un acuerdo con Telefónica.Fundada en 1993 por Marc Ewing y Bob Young, Red Hat se ha convertido en la auténtica referencia dentro de las compañías de 'software' libre o abierto
En su caso para desarrollar una plataforma global -Red Hat Mobile Application Platform- enfocada a ayudar a las empresas que son clientes del grupo español a movilizar sus procesos de negocio. Es decir, una de las primeras decisiones de José María Álvarez Pallete para profundizar en su desarrollo digital ha sido fichar también para su proyecto a Red Hat.
Fundada en 1993 por Marc Ewing y Bob Young, Red Hat se ha convertido en la auténtica referencia dentro de las compañías de 'software' libre o abierto. Ewing, que solía vestir sombrero rojo, que firmaba sus proyectos universitarios como Red Hat 1, Red Hat 2 y así sucesivamente y que confesó que veía el sombrero rojo como "un símbolo de libertad", y Young desarrollaron una empresa que buscaba casar dos principios que, aparentemente, eran contrapuestos: la esencia de libertad, gratuidad y comunidad que distingue a las compañías de 'software' abierto y la necesidad de que su negocio fuera rentable.
Su receta para ser rentable pasa por trascender la impresión simple de que el 'software' libre es gratuito y, sobre todo, por equipar esa filosofía de 'código abierto' con un amplio abanico de servicios de estrategia, mantenimiento y consultoría con el que nutrir la cuenta de resultados. Es decir, va más allá de ser una de las plataformas más conocidas en la distribución del sistema Linux. Y de todo eso a la vez hay en los acuerdos sellados este mes con Telefónica y BBVA.
Cotizada desde 1999, tiene un valor bursátil de 14.200 millones de dólares -unos 12.750 millones de euros-. Su debut en el mercado sigue figurando en la lista de los más espectaculares. Debutó a 14 dólares y cerró su primer día en los 52 dólares, con una subida del 272%. Actualmente cotiza a 78 dólares -que serían 152 dólares sin el 'split' de dos acciones nuevas por una antigua que realizó a finales de 1999-. A la bolsa, por tanto, parece que también le va el rojo.
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