El Pablo Iglesias encorbatadodel Cercle D'Economiaha vuelto a reivindicar para sí la etiqueta socialdemócrata. Respondiendo a las críticas de radicalidad y comunismo con las que sus adversarios políticos enmarcan a Unidos Podemos, el candidato de la coalición ha defendido el carácter "neokeynesiano" de las medidas económicas que pretende llevar a cabo si logra la presidencia del Gobierno. Como ya hizo en la pasada campaña electoral, se ha vuelto a enfundar el traje socialdemócrata tratando deocupar así el espacio electoral de un PSOEen retroceso, según las encuestas.Consciente de la posibilidad del 'sorpasso', Iglesias ha asociado la supervivencia de los socialistas, de la "vieja socialdemocracia", a un pacto de Gobierno conPodemos. "De ello dependerá su futuro", ha concluido en un discurso durante el cual ha utilizado el concepto"viaja socialdemocracia" como sinónimo de PSOE.
El secretario general de Podemos incluso se ha atrevido a plantear las ideas fuerza que modernizarían la "vieja socialdemocracia": la soberanía de la UE, el federalismo o el encaje institucional de la plurinacionalidad. En este sentido ha definido la campaña que realizará Unidos Podemos como "patriótica y plurinacional". Para explicar la dicotomía entre la vieja y la nueva socialdemocracia, Iglesias ha definido a Podemos como"el resultado del fracaso de la tercera vía".
Arropado por las cúpulas dirigentes de su partido, junto a las de Izquierda Unida, la conferencia de Iglesias en el hotel Ritz ha marcado el inicio de la campaña conjunta entre ambas formaciones. El recién elegido coordinado general de IU, Alberto Garzón, fue el elegido para presentar a Iglesias, a quien recordó organizando charlas políticas en la Universidad Complutense a las que acudió cuando era estudiante de economía. "Analizaba la realidad política no desde el punto de vista cultural, sino histórico". Ya entonces se formaba en términos contrapuestos a PP y PSOE, más volcados según Garzón en el aparato, en términos de poder y dinámicas internas de partido. De ahí las distancias de la nueva política con el bipartidismo.
La mano tendida al PSOE para gobernar en coalición tras las elecciones del 26-J ha sido una constante durante la precampaña y a escasos cuatro días del inicio oficial de la campaña se ha convertido prácticamente en un ultimátum. "Somos la principal alternativa al PP y esta es una dimensión histórica inédita", pero la falta de mayorías absolutas lleva a reconocer a Podemos que no pueden gobernar solos. "Vamos a necesitar un acuerdo con el PSOE", ha explicado Iglesias deslizando la idea de que si los socialistas no contribuyen a construir un Gobierrno de cambio difícilmente sobrevivirán.
El juego de la polarización con el PP ha estado presente en el discurso de Iglesias, que se ha erigido como la principal alternativa a Mariano Rajoy. Apoyándose en los gobiernos municipalistas donde Podemos ostenta el poder en alianza con otras fuerzas de izquierda, ha reivindicado su "demostrada capacidad de gobierno". Un año después de que estas candidaturas unitarias irrumpiesen en el panorama político, el secretario general de Podemos ha asegurado que "hoy el motor de cambio está en esos Ayuntamientos".
El interés por convertir al PSOE en socio de Gobierno, subsidiario, se extiende también a los denominados "Ayuntamientos del cambio". El líder de Podemos se ha mostrado partidario, en presencia de representantes municipales como la portavoz Rita Maestre o el tercer teniente alcalde Mauricio Valiente, de que los socialistas entren en el Gobierno de Madrid. Los términos del hipotético acuerdo los ha dejado en manos de la alcaldesaManuela Carmena.
Centrado en el capítulo económico, el líder de Podemos ha defendido una reforma fiscal que iguale los tipos impositivos de España a la media europea. En este sentido ha apostado por aplicar el IVA superreducido a los productos de primera necesidad y crear un IVA más alto para los de lujo. Asimismo ha destacado algunas de las propuestas del programa como hacer coincidir los tipos nominales y los reales, introducir un impuesto a las transacciones financieras (la conocida como Tasa Tobin) y derogar las dos últimas reformas laborales, tanto la del PP como la del PSOE.
El candidato de Unidos Podemos se ha comprometido a subir el salario mínimo hasta los 850 euros (durante la segunda mitad de la legislatura) y subir también las pensiones. Para lo sostenibilidad del sistema de pensiones, ha remarcado, "es necesario que España vuelva a ser un país atractivo y mejorar las condiciones de empleo". Acabar con los desahucios es otra de las promesas que ha dejado caer Pablo Iglesias ante el público, junto al aumento de la inversión en I+D+i hasta el 2% del PIB y la creación de una banca pública. "No va a costar nada", quiso calmar Iglesias, pues su idea pasa por nacionalizar los bancos rescatados con dinero público -Bankia y Mare Nostrum-, y resultan imprescindibles para financiar el estado de Bienestar que promete.
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