Cómo afrontar la subida de tipos de la Fed
Cristina Vallejo
¿Cómo mover la cartera en renta fija, renta variable, divisas y materias primas?
La paulatina mejora de los datos económicos de Estados Unidos tras un débil primer trimestre, las declaraciones de varios miembros de la Reserva Federal afirmando que los mercados habían subestimado la posibilidad de que este año haya dos y hasta tres subidas de los tipos, así como las actas de la última reunión de la institución, en que se reconocía, negro sobre blanco, la posibilidad de un incremento del precio del dinero en junio han provocado que los inversores hayan corregido su optimista previsión y han ocasionado movimientos en los mercados.
Para Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investors, a día de hoy, está claro que habrá subida de tipos en junio, debido al entorno de inflación, a las subidas de salarios, a la fortaleza del consumo y a la recuperación de los índices de gestores de compras. Además, argumenta, el mercado está más tranquilo y tanto China como los emergentes muestran síntomas de mayor estabilidad. «Pero insistimos: hay que ir dato a dato y aún queda bastante para la reunión de junio», matiza Ponte. Daniel Pingarrón, de IG, en cambio, no espera que vaya a haber una subida de los tipos en junio, pero no lo ve imposible.
«Esto cambia muy rápido, porque hace poco se pensaba que iba a haber como mucho un incremento, y a final de año, y ahora el mercado le da una probabilidad del 55 por ciento a una subida de tipos en junio o en julio», comenta Pingarrón. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, tampoco tiene tan claro que el endurecimiento monetario sea en junio: «Me sorprendería que ocurriera; no habrá suficiente información para tomar una decisión así. Sería mejor esperar un poco más, teniendo en cuenta todo lo que se espera para junio. El mercado tiene que estar preparado, la decisión tiene que estar muy bien comunicada y ahora mismo sólo se le da una probabilidad del 30 por ciento a la subida de junio. Creo que el próximo endurecimiento monetario tendrá lugar en septiembre o en octubre, aunque no descarto que sea en julio». De todas formas, Campuzano cree que vale la pena reducir el riesgo de la cartera en estas circunstancias, así como intentar amortiguar los factores de volatilidad. ¿Qué hacer, pues, en estas circunstancias?
Renta fija. Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, espera un repunte de los tipos de los medios y largos plazos y que, sumando la evolución del precio del bono con el cupón en el caso de las altas calidades crediticias, veamos retornos negativos. Cree que, en este entorno, es mejor evitar vencimientos largos y apostar por bonos corporativos. Opina, además, que pueden mantenerse posiciones en deuda emergente («de la poca que es interesante», en su opinión), debido a que sus elevados cupones hacen posible obtener retornos netos del 4 por ciento. Aunque eso sí, a su juicio, sólo sería conveniente tener una exposición pequeña a este último activo. Para Campuzano, en esta situación, una cartera de renta fija podría estar compuesta por algo de deuda pública estadounidense y europea, así como crédito europeo. Aconseja reducir exposición tanto a títulos de alto rendimiento como a emergentes. En su opinión, es esta última la que más puede sufrir por una subida de los tipos en EE.UU. Ponte coincide: cree que lo apropiado es estar en deuda privada europea, pero no estima que sea interesante estar ni en deuda pública americana ni europea, aunque no por potenciales sustos, sino porque no dan rentabilidades atractivas.
Ignacio Victoriano, de Renta 4, opina que ahora hay que tener una cartera defensiva, incrementando posiciones en liquidez, reduciendo los largos plazos tanto en dólares como en euros, para centrarse en los cortos plazos. En el caso del 'high yield', cree que sí se puede estar en algún nombre concreto, pero aconsejaría a alguien que esté expuesto a este activo vía ETF's que deshaga posiciones. En cuanto a emergentes, Victoriano opina que puede sufrir volatilidad, aunque cree que más su bolsa que sus emisiones de deuda. En todo caso, advierte de que con muy poco volumen negociado este activo puede sufrir muchos vaivenes.
Renta variable. ¿Puede la bolsa americana sufrir un recorte por culpa del endurecimiento monetario? Al parecer sí, en opinión de Steen Jakobsen, de Saxo Bank, que aconseja infraponderar acciones, sobre todo el S&P 500, que piensa que puede caer entre un 10 y un 15 por ciento si la Fed sube tipos. Pero Ponte destaca la resistencia que ha mostrado la bolsa americana después de haberse incrementado la probabilidad de una inmediata subida de los tipos. Así, Ponte afirma: «No nos iríamos de EE.UU. por la subida del precio del dinero, porque si ésta se produce es precisamente por las buenas expectativas económicas». Además, apunta que es probable que Wall Street lo siga haciendo mejor que Europa porque ésta se enfrenta a más problemas.
Ruiz-Scholtes matiza que las caídas en las acciones americanas dependerán de la velocidad en que se ajusten las expectativas respecto a la política monetaria. Un ajuste gradual no tiene porqué, dice Ruiz-Scholtes, desembocar en caídas en Wall Street. Pero este experto cree que la bolsa europea podría hacerlo mejor que la americana, debido a que el gran sector beneficiado por la subida de los tipos sería el financiero, incluyendo en él tanto bancos como aseguradoras. Y como las acciones de este sector están más deprimidas en Europa que en EE.UU., el encarecimiento del precio del dinero puede propiciar un mayor rebote en la banca europea que en la americana. También un euro más débil ayudará a las bolsas europeas a cerrar su diferencial de rentabilidad con Wall Street. Porque, de momento, los mercados europeos registran una caída de hasta el 10 por ciento, mientras que los indicadores americanos están planos. En un entorno así, Ruiz-Scholtes apostaría por sectores cíclicos, con tecnológicas e industriales como protagonistas. Por el contrario, recomienda deshacer posiciones en compañías defensivas con deuda elevada, tales como eléctricas y 'telecos'. Campuzano, en cambio es partidario, además de reducir exposición, de apostar por valores defensivos con altos dividendos. En cuanto a la banca, cree que tiene más potencial en EE.UU. que en Europa. Según los expertos de Citi, en Estados Unidos, los sectores más vulnerables a subidas de tipos son los reits, el farmacéutico, el biotecnológico, así como las compañías 'utilities'. En cambio, se benefician las compañías tecnológicas y las financieras.
En cuanto a emergentes, Ruiz-Scholtes comenta que históricamente nunca ha sido positiva para ellos una subida del precio del dinero en Estados Unidos, dado que el movimiento de política monetaria puede ocasionar bajadas en el precio de las materias primas y apreciación del dólar. Ponte, algo más optimista, comenta que continuaría con su exposición a emergentes, aunque mermada y sólo para perfiles arriesgados, dado que sí pueden producirse salidas de dinero de los activos de esos países. Pero apunta que, en general, a los emergentes les apoyará la reciente mejora de la percepción sobre ellos. En particular, Ponte apuesta por América Latina.
Divisas. Los expertos discrepan respecto a lo que puede ocurrir en el mercado de divisas, en particular en el tipo de cambio euro-dólar. Así, José Luis Martínez Campuzano ve el tipo de cambio en el rango entre 1,11 y 1,13 unidades. Estefanía Ponte coincide: cree que el euro se puede ir un poco más abajo, pero no mucho más allá del nivel de 1,11 unidades. Roberto Ruiz-Scholtes, por su parte, considera que a tres meses, el dólar puede apreciarse, pero de manera muy limitada, hasta el nivel de 1,10 unidades, pero opina que a doce meses recorrerá el camino contrario, hasta alcanzar el nivel de 1,16 a medida que las expectativas de inflación en la zona euro se incrementen y apoyado en un BCE que quizás a partir de marzo del año que viene comience a reducir sus compras mensuales. Daniel Pingarrón discrepa y apuesta porque el dólar se va a apreciar. Desde niveles de 1,12, asegura, hay margen para bajar hasta final de año a niveles de 1,05-1,07 unidades. En el caso de que el tipo de cambio se vaya a 1,13 o 1,14, sería momento de ponerse vendido en euros. Steen Jakobsen, de Saxo Bank, por su parte, apuesta por posiciones cortas en las divisas emergentes como cobertura frente a sus materias primas. De acuerdo con este último analista, el dólar tiene su mayor soporte en niveles de 1,11 y añade: «Una ruptura de esta zona será bastante negativa para el riesgo y dará lugar a un dólar mucho más fuerte».
Materias primas. Si de verdad el billete verde se aprecia, esta circunstancia suele ser bajista para las 'commodities' denominadas en dólares. Pero, de acuerdo con Pingarrón, que es el analista que apuesta por un dólar más fuerte, en este contexto de mercado la divisa va a ser un factor secundario o terciario para el mercado de materias primas. Estefanía Ponte considera que lo que de verdad va a cotizar en ellas va a ser la situación de la economía de los países demandantes, como China, y ahora mismo el gigante asiático está mucho más estable. Roberto Ruiz-Scholtes, por su parte, cree que podemos ver una caída en el crudo en los próximos tres meses hasta tocar el nivel de 36 o 40 dólares, aunque para el próximo año sí apuesta porque el precio del barril rebase los 50 dólares. Pero Jakobsen está positivo en las materias primas y especialmente en el oro.
Para Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investors, a día de hoy, está claro que habrá subida de tipos en junio, debido al entorno de inflación, a las subidas de salarios, a la fortaleza del consumo y a la recuperación de los índices de gestores de compras. Además, argumenta, el mercado está más tranquilo y tanto China como los emergentes muestran síntomas de mayor estabilidad. «Pero insistimos: hay que ir dato a dato y aún queda bastante para la reunión de junio», matiza Ponte. Daniel Pingarrón, de IG, en cambio, no espera que vaya a haber una subida de los tipos en junio, pero no lo ve imposible.
«Esto cambia muy rápido, porque hace poco se pensaba que iba a haber como mucho un incremento, y a final de año, y ahora el mercado le da una probabilidad del 55 por ciento a una subida de tipos en junio o en julio», comenta Pingarrón. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, tampoco tiene tan claro que el endurecimiento monetario sea en junio: «Me sorprendería que ocurriera; no habrá suficiente información para tomar una decisión así. Sería mejor esperar un poco más, teniendo en cuenta todo lo que se espera para junio. El mercado tiene que estar preparado, la decisión tiene que estar muy bien comunicada y ahora mismo sólo se le da una probabilidad del 30 por ciento a la subida de junio. Creo que el próximo endurecimiento monetario tendrá lugar en septiembre o en octubre, aunque no descarto que sea en julio». De todas formas, Campuzano cree que vale la pena reducir el riesgo de la cartera en estas circunstancias, así como intentar amortiguar los factores de volatilidad. ¿Qué hacer, pues, en estas circunstancias?
Renta fija. Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, espera un repunte de los tipos de los medios y largos plazos y que, sumando la evolución del precio del bono con el cupón en el caso de las altas calidades crediticias, veamos retornos negativos. Cree que, en este entorno, es mejor evitar vencimientos largos y apostar por bonos corporativos. Opina, además, que pueden mantenerse posiciones en deuda emergente («de la poca que es interesante», en su opinión), debido a que sus elevados cupones hacen posible obtener retornos netos del 4 por ciento. Aunque eso sí, a su juicio, sólo sería conveniente tener una exposición pequeña a este último activo. Para Campuzano, en esta situación, una cartera de renta fija podría estar compuesta por algo de deuda pública estadounidense y europea, así como crédito europeo. Aconseja reducir exposición tanto a títulos de alto rendimiento como a emergentes. En su opinión, es esta última la que más puede sufrir por una subida de los tipos en EE.UU. Ponte coincide: cree que lo apropiado es estar en deuda privada europea, pero no estima que sea interesante estar ni en deuda pública americana ni europea, aunque no por potenciales sustos, sino porque no dan rentabilidades atractivas.
Ignacio Victoriano, de Renta 4, opina que ahora hay que tener una cartera defensiva, incrementando posiciones en liquidez, reduciendo los largos plazos tanto en dólares como en euros, para centrarse en los cortos plazos. En el caso del 'high yield', cree que sí se puede estar en algún nombre concreto, pero aconsejaría a alguien que esté expuesto a este activo vía ETF's que deshaga posiciones. En cuanto a emergentes, Victoriano opina que puede sufrir volatilidad, aunque cree que más su bolsa que sus emisiones de deuda. En todo caso, advierte de que con muy poco volumen negociado este activo puede sufrir muchos vaivenes.
Renta variable. ¿Puede la bolsa americana sufrir un recorte por culpa del endurecimiento monetario? Al parecer sí, en opinión de Steen Jakobsen, de Saxo Bank, que aconseja infraponderar acciones, sobre todo el S&P 500, que piensa que puede caer entre un 10 y un 15 por ciento si la Fed sube tipos. Pero Ponte destaca la resistencia que ha mostrado la bolsa americana después de haberse incrementado la probabilidad de una inmediata subida de los tipos. Así, Ponte afirma: «No nos iríamos de EE.UU. por la subida del precio del dinero, porque si ésta se produce es precisamente por las buenas expectativas económicas». Además, apunta que es probable que Wall Street lo siga haciendo mejor que Europa porque ésta se enfrenta a más problemas.
Ruiz-Scholtes matiza que las caídas en las acciones americanas dependerán de la velocidad en que se ajusten las expectativas respecto a la política monetaria. Un ajuste gradual no tiene porqué, dice Ruiz-Scholtes, desembocar en caídas en Wall Street. Pero este experto cree que la bolsa europea podría hacerlo mejor que la americana, debido a que el gran sector beneficiado por la subida de los tipos sería el financiero, incluyendo en él tanto bancos como aseguradoras. Y como las acciones de este sector están más deprimidas en Europa que en EE.UU., el encarecimiento del precio del dinero puede propiciar un mayor rebote en la banca europea que en la americana. También un euro más débil ayudará a las bolsas europeas a cerrar su diferencial de rentabilidad con Wall Street. Porque, de momento, los mercados europeos registran una caída de hasta el 10 por ciento, mientras que los indicadores americanos están planos. En un entorno así, Ruiz-Scholtes apostaría por sectores cíclicos, con tecnológicas e industriales como protagonistas. Por el contrario, recomienda deshacer posiciones en compañías defensivas con deuda elevada, tales como eléctricas y 'telecos'. Campuzano, en cambio es partidario, además de reducir exposición, de apostar por valores defensivos con altos dividendos. En cuanto a la banca, cree que tiene más potencial en EE.UU. que en Europa. Según los expertos de Citi, en Estados Unidos, los sectores más vulnerables a subidas de tipos son los reits, el farmacéutico, el biotecnológico, así como las compañías 'utilities'. En cambio, se benefician las compañías tecnológicas y las financieras.
En cuanto a emergentes, Ruiz-Scholtes comenta que históricamente nunca ha sido positiva para ellos una subida del precio del dinero en Estados Unidos, dado que el movimiento de política monetaria puede ocasionar bajadas en el precio de las materias primas y apreciación del dólar. Ponte, algo más optimista, comenta que continuaría con su exposición a emergentes, aunque mermada y sólo para perfiles arriesgados, dado que sí pueden producirse salidas de dinero de los activos de esos países. Pero apunta que, en general, a los emergentes les apoyará la reciente mejora de la percepción sobre ellos. En particular, Ponte apuesta por América Latina.
Divisas. Los expertos discrepan respecto a lo que puede ocurrir en el mercado de divisas, en particular en el tipo de cambio euro-dólar. Así, José Luis Martínez Campuzano ve el tipo de cambio en el rango entre 1,11 y 1,13 unidades. Estefanía Ponte coincide: cree que el euro se puede ir un poco más abajo, pero no mucho más allá del nivel de 1,11 unidades. Roberto Ruiz-Scholtes, por su parte, considera que a tres meses, el dólar puede apreciarse, pero de manera muy limitada, hasta el nivel de 1,10 unidades, pero opina que a doce meses recorrerá el camino contrario, hasta alcanzar el nivel de 1,16 a medida que las expectativas de inflación en la zona euro se incrementen y apoyado en un BCE que quizás a partir de marzo del año que viene comience a reducir sus compras mensuales. Daniel Pingarrón discrepa y apuesta porque el dólar se va a apreciar. Desde niveles de 1,12, asegura, hay margen para bajar hasta final de año a niveles de 1,05-1,07 unidades. En el caso de que el tipo de cambio se vaya a 1,13 o 1,14, sería momento de ponerse vendido en euros. Steen Jakobsen, de Saxo Bank, por su parte, apuesta por posiciones cortas en las divisas emergentes como cobertura frente a sus materias primas. De acuerdo con este último analista, el dólar tiene su mayor soporte en niveles de 1,11 y añade: «Una ruptura de esta zona será bastante negativa para el riesgo y dará lugar a un dólar mucho más fuerte».
Materias primas. Si de verdad el billete verde se aprecia, esta circunstancia suele ser bajista para las 'commodities' denominadas en dólares. Pero, de acuerdo con Pingarrón, que es el analista que apuesta por un dólar más fuerte, en este contexto de mercado la divisa va a ser un factor secundario o terciario para el mercado de materias primas. Estefanía Ponte considera que lo que de verdad va a cotizar en ellas va a ser la situación de la economía de los países demandantes, como China, y ahora mismo el gigante asiático está mucho más estable. Roberto Ruiz-Scholtes, por su parte, cree que podemos ver una caída en el crudo en los próximos tres meses hasta tocar el nivel de 36 o 40 dólares, aunque para el próximo año sí apuesta porque el precio del barril rebase los 50 dólares. Pero Jakobsen está positivo en las materias primas y especialmente en el oro.
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