La 'operación Errejón' para activar un plan B tras el fracaso de Mariano Rajoy en la búsqueda de apoyos de cara a su investidura ha sido prácticamente descartadapor Pablo Iglesias. La estrategia para revitalizar la vía alternativa a un Ejecutivo conservador que puso en marcha el número dos del partido tras comprobar las dificultades del candidato popular para llegar a acuerdos, y que fue alentada por las confluencias territoriales, no tendrá el recorrido previsto. Las heridas abiertas con las formaciones nacionalistas tras el desacuerdo para votar conjuntamente la candidatura de Xavier Domènech a la presidencia del Congreso todavía no han supurado, y sus apoyos son claves para sacar adelante esta opción. Al contrario de lo que aconteció en enero, Iglesias no está dispuesto a tender puentes entre socialistas y nacionalistas para sumar una mayoría alternativa a Rajoy. "No somos una alcahueta para buscar ese matrimonio", explicó tras su encuentro con el Rey.
El resquicio de esperanza que sí generó en el número dos y las confluencias el giro de PNV, ERC y PDC, la antigua Convergència, al mostrar predisposición para explorar una opción progresista de gobierno, ha quedado rebajado hasta la mínima expresión por Iglesias. A pesar de que comunicó al Rey que su apuesta era la de una coalición progresista, el secretario general de Podemos ha decidido ponerse de perfil y limitar su compromiso a escuchar, en caso de que Pedro Sánchez decida tomar la iniciativa. De hecho, Iglesias ya había tirado la toalla coincidiendo con la Constitución de las Cortes. Los socios territoriales de Podemos y Errejón sí dieron carta de naturaleza a este cambio de posición, dejando atrás las tensiones generadas por el 'préstamo' de diez votos que PNV y PDC realizaron a los candidatos a vicepresidentes de la Mesa de PP y Ciudadanos.
La pasividad del líder de Unidos Podemos contrasta no solo con las aspiraciones de Íñigo Errejón, quien aseguró que haría “todo lo que haga falta” para construir una alternativa, sino también con los portavoces de las confluencias. El líder de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, incluso se refirió a esta intentona como “una obligación moral” y su homóloga de En Marea, Alexandra Fernández, siguió negándose a caer en la resignación al ser preguntada por la posición pesimista de Iglesias. “Creemos que siguen dando los números y hay alternativa. Nos negamos a aceptar ese mantra de que las opciones son el PP o el caos”, explicó la diputada gallega.
La jugada de Mariano Rajoy al aceptar el encargo del Rey para acudir a la investidura, pero sin poner fecha ni aclarar si se presentará en caso de no obtener los apoyos suficientes, deja todos los escanarios abiertos. La vía alternativa queda tocada, al quedar virtualmente bloqueada porque Rajoy gana tiempo sin necesidad de activar el reloj de la cuenta atrás, pero no hundida. Al menos eso es lo que deslizan sus defensores.
Las diferencias entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón vuelven a visibilizarse a cuenta del papel que debe tener el partido en el período previo a la formación de Gobierno. En esta ocasión, el empeño de Errejón por “demostrar” su capacidad para llevar la iniciativa parlamentaria lanza una nueva carga de profundidad. Y es que la labor institucional de Podemos durante la pasada legislatura fue una de las causas de la pérdida de votos el 26-J, según señalaron los informes presentados el último consejo ciudadano estatal, el máximo órgano de decisión del partido entre asambleas, principalmente su papel en las negociaciones.
"Dejar marcada la alternativa"
El portavoz parlamentario de Unidos Podemos ya anticipó su predisposición a “demostrar” desde el mismo día en que acudió al congreso para entregar su credencial de diputado. Entonces explicó que su objetivo era “demostrar que somos útiles para construir el cambio” o, en la misma línea, “demostrar nuestra capacidad para llevar la iniciativa”. Como ya había asegurado unos días antes en el arranque de un curso de verano de San Lorenzo de El Escorial, al respecto de la nueva hoja de ruta de la formación y la lectura de los resultados electorales, el número dos entiende que los electores han querido que Podemos se “manche” de instituciones y adquiera experiencia. Un mandato que está dispuesto a llevar a cabo para “dejar marcada la alternativa de lo que puede ser un país distinto” una vez remate esta legislatura.
Para sacar adelante esta renovada hoja de ruta, Errejón trató de mantener siempre la vía abierta a la construcción de una alternativa progresista. Hasta el punto de que los últimos días, al calor tanto del previsible fracaso de Rajoy para recabar apoyos como por el giro de los nacionalistas, había acelerado la posibilidad de activar su 'plan B'.
Los contactos entre el portavoz de Unidos Podemos y su homólogo del PSOE, Antonio Hernando, no se han roto y la comunicación entre ambos se produce a diario, según confirmaron fuentes cercanas a los dos dirigentes. Las conversaciones se limitan a cuestiones parlamentarias y están relacionadas con el día a día de la Cámara Baja, aunque el mantenimiento de estos puentes es crucial de cara a explorar una vía alternativa. De hecho, la intención del número dos de Podemos pasaba por activar un “plan B” en el mismo instante en que se demuestre la supuesta incapacidad de Rajoy para recabar los apoyos suficientes. Con todo, el propio Pablo Iglesias ha marcado terreno en rueda de prensa este jueves aseverando que su jefa de gabinete, Irene Montero, también mantiene línea directa con su homólogo socialista, Juanma Serrano. En esta primera intentona no contará con el beneplácito de Pablo Iglesias, y la legislatura no ha hecho más que empezar.
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