El Atlético de Madrid volvió a sacar petróleo del Camp Nou (1-1). Orden, trabajo a destajo y mucha fortuna permitieron a los del Cholo Simeone sumar un punto ante un Barça
sobrio, pero, eso sí, poco brillante en ataque. Volvieron a verse dos
equipos que se conocen tan íntimamente como a sí mismos. Dos rivales tan
opuestos que en ocasiones parecen anularse. El Barça, como indica el
manual, buscó siempre la portería rival a través del control. El
Atlético volvió a ser ese equipo rácano con el balón, que lo fía todo a
sus opciones a la carrera. Los dos mostraron algunas de sus mejores
virtudes, pero también exhibieron pecados recurrentes. Quizás por eso
ninguno fue capaz de imponerse con claridad al plan de su rival.
El partido careció de vértigo. La táctica y el respeto se impusieron al talento de los futbolistas. Faltó chispa, ocasiones y un poco más de magia por ambas partes. El Barça, como todos esperaban, gobernó el balón a su antojo. No lo discutió el Atlético en ningún momento, cuyo plan era el de casi siempre en el Camp Nou, esperar un contragolpe para hacer daño. Que los azulgranas tocasen a su antojo era el plan de ambos técnicos. Faltaba saber cómo lo utilizarían los de Luis Enrique. Y aunque al Barça le faltó velocidad en la circulación para encontrar espacios libres, poco a poco fue capaz de montar un acordeón de jugadores en la frontal del área ante la apuntalada muralla rojiblanca.
El partido careció de vértigo. La táctica y el respeto se impusieron al talento de los futbolistas. Faltó chispa, ocasiones y un poco más de magia por ambas partes. El Barça, como todos esperaban, gobernó el balón a su antojo. No lo discutió el Atlético en ningún momento, cuyo plan era el de casi siempre en el Camp Nou, esperar un contragolpe para hacer daño. Que los azulgranas tocasen a su antojo era el plan de ambos técnicos. Faltaba saber cómo lo utilizarían los de Luis Enrique. Y aunque al Barça le faltó velocidad en la circulación para encontrar espacios libres, poco a poco fue capaz de montar un acordeón de jugadores en la frontal del área ante la apuntalada muralla rojiblanca.
Acostumbrados a ver como estos dos protagonistas se discuten los títulos, el espectáculo fue insuficiente
Desde el comienzo aparecieron en cámara ambos porteros, pero en acciones sin excesivo peligro de gol. Ambos rivales buscaban el error del contrario antes de arriesgar con acciones verticales. El respeto se alargó más allá de la media hora. Después, la inercia del juego hizo que el Atlético retrocediese en exceso, hasta meterse en su propia área durante la recta final del primer acto. Ese no era el plan de Simeone. El Barça comenzaba a cambiar el guión establecido merced a su insistencia.
Hasta el gol, el Barça sólo había ensayado disparos lejanos en las botas de Messi, Iniesta y Neymar. El bagaje del Atlético era todavía menor. Solamente Carrasco y Filipe Luis lo probaron en un primer tiempo en el que los de Simeone se dedicaron a perseguir sombras y poco más.
Neymar lideró la reacción de un Barça desconcertado tras la lesión de Messi y el empate de Correa
Al mismo tiempo, Simeone dio entrada a Torres y Correa y, en la primera ocasión, llegó el empate. El argentino recibió del madrileño y encaró a Mascherano que, para continuar con su mala fortuna, tuvo un resbalón. Correa disparó suave a un lado para hacerle imposible a Ter Stegen llegar al balón.
Neymar lideró con un par de disparos la tímida reacción de un Barça desconcertado tras tantos acontecimientos negativos. El Atlético siguió a lo suyo, destruir y correr, mientras el Barça volvió a escudriñar la desesperante armadura colchonera sin conseguir premio. De hecho, ambos pudieron llevarse el encuentro en un final poco controlado.
Luis Enrique aseguró que el Atlético sería una buena prueba para conocer cuál es su nivel. Después del encuentro ya sabe que la dirección es correcta, pero que todavía queda bastante camino por recorrer.
Barcelona, 1 - Atlético de Madrid, 1
1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Savic, Godín, Filipe Luis; Gabi, Saúl (Fernando Torres, m.60), Koke, Carrasco (Thomas, m.73); Griezmann y Gameiro (Correa, m.60).
Goles: 1-0, M.41: Rakitic. 1-1, M.61: Correa.
Árbitro: Fernández Borbalán (Comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Koke (min.53), Griezmann (min.67), Thomas (min.82), Luis Suárez (min.84) y Jordi Alba (min.91).
Incidencias: Partido de la quinta jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou ante 89.421 espectadores, la mejor entrada en lo que va de temporada.
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