La primera gran empresa española que consiguió romper la Muralla China fue Alsa, el grupo de transportes de origen asturiano que, en un ya lejano año 1984, arrancó su primer servicio de taxi en el país del Dragón, alternativa que encontró para abrir una primera brecha en el negocio del transporte de pasajeros cuando los servicios de autocares estaban controlados por el Gobierno comunista.
Fue también en 1984 cuando los hermanos José y Manuel Cosmen Adelaida, dueños de Alsa, junto a María Victoria Menéndez Castañedo, esposa del primero, ocuparon por primera vez los sillones de presidente, vicepresidente y secretaria, respectivamente, de la sociedad Letya Investments Limited.
Esta compañía es una de las 175.888 entidades 'offshore', trust y fundaciones registradas en Las Bahamas y a las cuales El Confidencial y La Sexta, en el marco de una investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, han tenido acceso .
En los 38 gigas de información y 1,3 millones de documentos que forman parte de esta nueva investigación, aparecen 539 intermediarios diferentes para todas estas miles de compañías, incorporadas al resgistro mercantil de este paraíso fiscal entre 1990 y 2016.
En el caso concreto de Letya, los documentos a los que se han tenido acceso confirman que esta firma se incorporó al registro de La Bahamas el 2 de julio de 1993 y que hay constancia de que se mantiene activa al menos hasta 2015, con Andrés Cosmen Menéndez, uno de los ocho hijos del matrimonio entre José y María Victoria, como único administrador durante la mayoría de estos años.
Justo un año antes de registrarse en Bahamas, en 1992, se renovaron todos los sillones de la sociedad, con las salidas de Manuel y José Cosmen Adelaida, y de la esposa de este último, paso al que siguió la entrada de tres de sus hijos: Jorge, Andrés y José. Este último, no obstante, apenas estuvo hasta julio de aquel olímpico año; mientras que su hermano Jorge permaneció hasta septiembre de 2004.
Tanto él como Andrés residían por aquellos años en China, según han explicado fuentes de la familia y, de hecho, el segundo continúa, casi tres décadas después, viviendo en Hong Kong, donde tiene su residencia legal y desde donde dirige las operaciones de Alsa en todo el país asiático.
No obstante, desde la saga asturiana se ha puntualizado que esta sociedad responde a inversiones personales, no corporativas, y que desde que Jorge firmó su renuncia como administrador de Letya, su hermano Andrés la ha mantenido para estos fines, previo pago de la correspondiente cuota anual.
El punto que no logran aclarar es el origen de la sociedad -su padre ya está fallecido-, ya que todo apunta a que sus raíces llegan hasta Panamá. Esto es así porque, apenas una semana antes de que Manuel y José Cosmen, junto a María Victoria Menéndez, tomaran posesión de sus sillones, aparecieron como los primeros administradores de Letya las sociedades panameñas Cedar, Virgo y Mur, que sólo estuvieron siete días en el cargo, hasta dar paso a la saga asturiana.
La historia de Alsa en China discurre en paralelo a la de Letya, aunque desde la familia Cosmen se asegura que siempre se usó para inversiones personales
Una vez ya registrada en Bahamas, Letya Investments tuvo que pagar penalizaciones por no satisfacer el pago de la cuota anual a tiempo hasta en cuatro ocasiones, la última, en el ejercicio 2008, año en el que se restauró por última vez la sociedad y desde el cual ha ido pagando, todos los ejercicios, la cuota exigida para mantener su licencia en este paraíso.
Como ya se vió en los Papeles de Panamá, para poder tener una sociedad de este tipo en Bahamas, existen entidades especializadas que actúan como agentes registrados de clientes de todo el mundo, firmas que en el caso de Letya son JP Morgan Trust Company y Trident Corporate Services.
Un imperio construido sobre la compañía de autobuses Alsa, cuyo salto definitivo llegó en 2005, cuando se integró en National Express, previo pago, por parte de la británica, de 600 millones de euros a la familia Cosmen.
Tras este acuerdo, la familia se quedó como segundo accionistas del grupo y todavía hoy mantiene el 13,5% del capital, además de controlar de manera directa Alsa China, la auténtica joya del grupo que fundaron sus antepasados en el siglo XVIII.
Fue también en 1984 cuando los hermanos José y Manuel Cosmen Adelaida, dueños de Alsa, junto a María Victoria Menéndez Castañedo, esposa del primero, ocuparon por primera vez los sillones de presidente, vicepresidente y secretaria, respectivamente, de la sociedad Letya Investments Limited.
Esta compañía es una de las 175.888 entidades 'offshore', trust y fundaciones registradas en Las Bahamas y a las cuales El Confidencial y La Sexta, en el marco de una investigación coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, han tenido acceso .
En el caso concreto de Letya, los documentos a los que se han tenido acceso confirman que esta firma se incorporó al registro de La Bahamas el 2 de julio de 1993 y que hay constancia de que se mantiene activa al menos hasta 2015, con Andrés Cosmen Menéndez, uno de los ocho hijos del matrimonio entre José y María Victoria, como único administrador durante la mayoría de estos años.
Tanto él como Andrés residían por aquellos años en China, según han explicado fuentes de la familia y, de hecho, el segundo continúa, casi tres décadas después, viviendo en Hong Kong, donde tiene su residencia legal y desde donde dirige las operaciones de Alsa en todo el país asiático.
'China connection'
Es precisamente esta conexión china la que esgrime la familia Cosmen para explicar la existencia de una sociedad en Bahamas, alegando que es una práctica habitual entre las compañías que operan al otro lado de la Gran Muralla. De hecho, las fechas permiten comprobar cómo la historia de Letya discurre en paralelo a la expansión de Alsa en el país asiático.No obstante, desde la saga asturiana se ha puntualizado que esta sociedad responde a inversiones personales, no corporativas, y que desde que Jorge firmó su renuncia como administrador de Letya, su hermano Andrés la ha mantenido para estos fines, previo pago de la correspondiente cuota anual.
El punto que no logran aclarar es el origen de la sociedad -su padre ya está fallecido-, ya que todo apunta a que sus raíces llegan hasta Panamá. Esto es así porque, apenas una semana antes de que Manuel y José Cosmen, junto a María Victoria Menéndez, tomaran posesión de sus sillones, aparecieron como los primeros administradores de Letya las sociedades panameñas Cedar, Virgo y Mur, que sólo estuvieron siete días en el cargo, hasta dar paso a la saga asturiana.
La historia de Alsa en China discurre en paralelo a la de Letya, aunque desde la familia Cosmen se asegura que siempre se usó para inversiones personales
Una vez ya registrada en Bahamas, Letya Investments tuvo que pagar penalizaciones por no satisfacer el pago de la cuota anual a tiempo hasta en cuatro ocasiones, la última, en el ejercicio 2008, año en el que se restauró por última vez la sociedad y desde el cual ha ido pagando, todos los ejercicios, la cuota exigida para mantener su licencia en este paraíso.
Como ya se vió en los Papeles de Panamá, para poder tener una sociedad de este tipo en Bahamas, existen entidades especializadas que actúan como agentes registrados de clientes de todo el mundo, firmas que en el caso de Letya son JP Morgan Trust Company y Trident Corporate Services.
Fortuna construida sobre autobuses
La familia Cosmen es una de las mayores fortunas de España y, tras los Masaveu, la segunda más importante de Asturias, un patrimonio que la revista Forbes estima en 450 millones de dólares (unos 403 millones de euros al cambio actual).Un imperio construido sobre la compañía de autobuses Alsa, cuyo salto definitivo llegó en 2005, cuando se integró en National Express, previo pago, por parte de la británica, de 600 millones de euros a la familia Cosmen.
Tras este acuerdo, la familia se quedó como segundo accionistas del grupo y todavía hoy mantiene el 13,5% del capital, además de controlar de manera directa Alsa China, la auténtica joya del grupo que fundaron sus antepasados en el siglo XVIII.
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