REE y Enagás son las empresas con más consejeros con pasado político o que ocuparon altos cargos en la Administración, con ocho cada una. Ambas compañías tienen la peculiaridad de que uno de sus accionistas de referencia es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La empresa pública posee el 20% de las acciones de Red Eléctrica y el 5% de Enagás. En los consejos de administración de estas sociedades aparecen ministras (Isabel Tocino, Ana Palacio, María Ángeles Amador), secretarios de Estado (José Folgado, Luis Varelo, Ramón Pérez Simarro) y un presidente autonómico (Santiago Lanzuela).
El régimen de incompatibilidades imposibilita a los ex altos cargos a trabajar en empresas privadas afectadas por decisiones políticas que hayan tomado durante los dos años posteriores a su cese –en principio no sería el caso de Fernández de Mesa y Red Eléctrica–. En este caso, la única forma de saltarse la limitación es obteniendo una autorización por parte de la Oficina de Conflictos de Intereses, información que se publica en el Portal de la Transparencia. Una investigación de eldiario.es desveló que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda solo ha vetado a dos personas para trabajar en el sector privado tras su paso por lo público desde su creación en 2006.
De los 32 expolíticos que actualmente forman parte de consejos de administración de empresas eléctricas y energéticas –Josu Jon Imaz es consejero de Repsol y Gas Natural Fenosa–, la mitad están relacionados con el Partido Popular. La mayoría de ellos ha ocupado cargos orgánicos representando a la formación conservadora en el Congreso, el Senado o en parlamentos autonómicos, si bien otros simplemente han trabajado como altos cargos durante gobiernos populares.
El sector eléctrico español da trabajo a 24 excargos públicos
En los últimos años, ilustres figuras políticas españolas se han caído de los consejos de administración de estas multinacionales, que se renuevan frecuentemente. Fue el caso de Felipe González, que en junio de 2015 dejó de ser consejero de Gas Natural Fenosa, donde cobraba más de medio millón de euros al año, puesto del que dijo que “es muy aburrido”. Por su parte, Endesa prescindió en enero de 2014 de los servicios de José María Aznar como lobista al no lograr influir en las decisiones políticas del Gobierno presidido por Mariano Rajoy.
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