Cómo invertir en espera de una opa
El volumen de fusiones y adquisiciones asciende en el mundo este año a 1,16 billones
La composición accionarial de la compañía es clave
Madrid
Invertir en una compañía que vaya a ser objeto de una generosa oferta de compra es el éxito al que aspira cualquier gestor. La apuesta por empresas susceptibles de recibir una opa bien puede ser un criterio de inversión, en un momento en que abunda la liquidez y el coste de financiación todavía es barato, aunque dar en la diana no sea sencillo. Aun así, la actividad global en fusiones y adquisiciones es intensa y ya solo el hecho de que una empresa esté en el foco de los rumores o reciba en firme una oferta de compra, aunque sea fallida, la coloca en el disparadero de los movimientos corporativos y asegura una ganancia bursátil, aunque solo sea puntual.
El volumen de fusiones y adquisiciones en lo que va de año supera los 1,16 billones de euros a nivel global, una cifra que incluye la deuda que se asume de las compañías, según datos recopilados por Dealogic. La cuantía ya supera los 1,01 billones de euros acumulados a estas alturas del año pasado y se acerca a los niveles previos a la crisis. Con la excepción de 2015, hay que remontarse a 2007 para encontrar una intensidad mayor: en ese año el volumen acumulado hasta mediados de mayo se elevaba a 1,45 billones de euros.
La recuperación económica es clave en esa remontada de operaciones corporativas, que ha ido in crescendo a medida que crecía la liquidez del mercado –estimulada por los bancos centrales– y que se está acelerando ante la perspectiva de que los tipos de interés será más elevados a futuro. Quien desee comprar bien puede preferir hacerlo ahora para financiar su venta más barata y quien desee vender, también preferirá hacerlo ahora antes de que su activo pierda valor y caiga su cotización bursátil.
“El foco de las operaciones de fusiones y adquisiciones se está trasladando a Europa gracias a la recuperación de la confianza en la economía y a la vista de que inversores y compañías pueden haber sobreestimado el impacto negativo del riesgo político”, señalan fuentes de Exane BNP Paribas. La entidad considera que Europa está entrando en el momento dulce del ciclo, con una deuda menor, la confianza en ascenso y valoraciones atractivas. Y apunta que son precisamente estos momentos de madurez del ciclo para la actividad corporativa los que dan lugar a las grandes operaciones y cuando la confianza de los gestores lleva a lanzar opas hostiles, con primas que antes no se hubieran imaginado.
Las mayores operaciones del año tienen de hecho como objetivo de compra compañías europeas: la suiza Actelion por parte de Johnson & Johnson, en la mayor adquisición del sector farmacéutico en más de una década, o la holandesa Akzo Nobel, que ha rechazado por tercera vez la oferta de compra de la estadounidense PPG.
La oferta de compra de Atlantia sobre Abertis conocida esta semana es un ejemplo de cómo aprovechar el momento para intentar dar el salto en un sector estratégico, aunque con las dificultades que plantea su dependencia de las concesiones del Estado. La italiana se desquita además con su opa del intento que ya hizo Abertis por comprarla hace años y que se encontró con el rechazo de las autoridades del país.
La oferta de Atlantia por Abertis es la de mayor cuantía de las realizadas a nivel global en lo que va de año, si se incluye la deuda de la concesionaria española, según datos de Dealogic. Sin ella, los 16.340 millones que ofrece la italiana colocan su opa en la quinta posición a nivel global en el año, pese a no ofrecer prima respecto al último precio de mercado.
Atlantia defiende que su oferta, a 16,5 euros por acción, supone una prima del 20% respecto al precio medio de los últimos seis meses, antes de que se conociera su intención de lanzar la opa. Los inversores esperan sin embargo una mejora de la oferta, que en cualquier caso pasa por lograr el respaldo del accionista principal de Abertis –CriteriaCaixaBank, que controla el 22,3% del capital–. Así, Altantia contempla en su oferta la concesión de tres puestos en su consejo de administración para los accionistas de Abertis que acepten la oferta por la vía del canje de títulos, una fórmula que daría entrada al grupo que preside Isidro Fainé en el órgano de gobierno de la concesionaria italiana.
“El inversor en una empresa supuestamente opable debe tener en cuenta cuáles son los accionistas de referencia de esa compañía, a la hora de que una opa pueda salir adelante. Además compañías muy baratas, que sean candidatas obvias, pueden no serlo tanto si su situación financiera es mala. Deben tener un mínimo atractivo para conseguir sinergias”, explica Daniel Galván, director de GBS Finanzas, que encuentra escasas opciones para que empresas españolas sean objeto de compra, después de las operaciones ya vistas en Gamesa, adquirida por Siemens, y en Abertis.
Popular es ejemplo de los problemas que plantea una operación corporativa cuando la empresa en venta atraviesa graves dificultades y debe despertar el interés de un comprador. La entidad ha abierto un proceso de venta, en el que tantear el posible apetito comprador, como fórmula con la que resolver su necesidad de capital –alternativa a una ampliación que sería complicada por la magnitud y la desconfianza de los inversores– y con la que evitar así un rescate con dinero público. Aquí es el banco quien toma la iniciativa y busca una venta como garantía de futuro.
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